sábado, 20 de marzo de 2010

Cuando no tenemos que olvidar las cosas.


Si. Nos vencen si olvidamos y si olvidamos de nada sirvieron tantas y tantas muertes. Y al primer cabrón que nos mete miedo en el cuerpo, si no al tiempo. La historia que cuenta hoy Arcadi Espada es de las que hay que leer en clase cuando una entra por la puerta. Y todo lo demás. París es un ejemplo, y el nazismo lo mismo de siempre. Se le puede adjetivar de muchas maneras.

5 comentarios:

Mariola dijo...

No se puede olvidar, perderíamos los referentes, no sabríamos de dónde venimos, iríamos confusos caminando a ningún lugar...

Que no nos quiten lo único que tenemos, nuestra memoria para aprender de nuestros errores y para saber dónde no queremos volver...

Besito

Anónimo dijo...

Basta de vertidos lisérgicos en los depósitos de agua. Unámonos, a las barricadas. Por un agua de Solares libre del Ap240.
No pasarán (y si pasan no reconoceremos el embotellado, julandrones).
¡A las basrricadasssssss!. –Matar o morir-

rubencastillogallego dijo...

Sobre el Velódromo de Invierno, os recomiendo que leáis (si no lo habéis hecho ya) la novela "La llave de Sarah", de Tatiana de Rosnay. Creo que está en Punto de Lectura, pero me tendría que levantar a mirarlo. Es una obra que estremece e informa. A mí me dejó impresionado.

supersalvajuan dijo...

Mariola, pero todo se olvida.
Necro, barricadas, pero siempre matando.
Rubén, me apunto esa llave de Sarah.

hm dijo...

A veces incluso parece que algunas cosas ya se hayan olvidado...