domingo, 14 de abril de 2019

After Life. Primera temporada.

Nada como un cascarrabias para ver After Life. Y no reflexionamos lo suficiente sobre la muerte. La depresión, la decepción y todo lo demás. No todo el mundo tiene Twitter. Vaya novedad. Todos hemos trabajado con un cicuta, con alguien que bebe vinagre por la mañana. El suicidio como deber moral, según el protagonista. Nada como las charlas de cementerio y de residencia de ancianos con familiares dementes. Mantenerse cuerdos en mitad de la locura. Cuidar a los enfermos, a los mayores, a los pequeños, a los que nos quisieron. "Mejor ser amables", dice la auxiliar de la residencia. ¿Es aburrido contar un sueño con los dientes sueltos? Y sí: los hijos somos pesados y llorones. Muy llorones. Y como decía EHDLCV, "hasta los hijoputas tienen entrañas". Y no. Hitler no era divertido por mucho que algunos quieran. Pero siempre hay un hilo de esperanza, siempre sale el sol. O casi siempre.

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