martes, 11 de agosto de 2020

Perry Mason (HBO). Primera temporada.

"A los leones no les interesa la verdad, solamente la carne". La puta carne. La primera temporada de Perry Mason, con música jazzística de fondo, saca los más bajos instintos a relucir: los muertos de hambre, los vendepatrias, los radiopredicadores con blasfemia, la vuelta a la transformación de Tatiana Maslany, los derrotados de la vida, los viejos que esconden secretos, la corrupción policial, el instinto macabro de los políticos (en los años 30, como ahora). De todo tiene la primera temporada de Perry Mason. Y sí, "una cosa es lo legal, y otra lo correcto". O algo así. También es la historia de una transformación kafkiana, de un tránsito de la tortura a la semiestabilidad, de un proceso que lleva del desorden al orden. Quizás, el problema, sea la diferencia de intensidad entre los distintos capítulos, o, quizás, que nos estemos acostumbrando a series y no distinguimos el grano de la paja, la secta de la religión, el policía y el matón, el negrata que roba en una tienda de ordenadores del boliviano que coge sandías en Lorca, el lesbianismo de la tontería del ministerio de Irene, y los martes con los sábados. O tal vez, como en el robo de un niño, btodo es mentira en época del prohibicionismo del alcohol en el que ganó la Mafia y perdieron los hígados de los estadounidenses. Y como tras la prohibición cerraron muchos aeródromos en Estados Unidos, en el reino valcarcil habrá que ir pensando en cerrar el aeropuerto peatonal de Corvera. Veremos a Perry en otros casos, pero aquí solo hemos visto a Tatiana en dos de sus versiones. Lástima.

2 comentarios:

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

No sé si me gustaría.

salvajuan dijo...

La chica de Orphan Black lo hace bien...