Tened piedad del expresidente

Bueno, después de lo de hoy, se supone que ya hay un futuro expresidente, aunque el problema es que el que venga, o la que venga (que no se nos enfanden en el Ministerio de Igualdad), podemos hacer una asociación de ideas. Bueno, lo primero que puede hacer más de uno es esconderse. Y a la hora de esconderse, nadie como Mamá:

Y si no, sólo falta recordar, hacer un ejercicio de memoria. Queremos la verdad y todo lo demás:

Y como tenemos lo que nos merecemos, desde Antonio Pérez hasta ahora, sólo falta recordar a los expresidentes:

Recordad, una orden es, tened piedad, por favor:

"Tened piedad del ex-presidente
y de la prensa independiente.
Somos libres, buenos cristianos,
pero atados de pies y manos.

Tened piedad del ex-presidente,
que fue garante de Occidente.
Él todavía no ha asimilado
que su tiempo ya ha terminado.

Y mientras recuerda sus días de gloria
nos avergonzamos.
No sabe de historia, no tiene memoria,
pero está dispuesto ....

A ayudar a los demás
en donde queda libertad.
¡Qué gran final!

Y en el teatro nacional,
alguien algún día
lo representará.

Tened piedad del ex-presidente,
de su brillantez desbordante.
Qué puede importar lo que dice,
todos los gobernantes ¡mienten!

Y mientras recuerda sus días de gloria
nos avergonzamos.
No sabe de historia, no tiene memoria
pero está dispuesto ...

A ayudar a los demás,
en donde queda libertad.
¡Qué gran final!

Nos sacará de ese rincón
donde la historia nos dejó.
¡Qué gran nación!"

Piedad, piedad, piedad. Sólo falta recordar el artículo del maestro Pérez-Reverte del último domingo, cuando después del segundo gintonic de Pencho escuchó una historia, como tantas historias que se han repetido en los últimos años.