domingo, 28 de febrero de 2010

Insomnios.


Dice el diccionario de la Rae, y si lo dice será verdad, que insomnio es vigilia, falta de sueño a la hora de dormir. Y una vez que estás metido en el ajo del insomnio, sólo queda darle un poco a la imaginación. Y quizás por eso, otro de esos soles alrededor del cual giramos en el trabajo, en este caso la profe de plástica, en este caso Camino, me regaló el libro de otro profe de Historia, Guillermo Ortiz, titulado Insomnios. Dice Ortiz en el prólogo que todo nos lleva “hacia reinos de delirio”. Y puestos a delirar, se le da hilo a la cometa y se estira el chicle de la imaginación. Y también dice Ortiz que “el que sueña se ha dormido. Nada menos oportuno que el insomnio”. Y lo hace a través de ilustraciones con ovejas borregueras, sueños de un dios excesivamente ebrio de bombays en blanco y negro que delira sobre el castigo del trabajo del día siguiente. Llámese bromista, llámese convicto, llámese histérico o llámese acomplejado, o llámese como se quiera, siempre hay una oveja consejera que muestra el camino del deseado infierno. ¿Contradicción, neurosis, arte, trabajo, ingeniería? Yo, como en la página 31, prefiero el baloncestista, es verdad. Dormir es cuestión de magia, es creerse un Mcnulty en el Baltimore más asqueroso, es convalecer hasta desesperar, es comer carne de tu carne. Y en ese insomnio todos los sellos de correos tienen la misma dirección, todos son una navidad interminable, todos un chiste de Groucho en el vómito del camarote. Y en mitad de ese camino, como un bluesman entre Memphis, San Luis y Nueva Orleans, siempre hay una canción que nos puede unir en mitad de la noche, para, como dice CMS, “regalar una palabra”. Porque una palabra nunca sobra, por más ocioso que seas, da lo mismo la edad. Nuestros sueños son arqueología, vestigios de un día en el que has hecho muchos kilómetros emocionales. Y, además, en nuestro narcisismo, nos creemos el centro de todo cuando no somos nada, y siempre hay una guillotina jacobina esperando hacer sangre de nosotros. Y todo lo demás.

A dormir se ha dicho.


Y no necesariamente hoy, por supuesto. Día gris, pero no suena Kirlian ni sus aventuras.

sábado, 27 de febrero de 2010

Concierto barroco.

Recomendación de Lourdes, otro de esos soles del instituto, he leído en el ferro Concierto barroco de Alejo Carpentier. Sólo había leído (y obligado por no sé que profe) El siglo de las luces. El Concierto barroco, pese a su brevedad, nos da la idea comparativa de los dos continentes principales, Europa y América, Colón y Moctezuma, Cortés y los araucanos, Pizarro y la india Malinche, y todo lo demás. Y un final, unas líneas conclusivas dignas de mención. Se lee en un telediario, todo hay que decirlo. Buenas líneas. Y punto.

¿Maravilla o mierda?


Lo dice Sergio Rodríguez respecto a la NBA en una entrevista de Marca. Es como todo en la vida, ¿no? Blancos, negros, grises. La vida es así. Y punto.

¿Qué hace Pellegrini en el Real Madrid?

En la cinta transportadora.

Hablé hace poco por aquí de Las grietas del infierno, el libro de Rubén Castillo Gallego. Ahora os dejo la entrevista que le realizaron en el programa de Onda Regional La torre de papel con motivo del Premio de Cuento Gerald Brenan, convocado por el Ayuntamiento de Alhaurín el Grande de Málaga. Esperamos más obras de Rubén para este 2010. Enhorabuena!!!

De tres en tres.


¿Y por qué no hacen falta?

Limón limonero.

¿Se puede pensar en sábado?


¿Y cualquier otro día? En la balanza de lo necesario, ¿dónde están nuestros pensamientos?

El rey ha vuelto.


Y, por lo tanto, sólo se puede decir una cosa: viva el Rey. King James ante su ¿última? oportunidad con los Cavs. Y todo lo demás también.

A la vuelta de la esquina.

viernes, 26 de febrero de 2010

Mad Men. Segunda Temporada.


Todo tiene un precio; hasta el dolor. Los estados, como las sensaciones, cambian. Mutan por completo. Lo que pasa es que Don Draper tiene una frase para cada momento, un silencio para cada instante. Las palabras hay que medirlas cuantitativamente. No es más importante el que más dice, sino el contenido. Ya tenemos bastantes payasos borrachos. Los grandes temas que aparecen este segunda temporada de Mad Men son los de siempre, aunque nada es eterno, faltaría más. Otra de esas joyitas de diálogo entre Draper y Sterling:

Sterling: Equivocarse es humano, te sientes fatal, crees que todo ha acabado. Y, al final, un buen detalle te salva. No te costará, eres creativo.
Draper: Oh, Roger, quieres parar.
Sterling: ¿Quieres estar bien o estar casado? No es un estado natural, pero te casas.
Draper: ¿Por qué?
Sterling: No lo sé, niños…


El matrimonio. No es un estado natural, otra reflexión sterlingniana. Siempre hay que fiarse de los licores blancos. Siempre puedes fiarte de un destornillador, siempre de un gintonic. Infidelidad, celos, divorcio. Antes o después, seguro que llegan. La misma cantinela de siempre, la jodida posibilidad de elegir. ¿Qué prefieres una rubia o una morena? ¿Jackie o Marilyn? ¿Pantalón campana sí o pantalón campana no? ¿Y quién no quiere un ascenso? Queremos ascensos emocionales, y ascensos sociales, y ascensos profesionales. A ciertas alturas, no estamos para sermones. Los sermones siempre aburren. Hay que ser lo más conciso posible. Aunque si te pasas con el alcohol puedes acabar meándote encima. Aunque ya se sabe: “Si no bebes, ¿para que hemos quedado?”. Y otro ejemplo de esa soledad que, casados o solteros, todos tenemos, porque todo es anhelo.

Draper: No. No me siento nada mal. Bueno, a veces. Pero lo que siento es alivio.
Sterling: ¿En serio? ¿Te has enamorado?
Draper: Eso sería más fácil, sabría que hacer.
Sterling: Más fácil… Hay mujeres increíbles, y acabarán con alguien pero no contigo.
Draper: ¿Por qué no?
Sterling: Porque estamos casados.
Draper: No sé, es tu vida. No sabes cuándo durará, pero sí que acabará mal.

Y puestos a cobrar, pidamos el cielo que algo caerá. Y el Apocalipsis siempre llega, aunque todos sabemos como acabó la crisis de los misiles de Cuba, la verdad. Y no se le puede hacer caso a los políticos. Por mucho que JFK dijera la palabra “conciudadanos”, no somos “conciudadanos”. No, no lo somos. Somos únicamente vasallos, siervos de chusma sin valores. Lo dice Donald Draper: “La gente no cambia”. Y si hay que vender la vida, se vende. Precio. Precio de venta al público. Puntos suspensivos. O a otra chusma similar.
Pero no todos los lugares son iguales. De la Gran Manzana a la dorada California hay un mundo. Y yo no conozco la ruta 66. Y el pasado vuelve a salir a flote. Está ahí. Siempre. Y sólo una cosa. La gota que colma el vaso es la del penúltimo trago de la noche; el último se queda en la copa. ¿De acuerdo? Sólo hay que recordar las palabras de Donald Draper: “El mundo sigue sin nosotros. No lo tomemos como algo personal”. Y punto.

La guillotina.


Nos faltó la guillotina. He visto el enlace hace un rato en el blog de Natalia Pastor y no he podido dejar de leer la entrevista a Don Arturo Pérez-Reverte. Una lección de historia, otra más.

Siempre salimos perdiendo.


Siempre. La derrota está servida. Siempre, en plato de plata, para variar. Y punto.

Golpe en la Pequeña Irlanda.


Esperando al mes de mayo. La postemporada dirá.

Más sobre el escudo de Aljucer.


La información es de Don Importante.

jueves, 25 de febrero de 2010

El pintor de batallas.


Relectura obligada de El pintor de batallas de Arturo Pérez-Reverte. Lectura obligada antes de Asedio. Muestra su pasado en las guerras, pero en la persona de un periodista gráfico. Un fotógrafo, vamos. Y una foto en la guerra de los Balcanes, la guerra de la desintegración yugoslava, tuvo consecuencias. ¿Pero es que hay algún acto que no tenga consecuencias? El fotógrafo hastiado de la vida tras la muerte de su musa se refugia junto al Mediterráneo recupera una de sus pasiones juveniles, la pintura. Pero no cualquier pintura, bucea en el pasado pictórico para hacer una gran pintura bélica, resumen del odio vivido, sinopsis del odio fotografiado, esquema del odio humano. Las putas repercusiones, la videncia, la venganza, violaciones una y otra vez, hoteles sin luz ni agua, abandono y desamor obligado. El pintor de batallas, a pesar de esa imagen sanguinaria y, a veces, desagradable, es un manual de Historia. ¿Qué diferencia hay entre Poitiers y Sarajevo? ¿Qué diferencia entre las Navas de Tolosa y Sbrenica? Puedes vivir junto a alguien durante décadas, pero el odio está ahí. La diferencia puede salir a relucir en cualquier momento. ¿Y no has deseado matar alguna vez? ¿Seguro? Sí, a ese de religión diferente, a ese de color distinto, a ese de camisa blanca de domingo. El infierno es ahora, y desearía matarte. Y muerto el perro, no hace falta veterinario. Y los que están en ese cementerio, en esa fosa común que está en cualquier parte, no importan. Sí, no importan. No importan porque todos murieron. Grandísimo el personaje de Ivo Markovic, ejemplo de tantos que sufren la guerra en primera persona masculino singular. El problema de las guerras no es morir, es quedarte solo. Y todo lo demás.

Me lo dicen en los bares.


Aunque, últimamente, casi todo, a gritos. La gente no sabe comportarse, y, todavía fieles de la religión cuerva, no hemos encontrado nuestro sustituto natural al Cuervo. Estamos esperando alternativas, pijo. Necesitamos alternativas. Para ayer. Y punto.

¿Vencedores o vencidos?


Lo acabo de ver en Elentir. No he visto la peli, y no creo que la vea. Pero esta sentencia es aplicable a muchos aspectos de la vida. Y todo lo demás.

El escarabajo en la pared.

miércoles, 24 de febrero de 2010

¿No nos arrastra el huracán?


Algunas veces si, algunas veces no. Pero de vez en cuando está bien que todo se vaya a la mierda. Y empezar de menos uno, que el cero no existe. Y punto.

Chacho, vamos, Chacho.


Los irlandeses se llevaron el duelo. Pero la Gran Manzana está a la vuelta de la esquina. Vamos, Chacho, vamos.

martes, 23 de febrero de 2010

Ya falta menos para el verano.


Y, puesto en la balanza, ¿es bueno o malo? ¿Volver a empezar? Azules y todo lo demás. Las ballenas, por supuesto.

lunes, 22 de febrero de 2010

Menudo mate.

Lo acabo de ver en el twitter de Bend3r y no salgo de mi asombro. Menudo mate.

Dos joyitas musicales.

En el twitter de Revista Plástica he encontrado hoy las dos coplillas con las que sonorizar la tarde. La primera, la de Julieta Venegas y su infinito sarcasmo. La segunda, una pequeña obra maestra como el Corpus Christi de La Bien Querida. Sólo queda disfrutar.

Carnaval 2010.

Con la hospitalidad propia de los jefes indios, hicimos la puesta de largo de los carnavales del 2010.
Reas (¿está bien dicho, ministra?), brujas con bolas, geishas (o como se diga), Toro Sentado y consorte, chicas de muy bien ver, hermanas pequeñas de Britney, una chica que no hablaba y un séquito de caballeros medievales se unieron en fe y concordia y pasaron una noche para recordar.
Cuando tenga el permiso de todos los presentes, iré poniendo más fotitos, prometido.
Mientras tanto, sólo cabe recordar que esto no es duración sino cambios, que la vida es una cabrona y que debéis sacar provecho de cada uno de sus momentos, please, porque, como dirían el gran Donald Draper, "no sé, es tu vida, no sabes cuanto durará, pero sí que acabará mal". Pues eso, disfrutad de vuestra normalidad. Y todo lo demás.

Ni si...


...ni no, sino todo lo contrario. E incluso hay sol. Y todo lo demás.

España, Europa y todo lo demás.


Veo en es la libertad de expresión un video que muestra como nos ven muchos de nuestros "compatriotas" europeos. ¿Alguien duda de su imagen de marca?

domingo, 21 de febrero de 2010

El Chacho y la Gran Manzana.


Lástima que se cruzó con Kevin Durant, pero el debut de Sergio Rodríguez en Nueva York ha sido ilusionante. Muchas novedades en el equipo de D'Antoni, con McGrady y House a ver que tal va la cosa. Toca quedarse sin dormir algún que otro día y ver bailar al Madison Square Garden al ritmo del mojo picón, digo yo. Y todo lo demás.

¿Indie o no indie?

El rumor de los tendidos.


Pero no. No te preocupes, que no voy a conducir en Domingo. Ni en Domingo ni ningún día. Y todo lo demás. Otra joyita para empezar el día.

Domingueando.

¿Nancy debe ser inmortal?

sábado, 20 de febrero de 2010

A pegar gritos un rato.

Se acaba el carnaval.


Tengo pendiente poner algunas fotos más del carnaval, medievalistas, piratas, indios y otros individuos haciendo el cafre un ratico. Están pendientes, pero se acaba ya.

jueves, 18 de febrero de 2010

Dior al fondo.


Siempre al fondo. Al máximo nivel de fondo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Los Soprano. Cuarta temporada.


La familia. La familia emociona. Viendo terminar la cuarta temporada de Los Soprano te das cuenta de la importancia de la familia. La grandísima importancia que tiene y lo fácil que todo se puede ira a la mierda. Me expreso fatal, pero es así. Todo tiene repercusiones, desde la cárcel a la vanidad. Y la enésima muerte en la familia, también. Al final, una familia es una sucesión de muertos. Y sólo queda la traición, porque todo es traición: las falsas palabras, las mentiras, las caricias fingidas, los textos recogidos, los fideicomisos, la potencial amistad, la infidelidad. ¿Quién no ha sido infiel a sus ideales (sustituye ideales por lo que más o menos quieras) alguna vez? Hay gente rara, pero la infidelidad, desde la deseada hasta la llevada a la práctica, es la mayor de las puñaladas traperas. Se puede desear ver a alguien todas las mañanas, repetir el gesto ante el espejo, morderse los labios de deseo, pero hay algo que te frena. O que no te frena, porque el futuro atemoriza a veces pero también puede ser ensoñador. El futuro y las relaciones futuras cuando dos alianzas sólo sean anillos invadidos de soledad.
Pero no sólo es una reflexión sobre la familia carnal y la familia de los negocios, aunque mirándolo bien, todo es negocio en la mentira en la que vivimos. Todo son intereses creados. Como en la política, todo ser es domesticable, todo tiene un precio. Y lo que ha sido mío no puede ser de nadie. Te puedes apurar el café pero siempre querrás otra taza. Prometes la eternidad a alguien y a un cierto tiempo todo es papel mojado. Como siempre digo, conocerse es odiarse. Y entonces la muerte es la única solución. Todo es antagónico. ¿Qué sería de América sin Colón? ¿Qué sería de los indios sin el gran jefe Sealth? Todo es una posibilidad, incluso la viudedad y los pésames continuos. Y siempre es entendible poner a tito Winston Churchill de ejemplo. Y coaccionar a un jurado es muy fácil. Todos somos animales: nos utilizan, hablan con nosotros, y, si hace falta, nos sacrifican. Pero los sentimientos siguen ahí, en la guerra y en la tregua, en el pecado y en la redención. Animales heridos. Sangre sobre sangre. Es como hablar de la responsabilidad de un acto inesperado: está ahí, y no hay que darle más vueltas, todos somos responsables en cierta medida. Y la empatía es un truco de marketing. Podemos convivir con alguien de manera muy estrecha durante un día, durante un mes, durante un año, durante una década, pero, en el momento más inesperado, si podemos, prescindimos de sus servicios profesionales o afectivos. Todo es temporal, porque siempre hay que tirar a matar. Las medias tintas no valen, y el rey del medio tiempo (eso tan difícil de obtener) es José Ignacio Lapido. Y más. Y el dinero es relativo: te puedes creer el más afortunado del mundo y al segundo convencerte de ser más indeseable del universo, porque siempre hay alguien con más dinero desde la escuela al asilo. En fin, es lo que hay. Y como siempre en Los Soprano, referencias varias a la actualidad más dominante, desde los atentados del 11-S a la jodienda que son las drogas. Conclusión que saco de esta cuarta temporada de los Soprano es que siempre hay que dar las gracias antes de decir adiós porque no sabes lo que te vas a encontrar en el tanatorio siguiente. Y todo lo demás.

No sé como te atreves.


Planetarios del mundo, uníos!!!

Mad Men. Primera temporada.


Estamos en los meses prejotaefecá. Agencia de publicidad. Cadena de mando y jerarquías en las oficinas. Hombres con puestos de responsabilidad, mujeres secretarias/amantes y negros ascensoristas. El primer capítulo, desde su título (“El humo ciega tus ojos) es una declaración de intenciones. La oficina, como los bares, como la casa, es una gran nube de humo y un derroche continuo de alcohol. Allá por los 60’s no se tenían los complejos que tiene la sociedad del siglo XXI. Y ese primer capítulo de la serie lo deja claro: “Mad Men. Término acuñado a finales de los años 50 para describir a los ejecutivos publicitarios de Madison Avenue. Lo acuñaron ellos”. La vida mostrada por Mad Men desde la cabecera hasta el último momento del capítulo 13 es un salto al vacío continuo. El infierno está a la vuelta de la esquina, de acuerdo, pero mientras deja que riegue mi hígado y enquiste mis pulmones. ¿Lo entiendes? Y en ese universo con zapatos de papel que se embarcan con el viento, nace el centro de todo, el gran Donald Draper. Un personaje redondo, a la altura de veneración hay muy pocos. Y, como no podía ser de otra manera, la serie empieza en un bar y termina en un escalón. Y describe la falsedad de la publicidad: el gran Don Draper prepara su clase magistral en la servilleta de ese bar y acaba preguntándole a la única persona sincera a la que puede acceder, el camarero negro del lugar.
Y en los años 60’s, guerras incluídas, igual que ahora, todo era mentira como todo es mentira. Siempre se lo digo a la gente: como todo es mentira, hay que vender la moto, hay que estirar el chicle, hay que darle hilo a la cometa. Lo mejor de Mad Men son esos diálogos en los que un plan demasiado profundo el personal se muestra de verdad. Pero el sueño americano es posible, el ascenso social puede estar a la vuelta de la esa esquina. Como inició Sed de Champán el gran Montero Glez, “el pasado o se olvida o se magnifica”. El gran Donald Draper tiene un pasado que esconder, una familia que olvidar, un hermano que borrar de su disco duro, una historia que diapositivar. El Draper ganador, el Draper amante infiel, el Draper de camisas perfectas y raya perfecta en el pelo. Pero ese sueño americano, cual crisis de 1929 se puede derrumbar en cualquier momento, ese sueño se puede destrozar en ese crack en el que todo el mundo vendía acciones. En su Hooverville particular, Draper se debate entre el amor inconexo y el sexo que todos desean. Pero la pompoa de jabón se estrellará en cualquier pared, porque la lealtad no se compra ni se vende es un leasing en sus horas bajas. Pero hay algo que rompe la monotonía, y hay que contestar siempre lo que se piensa. Y referencias al judaísmo como realmente se cree, se piensa de verdad. Más retratos, el del Sterling, otro de los socios de la empresa, también vividor de esposa en casa, amnte en la oficina e hija depresiva. El amor, como dice Draper, no existe lo inventó él “para vender medias”. No hay que creer nada. Nuestro sitio es virtual, jugamos con cartas marcadas por ese Dios que lleva milenios vendiendo productos. Y yo quiero otro gintonic, por favor. Y el perfume de una mujer, también.
Más retratos, el de Peggy Olson, la secretaria nueva de Donald Draper que, desde su ingenuidad pero también inteligencia dará un aliento nuevo a la oficina pero que pagara muy cara su osadía en ese mundo hombres.
Vender, vender, vender. Y yo necesito otro cocktail. Siempre estamos secos. Y para vender sólo hay que contar mentiras. Más retratos, el de esos yuppies de mierda, o, mejor dicho, el de esos supergilipollas que creen que haciendo chistes van a ascender cuando, en realidad, se ponen de rodillas en cuando se lo piden.
Más retratos, la del grupo de bohemios soñadores que aguantaron hasta luchar contra Vietnam, ombligos de una torre Eiffel de cantos de sirena a los que visitar cuando las entrañas salen a relucir cuando hay que celebrar algo bueno o malo. Da lo mismo, siempre hay que celebrar. Excusas de acercamiento. Y todo lo demás. Retratos, retratos. El niño de la buena familia que quiere ascender a toda costa, que nunca será expulsado de la empresa (se perderían clientes) y que sería capaz de poner un cuchillo en el cuello de Dios exigiendo un trocito de cielo envenenado.
En conclusión, todo es difícil. La vida, como maceta que regar, requiere la cantidad exacta de todos sus elementos. Un grito a medianoche, un beso en la azotea, llenar el frigorífico de yogures con sabores que no nos gustan. Vamos un cocktail con demasiada ginebra. O sólo con ginebra. Hay acontecimientos que podríamos evitar pero que, conscientemente, no evitamos. Las historias tienen que acabar, pero el desarrollo del tema no es un fallo en Matrix continuo. Y la factura del teléfono, aparte de pagarla, siempre muestra las sospechas que nunca quisimos hacernos. Hasta ese día en el que sol entra en esa ventana y hay demasiadas cervezas en el frigorífico al que, paradójicamente, no han llegado los yogures de ningún sabor porque, en el hipermercado, te fuiste directo a la licorería. Ejemplo de diálogos entre Sterling y Draper:
- Sterling: No sabes beber, ni tu generación tampoco. Bebéis por motivos erróneos. Los de mi generación bebemos porque nos gusta, porque relaja más que quitarse la corbata. Porque nos lo hemos ganado. Bebemos porque somos hombres.
- Draper: ¿Y el temblor de manos? ¿También es propio de tu generación?
- Sterling: No bromeo. Vosotros bebéis para ahogar vuestras miserias, intentáis lamer una herida imaginaria, Don.
- Draper: No siempre imaginaria.
- Sterling: Ya, puro cuento.
- Draper: Puede que yo no aguante sentirme impotente como tú.
Queda claro, ¿no? ¿O no? Y un poco más:
- Sterling: Cada generación cree que la siguiente acabará con todo. Seguro que en la Biblia aparece gente quejándose de los chicos de hoy.
- Draper: Los chicos de hoy no tienen un buen ejemplo, porque se fijan en nosotros.

Ufffff!!! Ese icono draperiano, ya en altarcico propio, con frases míticas como catedrales. Otro ejemplo: “Las personas necesitan tanto que las guíen que escuchan a quien sea”. Yo, por eso, como alumno, cada vez que podía, me fugaba la clase. Pero para que te escuchen hay que gritar, y hay días que no me sale la voz. Y todo lo demás.

domingo, 14 de febrero de 2010

Domingo de carnaval.

Por si ayer no tuvimos bastante (la lluvia, ya se sabe), hoy, con Don Importante y sus secuaces, he hecho de pieza de Tetris en el carnaval. Pero ha sido una injusticia. Nos merecíamos el segundo premio. Por lo menos.
Ahí ando, buscando respuestas entre piezas inconexas, nexos perdidos en ninguna parte y con Is cerquita regalandome consejos y atándome las cordoneras.
Cuatro unidades en vertical. Y encima soy naranjito. Ahora entiendo el fracaso de 1982. Ni Santamaría, ni Arconada, ni nada. La culpa era nuestra. Esperemos que este verano vaya la cosa mejor.
La pieza más importante y los pasos cortos, en plan muñeca de Famosa.
Pero no hubo suerte, hubo atraco a las tres, a las cuatro y a todas las horas. Robo!!!

Pero somos los ganadores morales. Y, el segundo premio, cuando queramos, desde Granada:

Otro momento de lucidez.


Para calmar las fieras, por supuesto. De tarde en tarde, de sangre en sangre, de Caifás a Pilatos pasando por Barrabás, una canción lo arregla todo. Y punto.


Ayer, con Juanma y Marien de anfitriones, nos comimos el niño Jesús (guiño a Karol) y nos reímos un ratillo con los disfraces de rigor. Suerte innegable este año con los compañeros. Otros cursos lo añoraremos, por supuesto. El Medievo y unos gintonics.


Y acabamos en el bar de rigor para regar bien los intestinos, como tiene que ser.

Quiero hacer lo de Curry.


Las máquinas, siempre jodiendo, siempre fastidiando. Un día llegará. Y todo lo demás.

Hoy toca perderse.

viernes, 12 de febrero de 2010

El cojo y el loco.

A veces, etiquetamos una obra artística de cualquier tipo por su autor. Y, ya puestos, si el autor es un tipo como Jaime Bayli, hay veces que nos recuerdan las formas. En España, tan ombliguística del mundo como siempre, hubo mucha gente que se enteró de la existencia de Jaime Bayli por aquella genial entrevista que le hizo en su programa televisivo a otra estrella mediática como es Federico Jiménez Losantos. Vaya dos figuras. Así, de esa manera tan sencilla, con dos tipos con mucho talento, se puede hacer televisión. Pero como los personajes de esta historia, me desvío. La historia de El cojo y el loco es la aventura de dos balas perdidas que sufren desde sus primeros días. Estos dos adjetivos ya son ilustrativos por sí solos. Y la infancia infeliz (que podidamente mal que suenan estas dos palabras juntas, que desagradables) de estos dos individuos le pudre las entrañas de por vida. Cuando tu familia, siendo niño, se avergüenza de ti porque la osteomelitis hace que una pierna mida 8 centímetros menos que la otra, mal vamos. Cuando tu tartamudez y tu fealdad te apartan de los tuyos, mal vamos. No había leído nada de Jaime Bayli hasta el momento, pero la lectura de El cojo y el loco es puro entretenimiento. Bayli ha creado a dos individuos, el cojo Bobby y el loco pancho, plenamente cinematográficos. Dos niños encabronados por las putadas de la vida que les hacen cambiar sus destinos. El cojo, violado de pequeño en un trayecto infernal, y el loco alejado de su familia, ambos tomando rumbos alejados de la normalidad. La crudeza del lenguaje que muestra Bayli se añora en la literatura de masas, pijo. Y cuando esos dos tipos, individuos de buena familia, individuos de la alta burguesía de la liga, individuos marginados que se vuelven aún más locos y aún más cojos, sólo se puede esperar el Apocalipsis. Y, como San Juan no está ya para muchos trotes, y para una segunda parte apocalípticia hace falta una segunda parte bíblica, pues es el final que se puede imaginar. Quizá, en plan Barry Gifford y con un poquitito de música (sin llegar al videoclip de Tony Scott), hubiera sido aún más reconfortante. Siempre los putos infiernos personales persiguiéndonos. Y todo lo demás.

Pronombre interrogativo 2010.


Quien los ha visto, y quien los ve. El tiempo no hay que medirlo por la duración, sino por los cambios. 40 años no es tanto, según se mire. Y según se oiga, por supuesto.

Con la razón estudiaría...


¿Seguro que con La Razón? Si ya no está el líder espiritual de Occidente. Ya no es lo mismo. De verdad que no.

El primo de la abeja Maya.


¿O era Malla? Y que más da, joder. El abejorro, abeja, zángano, o lo que sea, necesita ayuda. ¿A tí o a mí?

El concierto de Quique González.

Termina el concierto y Camino me pregunta. Yo le digo que me parece que es un ególatra, que se lo tiene muy creído, que sólo le falta hablar de sí mismo en tercera persona.

Quizás, como casi siempre, sea mi percepción equivocada. Ante un auditorio entregado (y no lo pongo en mayúsculas) no se podía esperar otra cosa: legión de fans, gruppies mojando el asiento, niñas sedientas que añoran lo que no le da el pariente. O, quizás, sí. Pero lo que da un pelujón que se canta en el mp3 se puede idolatrar, porque el Apocalipsis es imposible.

Muy largo, pero con fallos. Los conciertos, como los cd's recopilatorios, deben empezar con énfasis y terminar de manera triunfante. Aquí ocurrió lo segundo (aunque no hacía falta que se hicieran de rogar tanto, pero las 4 primeras dejaron al personal un poco down). En fin, son sólo percepciones.

Lás lágrimas y todo lo demás. O, simplemente, que soy un absoluto analfabeto respecto al lenguaje musical de este tipo. Las recomendaciones han llegado la mano de Rocío, siempre recomendable. Y, siempre, se necesita algo más. Un esfuerzo personal. Y todo lo demás.

jueves, 11 de febrero de 2010

miércoles, 10 de febrero de 2010

Las grietas del infierno.



Siempre digo que, lo peor, como el infierno, es una cosa muy personal. Y cuando te abandonan, como dice Rubén Castillo Gallego en la página 163 de este libro “no veo el infierno a través de las grietas de esta pesadilla, y tú ni siquiera me escribes”. Las grietas del infierno. Vaya joyita. Rubén me dijo que en libro “estamos retratados”. Reconozco que llevo muy poco tiempo en la docencia, es verdad. Pero en un instituto, cada uno, antes o después se “retrata” de una forma u otra. Pero existen momentos en un centro (des)educativo. Y, en muchos momentos te encuentras a la tempestad cabrona, esa hijaputa que te pilla a 20 millas de la costa y, que antes que antes, te sumerge en la marea más desagradable, y acabas hecho boquerón enlatado. A veces es mejor perderse ciertos asuntos, pero en un instituto te enteras de todo. Si los niños son muy malos (se ríen del cuatro ojos, se ríen del que tiene RH grasa positivo, se ríen del que no habla el castellano que ellos destrozan), los profesores son una calaña, en muchas ocasiones, asquerosa. Hay que pasar por ciertas situaciones de “miedo” e “indefensión” en un instituto para darse cuenta, hay que vivirlo en 1ª persona masculino singular. Sí, porque lo que cuenta Rubén Castillo en Las grietas del infierno es la historia de Pablo, un profesor de Literatura que se ve inmerso en un proceso (Kafka se queda corto) de humillación pública en el instituto donde trabajaba desde hacía años. Y ese juicio público deja en bragas los de Nuremberg o el del Irangate, o el que tú quieras. ¿La esencia de la vida? Una panda, gente que te rodea que, a la primera ocasión, y sin pruebas,, te da la espalda, baja la cabeza, y no sólo no te ignora sino que va a Albacete y se compra el cuchillo más afilado para clavártelo en cuanto te despistes. Vamos, como la historia del cosmonauta Iván Istosnichkov. Ni la Gestapo. Te das cuenta de que Goebbels perdió unos compañeros de viaje increíbles para su aniquilación. Todo es sospecha, todo es una jodida purga estalinista. Y, en cierta medida, en cada instituto cada uno implanta su dictadura: los “patanegra” que describe Rubén; el equipo directivo (veleta total, y lo dice uno que únicamente conoce 5 centros; un jefe departamental que como buen diplomático ejerce de Ministro de Asuntos Exteriores (cuando dice sí quiere decir quizás, cuando dice quizás quiere decir que no, y cuando dice no es que no es buen jefe de departamento); unos compañeros de departamento que un día son personas y otro cabrones en plan secuaces de Tony Soprano; y un claustro de profesores, cada uno hijo de su padre e hijoputas totales. Es, en esos momentos, donde, como dice y repite siempre el gran Ramón Trecet, se distinguen los hombres de los niños. Y un claustro de profesores (y profesoras, que no se me enfade la ministra Aído) es una guardería a la máxima potencia: envidia, celos y mierda sobre mierda. Y si hay un incendio, ellos (y ellas, ministra, ellas también, incluso si hace falta, un poquitín más) van a la estación de servicio más próxima y compran todo el combustible posible. Que no todos los días hay fallas en Villa Desmadre ESO. Y a la inversa, también, si hay que secar el mar, se seca. Perdón, que me voy del tema. Lo que cuenta Rubén Castillo es la persecución que sufre un profesor de Literatura por la presunta relación que tuvo (o intentó tener) con una alumna que, y queda claro desde el principio de la historia, es mayor de edad. Pero la mayoría de edad en un papel no es la real (la mía anda poco más de la docena). Y que cada uno piense lo que quiera. Incluso, en algunos institutos, ombligos del mundo y centros del universo, los más viejos y los más jóvenes, los más superguays y los socialmente no retrasados, creen que rozan la perfección. Todos los individuos e individuas (tercer guiño, ministra, ya me estoy mereciendo una despacha oficial, pijo) del claustro (¿y por qué no decimos claustra?) en su puta tarima. Y el putañero y asaltacunas es ese, sí, sí, ese, ahí donde lo ves, ese, el cabrón que está ahí tomándose tan tranquilamente el café con leche, que te decía yo en la comida de Navidad que tenía algo raro en la mirada. ¿Cómo las interpretamos esas dos palabras juntas? ¿Cómo las medimos? ¿Nos acordamos de los comentarios que hacemos sobre la gente en un instituto? ¿Pero y si es cierto? ¿Y tú qué piensas? Como siempre digo en estos casos y en otros, las pruebas. ¿Dónde están las pruebas? Y en un instituto de Secundaria, salvo honrosas excepciones de compañeros de gintonics en los peores bares de la ciudad de Murcia, no tenemos amigos: tenemos gente con la que pasamos ratos, quizás muchos ratos, ratos de muchos años, ratos de décadas, pero no amigos. Que quede claro. Lo demás, no importa. Sólo importa lo que dice la gente, y un brujo, o una bruja, con 30 años en este instituto, no va a mentir. Dan igual tus palabras, tu fachada, tus hechos, tus 200 alumnos de cada curso (multiplique señor director, señor jefe de estudios, señor jefe de departamento, señores compañeros [aquí no hay guiño, me quedo sin ser Subsecretario de Educación, joder]). La mentira no se puede parar. No hay nadie invencible. El mundo sigue su curso y ese Pablo, ese mierdecilla de Lengua que intenta que a las niñas se les haga el chicle agua con el puto Garcilaso tiene lo que se merecía. Recuerda, estés donde estés (y cuánta más responsabilidad, se incrementa), que todo puede ser peor. Y el odio y el rencor, puestos a siete mil revoluciones en plan Ferrari alonsiano, son Caín y Judas ebrios de venganza, y estos dos no se andan con bromas.

No digo nada más. Son 226 páginas que ilustran una historia desde distintos perfiles, porque una iglesia gótica es infinitamente distinta desde la torre al altar, desde la nave central a la sacristía, pasando por el confesionario en el que todo el mundo habla pestes de ti, del hijoputa que desea culear a la pobre niña del Bachillerato nocturno.

Y en un momento de lucidez, intento (por segundos llego a conseguirlo) ponerme, no en la piel, sino en las entrañas de Pablo, ese profesor de esa materia idolatrada como es la de Lengua y Literatura. Ese profesor maltratado por voces de cantina y de esquina de jefatura. Y pienso en ti, Pablo. Joder, en esos segundos, pienso en ti. Incluso te hago desaparecer, por cabrón. O por todo lo contrario, que la distancia entre inocente y culpable es una paso de cebra en una calle peatonal. Ninguna. Y, en esos segundos de madrugada, despierto de mi pesadilla sudando entre unas sábanas en teoría limpias. Y recuerdo lo que dicen los malos críticos de cine luego convertidos en directores (a la novena incluso pueden hacer una buena peli) que “el infierno está lleno de buenas intenciones”. Y, a la par, también, no sé si antes, durante o después de la pesadilla, también recuerdo lo que Federico Volpini contaba en Radio 3 cuando hablaba sobre los Stones, “que el diablo es un agente doble al servicio de la Providencia”. Y Dios te castigará, a ti, por cabrón, porque no hay solución. Y punto.

Hacen falta pensadores.


Yo no he leído a Chomsky, pero me da lo mismo. Y todo lo demás.

martes, 9 de febrero de 2010

¿Quién no necesita un válsamo?


¿Quién no paga un alquiler a un hijo de perra? Esto, te guste o no, es así. Y las mantas, y todo lo demás. Y punto.

La canción del martes...


...la ha puesto Ramón Trecet en su blog hace un rato. Los martes siempre pasa lo mismo, hasta que deja de pasar. Y todo lo demás. Día de reflexión, y, parece que sale el sol.

¿Y si lo ganamos?


El Mundial de este verano, digo, porque el Cielo está ya ganado. Sólo hay que darle un poco más de tiempo al viejo pescador gruñón cortaorejas y regañagallos. Y todo lo demás. Que sí, joder, que podemos ganarlo. Y si no, ginebra. Y punto.

lunes, 8 de febrero de 2010

Hoy tocaba...


...día gris, y, por lo tanto, casa. Nada de calle. Me estoy acordando de Al Gore y sus tonterías. Y todo lo demás. Y viva la carne de cordero.

¿Cuando empezó a irse todo a la mierda?


La historia que cuenta José Antonio Pérez hoy en Mi Mesa Cojea es de las que hacen reflexionar. En unos sitios es la ETA, en otros una panda de fachas, en otros unos drogotas que necesitan carne fresca que pase en esa esquina. Necesitamos educación y padres y madres responsables. Y que cuidemos de los jóvenes, que hay tentaciones en cada momento y en cada situación.

Id preparando el bikini...


...que ya sale el sol. Y si no sale, casi, casi. Y aunque no salga, también. Y todo lo demás.

Un día de mercadillo por Londres.


En el blog del Pub de Público han puesto este video sobre el Londres de Brick Lane. Hablan de mestizaje. Y de todo lo demás.

domingo, 7 de febrero de 2010

Los teléfonos...


...siempre jodiendo. No llegamos a la gracia de los Martes y 13, pero casi. Muchas veces, más que una llamada, es una jodienda con vistas a la bahía. Y esa bahía parece la del puto Prestige. Y todo lo demás.

Los nombres son muy parecidos.


Por cinco céntimos de euro (toma, repela el cuchillo), dígame nombres de países con los que uno puede confundir Tahiti, por ejemplo, Haití. Un, dos, tres, responda otra vez.

¿Qué está pasando?


La canción del día la recomendaron el miércoles en esa excelente página musical que es Kadeworld. Deberíamos hacer esta pregunta muchas más veces, casi continuamente. Pero no, ¿verdad? Todo es jodido y es superfluo. Y todo lo demás.

Saben jugar sin Kobe.


Es cierto que los Blazers tenían la baja de Roy, y las anteriores de Oden, Outlaw y Przybilla, pero los Lakers siguen siendo los reyes del Oeste, pese a que Kobe no jugó en Portland. Otra cosa será la hipotética final de conferencia ante los Nuggets, y lo más que posible ante los Cavs allá en junio. Y es bueno que aprendan a jugar sin Kobe, y, lo más importante, a ganar sin Kobe. Gran partido de Artest, de Fisher, de Brown, de Farmar, y también aportaron Gasol y Odom.
Y de la exhibición, la enésima del rey Lebron, no hay epítetos. 23 puntos en el primer cuarto frente a Nueva York, para llegar a los 47 a final de partido.

Pues eso, que me quedo sin epítetos.

Toma evolución, Darwin.

Huermur en TVE.


Don Importante no para. Ahora también en TVE. Y todo lo demás.

sábado, 6 de febrero de 2010

Zeljko quédate!!!


Leo en Tubasket que a Zeljko Obradovic siguen adorándole en Atenas. Después de 4 euroligas, lo entiendo. Y punto.

Lebron James y sus mates.


Puestos a pensar un ratico, el rey James ha vuelto a hacer de las suyas, matando y matando, aunque quizás sufran más las paredes con los pelotazos. Y todo lo demás.

¿Soy el único que no ha visto Lost?


Debo ser, quizás, definitely maybe. O tal vez no. Pero mucha gente la recomienda. Yo recomiendo Weeds, y recomiendo Dexter, y True Blood, y todo lo demás. Este postlost lo he visto en pajamentales.

Y si todo ha sido en vano...


...no tienes que volver. No volveré, en plan Bambino. Y todo lo demás.

¿Por qué no sueñas? ¿Por qué no duermes?

Golpe en la Avenida Figueroa.


Esta noche, golpe en casa de Kobe. Los Nuggets han demostrado que pueden ganarle a los Lakers, en esa hipotética final de conferencia que tanto se espera en el Oeste. Veremos.

viernes, 5 de febrero de 2010

No me entero.


Los viernes, estoy jodido. Bien jodido. No sé que pasa que nunca me entero de nada.

Y a mí que!!!

jueves, 4 de febrero de 2010

No me hagas esto, Itu.


Vamos, que estoy yo tan tranquilo, echando unas risas con Don Importante y con Isabel viendo Sálvame, y va Itu pone este especial dedicado a Mirza Delibasic. Y me da por llorar, pijo. No me hagas esto, Itu, pijo.

Zapatero el misionero.

"No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país".

"Págale su jornal ese mismo día, antes que se ponga el sol, porque él está necesitado, y su vida depende de su jornal. Así no invocará al Señor contra ti, y tú no te harás responsable de un pecado".

Qué visionario nuestro zetapresidente. Bendito sea el dulcísimo nombre del Creador. ¿Había rezado alguna vez Zp? ¿Por qué? No soy votante desde hace un capazo de años (luego Isabel se enfada, dice que aunque no me guste ninguno que por lo menos lo haga en blanco, y me habla de la dictadura y todo eso) pero si fuera un votante socialista no volvería a votar a Zp. Se ha hecho un retrado guapo con Obama y sus secuaces, pero él se ha retratado. Bien retratado. Pedazo de marco. El Deuternomio. ¿No había otra cosa? ¿Por qué no el Cantar de los Cantares? ¿Católico, apostólico y de León? ¿La Alianza de las Civilizaciones mientras participamos en la Guerra de Afganistán para contentar al emperador? El Tercer Mundo está en tu calle, en la mía, en todas. No se da cuenta. No quiere verlo. Y del incapaz y torpe de Rajoy no hablo, que es más torpe aún que ZP. Lamentable lo de hoy.

Cuando no sopla, llueve.


Intentando no trabajar un rato, pero una pandilla de pesados no me deja. Joder.

miércoles, 3 de febrero de 2010

¿Seguro que hay ciertas personas?


Cada vez, menos. Incluso, dentro de la mentira, todo se va al carajo. Se nos caen los palos del sombrajo. Y todo lo demás.

Fútbol, fútbol, fútbol!!!

Lo queremos a todas horas, pijo!!! And give me gintonic, but before tomorrow, joder!!! A todas horas, y que no falte. Me da lo mismo que no vuelva a casa, o se quede en la puerta, pero para ayer.

Y adoremos a nuestro Dios Gascoine!!!

Y Mendieta, por supuesto, metiendo goles realmente increíbles

Y no hay dilemas que valgan, George Best is the best.

Y punto.

martes, 2 de febrero de 2010

¿Cuándo reabrimos el Cuervo?


Me dice Don Andrés Serrano que nos quitado el Cuervo. ¿No era una reconstrucción? ¿Qué hacemos ahora? Me cago en la putaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!

Necesitamos más sangre...


... y cada vez falta menos para el inicio de la tercera temporada de True Blood. Lástima que no sea ya. Anna Paquin forever!!!

Mensaje cifrado


Joder, hacía tanto que nadie me recordaba el Hibitane. Tomarte el bote de Hibitane en un día. Qué tiempos. Y ha tenido que ser Marta Zafrilla con su Mensaje cifrado, Premio Gran Angular de 2007. Como siempre digo, mi edad mental está en torno a los 14 años. El problema de las generaciones actuales es la falta de imaginación. Es como lo de Luxemburgo, que prohibe aparecer enmascarado en los lugares públicos. Yo di clases disfrazado de verdugo y no pasó nada. ¿Qué iconos de nuestra infancia y juventud seguimos teniendo presentes? ¿Nos acordamos de los juegos de mesa? Ahí, justo ahí, encima de la mesa, con el juego de la oca es donde Marta Zafrilla pone el quid de la cuestión. Una cosa tan sencilla como un juego de mesa puede esonder millones de lágrimas forzadas a estar escondidas durante años. Y un nieto dolido con la vida se reinventa en plan Arsenio Lupin para sacar las lágrimas de su nicho de redención. Y desde el principio, con esta excusa, nos ilustra con palabras una serie de imágenes recurrentes, desde la tos repetitiva del viejo, la reflexión sobre la vejez y las repeticiones en las misas de difuntos (¿es que son todos los muertos iguales? ¿no son unos más iguales qué otros?). O tal vez no. Y es verdad, decir “aquí era” suena muy mal.
Aparte de mostrar la realidad de los centros educativos, Mensaje cifrado habla de temas como la búsqueda, el sentimiento y el amor por lo perdido. Y ahí, en el mismo pozo de la oca, podemos meter a Kurt Cobain y a Deep Purple. Y como trasfondo, la guerra civil española, ese espectro maligno que forjó durante décadas ciudades agotadoras y tediosas, esa guerra civil que vino precedida por 3 golpes de estado (los dos parlamentarios del Frente Popular y el militar de los africanistas y sus secuaces). Llevo 4 días en el chiringuito de falsedad de billete de Mortadelo en que se ha convertido la enseñanza y sólo he tenido que explicar 4 veces la guerra civil española (afortunadamente). No me gusta explicar esta gran mentira en la que perdieron todos, esto es obvio. La explico dejando citas de canciones de The Stone Roses, citando a los marxistas Manic Street Preachers y citando dudas, muchas dudas. La guerra civil española es algo muy oscuro. Mucha gente piensa, incluso discute, de la posibilidad de que no se enseñe en los institutos. Hay personajes que consideran que es bueno que un tipo de 15 años no sepa quien fue Franco. Igual que hoy he leído esto en Abc y digo lo de siempre, que mi opinión es que no tengo opinión. Y mientras como pipas a mi edad mental, recomiendo este libro de voces muy bien administradas, que al final enseña el lado bueno de las cosas, porque, hasta de lo peor, que siempre es una cosa muy personal, se pueden sacar cosas positivas. En fin, que Marta Zafrilla demuestra que destila clase, en estas líneas y en persona. Y todo lo demás.

El cernícalo y la rata.

Miércoles 27 de enero. Después de vender la moto durante seis horas, camino de la estación alhameña con Pepe y los paraguas abiertos, nos encontramos con el cernícalo de marras y la rata sin cabeza. Y el hijo de ave no se iba sin su presa descabezada. Lo que hace el hambre. Y todo lo demás. Y otro día hablaré del cambio de alcalde. ¿Vale?

Lleva cuidado donde miras...


...porque siempre hay sitios donde es comprometido mirar. Por lo que querías ver y por lo que podrías ver. Ya se sabe. El deseo, el anhelo y la decepción. Y todo lo demás.

Otro partido ajustado.


Esta vez, en Memphis, Kobe decidió darle el último balón a Artest, y míster neurona falló el triple de la victoria. 44 puntos para un Kobe que superó a Jerry West como máximo anotador de la historia de los Lakers. Un partido para el recuerdo, todo hay que decirlo. Pero a día de hoy, el mejor equipo de la NBA son los Cavs. Veremos si llega algún refuerzo más a Cleveland. Ya falta menos para la postemporada que empieza en abril. Veremos.

lunes, 1 de febrero de 2010

Los Soprano. Tercera temporada.


Todos los corazones son ingratos. Antes o después, te llega la puñalada trapera. Siempre. Acabo de ver terminar la tercera temporada de Los Soprano. Como siempre en la vida, todo es engaño. Tanto en la vida cotidiana, como en las situaciones extremas, todo es mentira. Y también, exaltando la mentira, salen los más bajos instintos. Y llega la locura. Y dos reflexiones más que añade esta tercera temporada. Una, sobre el cáncer, tanto el miedo como su realidad. La segunda, sobre esa supuesta familia que todos compartimos. Nunca conoces a la gente lo suficiente. Los intentos robados. ¿Y por qué casi todos los apellidos italianos acaban en vocal? Y plantar patatas puede ser muy divertido. Y a la comecocos le puede tocar un trauma en primera persona. Y hay mucha gente que vive pensando que no debe vivir. Y que todos los italianos son iguales, o como dice Tony, “judíos con mejor comida”. Siempre la misma historiografía, siempre el hombre es infiel por naturaleza. Y en los entierros sale el verdadero yo. Y la emoción de ver llorar a alguien ante un cuadro de José de Ribera. Eso sí que es emoción. Vísceras. Eso es lo que nos enseña también los Soprano. Trabajamos con las vísceras. Somos viscerales por naturaleza. Nos gustaría matar a ciertas personas en determinados momentos; nos gustaría saltarnos la cadena de mando; nos gustaría romper ciertos lazos familiares aunque sea imposible; nos gustaría ser otra persona totalmente distinta. A veces ser una primera persona (da igual el género) singular es una mierda. Y un café y una tele, y se pueden solucionar muchas cosas. Y todo lo demás.

Los amigos.


Cada día me reafirmo más. Casi no tenemos amigos. Tenemos gente con la que pasamos ratos. Amigos, casi ninguno. Y todo lo demás.
Coda: y los Punsetes, siempre grandes.

Así se gana un partido.


Pese a la grandísima defensa de Ray Allen, Kobe demostró que tiene lo que hay que tener para ganar un partido en Boston. Sólo una pregunta. ¿Por qué defiende Pierce a Artest y no se encarga de Bryant? En fin. Cosas del basket.