miércoles, 22 de abril de 2020

La conjura contra América. Primera temporada.

La primera temporada de La conjura contra América deja continuamente retratos. Retratos de cambio (para mal), retratos de conspiraciones, retratos de complejos propios y ajenos, retratos de unos políticos que van a lo suyo. Yankilandia no entra en la II Guerra Mundial de manos de un nuevo presidente que se lleva bien con Alemania. Problemática de los judíos en esa nueva situación. Tensión racial. Judíos hablando de intereses. Juramentos en clase. El nuevo presidente, allá por 1940, pone a los gringos ante la disyuntiva de elegirlo a él... o ir a la guerra. Agitación bélica. Conspiración mundial. Discursos. "Hay que intimidar, así se domina el mundo". Y todo bajo la continua presencia de la radio: discursos, noticias, mitines. Siempre la radio. Ir al cine a ver los noticiarios en imágenes. Hace que tengas que cambiar el chip en pleno confinamiento por el coronavirus. Y por citar, citan hasta la España de los años 30. Palizas de los nazis a los judíos. Y peña alistándose para "matar nazis". "American First", el lema de un tipo sin escrúpulos que utiliza a un rabino para limpiar su conciencia. Con el pretexto de no mandar a los ciudadanos estadounidenses a morir en Europa y en el Pacífico, el triunfo le asegura llevar a cabo sus planes. Pero como en toda conspiración, siempre hay algo que sale mal. Limpieza de pintura nazi en los cementerios judíos, en las tiendas judías. Hasta el KKK haciendo de las suyas. Hasta hay un encuentro en Islandia entre ese presidente y Hitler. Casi nada. Y vender la moto con un programa llamado "Simplemente Gente" para integrar a las minorías. Integra las minorías, menudo eufemismo. Y el ejemplo de España, retratado también: "si no apoyas a los fascistas, eres un rojo". Siempre puedes utilizar esa frase, da igual en los años 30's del XX o en los 20's del XXI. Campos de reubicación en caso de emergencia nacional en Montana. Y en mitad de esos retratos, lo anecdótico (el mantel bueno para comer el día sagrado para los judíos, la huida a Canadá como salvación). Y por encima de todo, la pérdida de la libertad y una discusión mítica en torno al monumento a Lincoln. Y bombas "made in USA" cayendo sobre Londres. Y todo lo demás, también.

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