jueves, 6 de agosto de 2020

Inés del alma mía. Primera temporada.

Inés del alma mía tiene un buen inicio, pero se va diluyendo con el paso de los capítulos, estirando innecesa riamente rl chicle de la historia. Lo mejor de la serie, empezando tras la historia palentina de homilías del XVI, son las luchas entre almagristas y pizarristas. La historia luego se diluye entre Chile y el Perú en innecesarios viajes de aquí para alla. A favor, que se muestra la rudeza ni concesiones de peninsulares y mapuches. Los tópicos de siempre también están como buena adaptación de una novela de Isabel Allende: mujeres con ojos llorosos y la Inquisición de rigor. Mucho soldado de víscera en tierra de víscera. Mucha mierda sobre mierda. ¿Es creíble que empiece una serie ambientada en el XVI con una individua pegando grutos a aoldados castellanos desde in caballo en Las Indias? Viva el empoderamiento femenino, pijo.Y encima siendo medio panocha, medio zanahoria. la verdad es que está bien esa rebeldía de Inés al principio ante la falta de dote inicial, y la marcha a Sevilla, y la llegada a Cartagena de Indias. Luego ante Valdivia cae rendido ((abre los ojos, Noriega). Y Hernando Pizarro haciendo el gilipollas, y don Francisco mediando, y Almagro esperando lo que le esperaba. Un buen intento, aunque no redondo del todo, el de Inés del alma mía.

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