miércoles, 25 de agosto de 2021

La delgada línea azul. Primera temporada.

“Así es la vida, una larga ristra de desengaños”. ¿Cuándo no hay desengaños? ¿Cuándo dejó de ser todo verdad y volverse mentira? ¿Cuándo nos convertimos en chistes ambulantes? ¿Cuándo? Recuerdo que en el curso 2009/2010, en los claustros, siempre esperábamos al turno de ruegos y preguntas para que el compañero Antonio dijera el nombre clave: Finlandia. Finlandia y los países nórdicos y pepinillos en vinagre (ahora, mejor con cominos y pimienta en grano). Y quien dice Finlandia dice Suecia, porque La delgada línea azul, recomendada por Lorenzo Mejino, se desarrolla en la sueca Malmö, o Malmo, o como diablos se escriba el palabro (o, palabre, ministra, palabre). En una entrada de su Facebook, uno de los policías protagonistas de LDLA escribe que cada seis horas se suicida una persona en Suecia, en la metrópoli ikeaniana, en la adelantada potencia nórdica. Lo escribe alguien que juega a balonmano y que tiene una hermana yonki en la avanzadísima Suecia. En LDLA se muestra el retrato, de los barrios bajos, el de los tipos desesperados, el de los depresivos, el de los críos que roban en la tienda del judío, en la de los policías que explotan antes y después y casi siempre están solos. LDLA es una sólida reflexión sobre la soledad, y no solo del corredor de fondo. En mitad de la mentira siempre estamos solos, o nos castigan, o sufrimos represalias o miramos sin tener que mirar y escapamos sin salida posible. O no. Asesinatos de judíos, asesinatos de policías, asesinatos de ideas (ahí no escucharemos a mi ministra favoritos, ni al resto de ministros y ministres). Mochilas y falsas alarmas, y malentendidos que acaban en tragedias. Viva la multiculturalidad. Pero siempre hay cafres, siempre hay gente (¿qué es la gente?) que se quita de cualquier vida, siempre te encuentras a alguien con la camiseta de los parisinos, siempre alguien haciendo el mal. O no. Una buena serie para pensar en los errores de los barrios multiculturales, para pensar en las ciudades multiculturales, para pensar en los países multiculturales. Suecia ha muerto y Occidente ha muerto. ¿Qué será de nosotros?

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