lunes, 10 de agosto de 2009

Soñando con la justicia.


En mi sueño (sí, en el mío), creía en un país con justicia. En mi sueño, me despertó el sonido de un juez creíble. En mi sueño, las esposas sólo se cogían de mano izquierda a mano derecha. En mi sueño, vivía en un país de verdad. En mi sueño, la gente podía comprar el periódico con total libertad, no hacía falta hacer treinta kilómetros para ir a un kiosko sin que el dependiente lo delatara. En mi sueño, política y justicia iban separadas. En mi sueño, también el Valium valía. En mi sueño, creía en verdades posibles, en magistrados de verdad. En mi sueño, la justicia no estaba subordinada a comisionados políticos. En mi sueño, incluso, había democracia. De verdad: de--mo--cra--cia. Si me ponía, incluso podía deletrearlo, pero tenía miedo de despertar. Pero la noche avanzaba, y el sueño podía acabar en cualquier momento. Ahora sí. Ahora no. Ahora sí. Y tengo legañas de justicia.

3 comentarios:

Ego dijo...

Cómo se nota que fue un sueño.
Ay, si esto fuera una utopía y todos pusiéramos nuestro granito de arena para arreglarlo...
Coñe, si es que podemos.
Un bexo utópico

/La palabra a descifrar es SORNA/

Anda que también...

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=EmOtWyjs8iU esto, al igual que la justicia, ya no existe... tendremos que sobrevivir de otra forma.

Juan Luis G. dijo...

Ahora solo falta decidir si cambiamos los sueños o la justicia.