lunes, 29 de junio de 2009

El infierno de cuatro paredes.


Nichos, tumbas, ataúdes. Será por modelos. Como si fuera un piso, una vivienda, una mansión. Hay que elegir. Currículum. Utopía. Y que más da. Ayer me dijo el hombre de la camisa verde, en uno de sus momentos de antilucidez, que seguía en mi jaula de ladrillo rojo. ¿Y tú en que mundo vives? ¿Te interesa? ¿Dónde quieres vivir? ¿Dónde morir? Como buenos muertos en vidas, vivimos cada momento como el penúltimo, escalera arriba, escalera abajo, alquiler e hipoteca. La divinidad de creerte una mentira. La divinidad de las paredes rotas. Y todo lo demás.

No hay comentarios: