viernes, 7 de agosto de 2009

La clase.


¿Realmente hay alguien que no odie a Materazzi? ¿Alguien? ¿Nadie? ¿Alguien? ¿Nadie? Verdad. Todo el mundo lo odia. Después de lo que dijo, o dejo de decir después de la final del Campeonato del Mundo, lo tenemos entre ceja y ceja (siempre y cuando no seas uno de los hermanos Gallagher, por supuesto). Siestecita viendo La Clase. Los que eventualmente como yo, o definitivamente como algunos, nos dedicamos a la docencia no nos sorprende nada. Estar repitiendo continuamente cosas que se suponen: comportamiento, disciplina, orden, silencio. Y un montón más. De eso se trataba antes la educación. En España y en otros muchos países. Y no es fácil mantener en el aula el comportamiento, la disciplina, el orden, el silencio. Una utopía. Un recuerdo del pasado. En el caso de España, el recuerdo de la Ley Educativa de 1970 es sólo eso, un recuerdo. Con la malparida LOGSE, y todas las que han venido después (y las que vendrán con los cambios de gobierno), se jodió el invento. Simple y llanamente. A tomar viento de levante, al alba, al mediodía, a la hora del almuerzo, a la hora del ambigú, por la tarde, y en el nocturno. Todos a tomar viento. Pues eso aparece en Francia, en la Isla de Francia. Y no nos engañemos; en la Galia nos llevan ventaja. Han sufrido los males antes que nosotros. Pero por lo menos los tienen asumidos. Sí. No nos engañemos. Todo es putrefacto. Nadie les va a recordar los millones de votos que consiguió Le Pen (16,86%). Me gusta analizar estos datos cuando estoy con temas relacionados. ¿Cómo el país de la igualdad, de la fraternidad y de los quesos con agujeros votó de manera muy importante a este tipo en unas primarias? ¿Sorprende? No sorprende. En absoluto. Se trata de revisar los libros de Historia. Lo que hoy nos encontramos en las aulas, unos eventualmente, otros definitivamente, es lo que nos merecemos. Lo primero: nos lo merecemos por dejar que una pandilla de psicólogos/psicópatas (o suicidas, directamente) llevaran las riendas de una reforma de la educación en España. Es así: demasiado Sigmun Putifroid hemos querido meter en las aulas. Demasiado anhelo del orgullo de mamá. Se puede dar una clase con una tiza, una pizarra y un libro de texto como los de antes. Tan sencillo. Se ha estado tirando el dinero y el esfuerzo de los docentes (que son los únicos que no tienen la culpa). Lo segundo: no se puede luchar contra los elementos. Le Pen pretendió que la selección francesa que ganó el mundial de su país en el 98 cantara la marsellesa. No se puede pretender que un mauritano tingitano cante una cosa que no siente. Pues lo mismo. No se puede adoctrinar. Los planes de estudio son manifiestamente mejorables. Mejorables. Lo tercero: la complicación. Hay personal que pretende inventar el agua en polvo y se cree el puto ombligo del mundo. Como decía Trecet, “el centro del universo está en todas partes". No hace falta ser Einstein; tenemos responsabilidades. Bien. Pero sólo somos, unos eventualmente, otros definitivamente, profesores: no somos policías, no somos jueces, no somos políticos (perdón por la contaminación y el cambio climático) y no somos los padres. Un día dije en un claustro que el problema no eran los niños de la ESO, que el problema eran los padres de los niños de la ESO. Alguno de los que estaba por allí empezó a reir; otros, la indiferencia más absoluta. No sé a cuento, o a novela, meto este rollo. La clase es, simplemente, una película. Pero que no se nos olvide ese 16,86%. Por algo será.

7 comentarios:

Chicho dijo...

Vale...no me dejaba leer por no se que de google el post y me creí que iba del Italiano por eso lo del Face...grave error el mio..
Uff Ricky se queda..

rakel dijo...

Ya que estaś de vacaciones, deberías desconectar!!
Lo del carpintero es lo más auténtico,hay un bar en málaga, de los de toda la vida,El guardia, creo que se llama,donde te hacen la cuenta de los rebujitos, los finos y las conchas finas que te tomes a tiza en el mismo mostrador. Tipico del sur de españa.Lo auéntico.

Anónimo dijo...

http://www.francescjosep.net/asi-se-impone-orden-en-la-clase/

alfonso dijo...

oye tio, te has puesto encangrenado con el tema, asi que tomate un gin con tila y a descansar sin pensar en casi nada.
por cierto yo vivi eso mismo hace ya 18 años en francia y aquellos no hacian ni puto caso a los profes, y lo que es mejor, nos echaban la culpa a nosotros
en fin, como has dicho los gabachos siempre nos llevaran, para mejor o peor, ventaja

rubencastillogallego dijo...

Sólo a los profesores vidriosamente jóvenes les preocupa un pijo lo que diga el orientador o psicólogo de su centro. Yo me los paso directamente por el forro de los cojones. Cuando aterricé en mi actual instituto (en el que espero jubilarme dentro de 23 años) se me acercó al susodicho y me comentó que a ver cuándo nos tomábamos un café, de cara a planificar nuestra colaboración "a medio y largo plazo". Le dije que cafés los que quisiera, pero que yo no colaboro jamás en ninguna actividad que organice el departamento de orientación. Si se quieren ganar la vida, que hagan algo honrado: que caven campos, se metan a gigolós o trafiquen con heroína. Como mucho, les digo que sí a todo, y luego hago en clase lo que me sale del pijo.

ovejanegra dijo...

Mientras los políticos usen la educación para adoctrinar y tirarse los trastos a la cabeza, hay poco que hacer.
Pero no olvidemos que son los políticos que nosotros elegimos para ello.

Y lo del himno, podían haber puesto éste en vez del danés, que sí lo hubieran reconocido y a lo mejor nos hubiéramos bajado del podium elíseo.

supersalvajuan dijo...

Chicho, hace bien.
Rakel, ¿no te acuerdas del programa de Los Morancos? ¿Miguel Caiceo de camarero? Qué miedo.
Necro, punterías varias.
Marqués, es que es así.
Rubén, que es a los psicologos y orientadores (en su mayoría desertores de la tiza, no los soporto). En los Benieles, en el 07/08 me negué a ir a la reunión con la orientadora. Todo me lo transmitía el jefe de Estudios.
Don Importante, yo no voto, a mí no representan.