sábado, 3 de julio de 2021

Guerra 3. Tercera temporada.

Me ha costado mucho terminar Guerra 3. No sé si era necesaria una tercera temporada. Antes o después, todo llega en la vida, pero hay finales forzados. Excesivamente forzados. Si los McDonald’s llegaron a Murcia, pueden llegar a cualquier sitio. Y al final todo es un libro, y una mentira, y una paliza, y un tiro, y un cura muerto, y periodistas que hacen lo que sea para ascender, y ministros, ministras y ministras que hacen lo que sea para llegar a presidentos, presidentas y presidentes. O como sea ahora la definición de cada puesto, Irene. Corea del Norte, Fake News, Principio de Peter, mentiras institucionalizadas, corrupción, mapas de mentiras y barcos y tiros y unas mujeres con doble acento. Lo dicho, no sé si era necesaria la tercera temporada para sacar a las cloacas, porque cloacas siempre hubo, ahora y en la Antigua Roma. Y todo es igualdad, y feminismo y gente (o Gento, por la banda) y genta que asciende hasta su máximo nivel de incompetencia. Y cafés que hay que tomar(se) para reconocer que todo es mentira, casi tan mentira como Guerra 3.

No hay comentarios: