martes, 31 de mayo de 2016

Vaya manera de perder otra tarde

Aquí, esperando, con personas en primera persona del singular que faltan a su deber y tipos en primera persona del singular que hablan de ellos en tercera persona. Así estamos a las cinco menos cinco de la tarde. Poniendo el resto. Escuchando grupos que quizás no se merezcan 24 horas de escucha continua. O tal vez, sí.

lunes, 30 de mayo de 2016

Spanoulis

Acabo de ver en la web de Gigantes la penúltima de Spanoulis, le que ha supuesto la última liga de los rojos frente a los enemigos rojos, frente a Diamantidis. Lo de siempre. Vaya pareja. Históricos. Leyendas. Todos tenemos en las retinas a Gallis y Yannakis, pero estos dos son de traca.

Okkupert. Primera temporada

Después de lo que está pasando en Ucrania con la presencia rusa en los últimos tiempos dentro de los penúltimos tiempos, hablar de la primera temporada de Okkupert a algunos les sonora a última ficción dentro de la penúltima ficción. Pero hay que destacarla por el atrevimiento del planteamiento al que llegué gracias al blog de Lorenzo Mejino: ¿Y si Rusia ocupara Noruega por encargo de la Unión Europea? Pues visto lo visto en política, es solo cuestión de tiempo, aunque el enanismo político de la UE respecto a ruskis y yankis es manifiesto. Somos, como Unión Europea, piojos políticos respecto a los dragones juegotronistas en el que juegan gringos y amantes del vodka. Más que Japón, pero menos que cualquiera, que diría el analista político al que ya no invitan a la televisión después de la invasión de los nuevos actores políticos ibéricos. Okkupert es un hasta luego, un hasta nunca. No sabes cual será el siguiente paso, pero muestra a la perfección la división de las ideologías en la vieja Europa: partidos que llegan al poder sin mayorías, monarquías norteñas ancladas en el pasado, la prensa como poder imprescindible para no ser engañados las 24 horas del día. ¿Pero qué es mejor para Noruega en esa situación? ¿Bajar(se) los pantalones o llenar(se) los bolsillos? ¿Vivir al lado de un gigante político como marca verde? Imposible a todo petróleo. Okkupert muestra la división familiar ante la situación de los ocupantes del reino, la hipocresía de principios olvidados, el doble juego de las palabras de los políticos, las presiones políticas sobre policías, seguridad y jueces. Y, en ese día, en ese afrancesamiento goyesco ante Napoleón, siempre (mal)entendido en cualquier latitud y cronología, las armas ganan. ¿Arrimar el hombro con la resistencia? ¿Colaborar con el invasor? ¿Hacemos algo para que salga vodka por los grifos? Okkupert es también imagen de los sacrificios personales, de la penitencia sin recompensa, del sinsabor de la derrota, de tierra ocupada antes y ahora, de emigrantes e inmigrantes, de festines imperdonables y cajas registradoras que llenar. Y todo lo demás.

¿Cuándo tuvieron la riña?

Cuenta Alex Ross en Escucha esto que los eclesiásticos, los come vómitos, los gusanos de seda de la política, intentaron que Felipe II prohibiera las chaconas sin cierre sociocultural ni relaciones feudovasalláticas. Y en esas estamos ya en Murcia, con el temor de morir congelados cualquier noche.

El Sistema

Nosotros y ellos. Siempre nosotros y ellos. Buenos y malos. Propios y ajenos. El eje del bien y el eje del mal (otro día hablaremos de Aznar, Bush, Blair y sus secuaces dentro y fuera de Portugal). Así se podría resumir, en plan tercero de la ESO, el comienzo de El Sistema de Ricardo Menéndez Salmón. Acierta Menéndez Salmón con la figura del Narrador y acierta, también, al decir que las novelas son difíciles de conseguir. Muy difíciles. Las vocaciones son peligrosas, y, la de Narrador, también. Y acierta RMS al decir que no es lo mismo leer Historia que protagonizarla (y los protagonistas de hoy en día, en libros y en realidad, preocupan). Aunque el Narrador acierta al elegir ciertas palabras, antiguas, que ya casi no se utilizan. Viva la melancolía y la Caída, en plan salzillesco. No sé si cierta literatura es rama folclórica o simplemente costumbre (moda envejecida siguiendo al Maestro de Gramática). La rutina del librepensador es peligrosa, da miedo a algunos (en las distintas fases de la Historia, en las reales y en las inventadas, en las que vivimos en primera persona del singular y en las que vemos desde la barrera del toril). El Sistema hace reflexionar sobre la importancia de la Soledad: no sabemos su condición hasta que la añoramos. Y en el Sistema no hay espacio para la compasión, otro truco de marketing que desterrar. El Narrador sabe de su condición de esbirro fiel, uno más de los secuaces sistémicos, uno más de los adláteres de la confusión, uno más de la patulea infecta. Salvo por la filatelia y el ajedrez, lo demás, es ilusorio para el Narrador. Gran mentira en la isla rectangular, mierda con peste que quemar con su lanzallamas. Como si fuera un dron ajeno a todo que vuela ajeno a todo, la muerte llega y transforma el Sistema, abre fisuras en la que parecía Robespierre el "incorruptible" que dirían los más fanáticos seguidores de la guillotina convertidos hoy en concejales que hacen chistes sobre la solución final vía Twitter. El tiempo en la Historia, ya sea cíclico o lineal, ya sea bíblico o ateo, nos pone a cada uno en nuestro sitio, en nuestra tumba particular, en nuestro nicho de por muerte. Voces ajenas que invitan, sin disimulo, a no pensar, a o meter(se) en líos, a olvidar lo que es real, a respirar y seguir con la jodida rutina de inventarios inútiles y sumas de estrellas en mitad la nada. Y en lo que está por llegar, con o sin nombre, Posthistoria o algo inclasificable, surgen las dudas. ¿Qué cambios vendrán? ¿Cómo afectará a la soledad y rutina? Habla, con razón, RMS sobre la policía, sobre sus imposturas, sus cambios de ropa y traje y el triunfo que ello lleva implícito. Y conforme avanzas en la lectura de El Sistema, más te acuerdas de Adolfo Bioy Casares y Plan de Evasión y de La invención de Morel. Y tantas y tantas cosas. Y es cierto que los hombres somos bestias, aunque nunca reconozcamos el límite exacto. Ese límite puede ser nivel cabrón. Nivel cabronazo. Nivel diablo con todos sus atributos. Y los enigmas en plan Juan Salvador Gaviota. Y la locura hecha cuchillada, dentellada, navajazo a la hora de la siesta, desprevenido, sin avisar, como un tumor maligno sin solución en el chequeo anual del trabajo. Y dos días sin dormir, y pastillas insuficientes y dolor envenenado. El dolor no es sincero, es un vecino que te quiere muerto al abrir(se) el ascensor. Y cubierto el pan y el circo, el Padrenuestro de toda los días, surge la escritura y su impostura, la rebeldía y la soberbia, el paso de la tortura a la felicidad (otra vez, enésima vez). Y palabras que salen de la boca por iniciativa propia, por impostura del día a día. Y hay veces que la curación no es la solución. No hay nada que celebrar para algunos en la curación. Y la barbarie se mezcla con otros sustantivos, adorables y despreciables, aguas fecales de la imaginación. Y cuando, como escribe RMS, es imposible separar la escoria del oro puro te vuelves loco. Absolutamente loco. Y después de la caída casi neotestamental, hay que buscar la ausencia de sueño. Nada de arimateos que vengan al rescate, nada de mierda encapsulada. E incide RMS en la sobriedad de los verdugos, rememorando viejos ideales de oscuridad. Y es cierto que cagar solo da miedo. Locura y miedo, como si fuera una estrofa vicentiana de Don Ricardo. Y como Pablo camino de Damasco, la conversión te convierte en visceral seguidor de las nuevas ideas, buscando desesperadamente acólitos y secuaces, maná en mitad del desierto, tablas legislativas en el páramo icebérgico. Y nos lleva RMS también a plantearnos el tiempo histórico y las categorías temporales, línea contra círculo, repetición contra innovación, mentira contra mentira porque todo en la realidad es una farsa. Una gran y asquerosa farsa en la que pagamos impuestos sin merecerlo. No sé si cada Constantinopla, cada Estambul, cada Bizancio, tiene una puerta olvidada o no. No lo sé, a eso no llego, pero está bien preguntárselo una y otra vez. Y uno se cansa, después de tantos madrugones, estar pasando continuamente nuestro Rubicón de penitencia, nuestro esputo de llama. Y la estupidez de las jerarquías. ¿Podríamos vivir sin escritores? ¿Podríamos vivir sin políticos? ¿Podríamos vivir sin tecnócratas? ¿Podríamos vivir sin? ¿Podríamos vivir? ¿Podríamos? No es fácil seguir en mitad de una epifanía. Es cierto que hay momentos inolvidables en mitad del páramo de la respiración y los latidos. Las imágenes nos conmueven y, simbolizándolo todo al final la belleza triunfa aunque duela. Todos queremos tomar lo que no es nuestro y, como dice RMS, la sed de símbolos jamás cesa. Y los pactos sellados con apretones de manos y las miradas hacia otro lado cuando ya no quedan ni palos ni sombrajo ni Estado: solo dudas. Dudas de lo que vendrá, de cómo será nuestra mano a manos de otros. Comer y beber todo lo que nos ponen en la mesa, recordando los consejos paternos. Estar a favor de la incineración sobre el enterramiento. Y músicas en mitad del desastre. No sé si educar en el temor nos hace débiles, pero si inútiles para argumentar con rigor. El miedo da miedo, pero depende de la hora, del estado de ebriedad, de la luz del sol y de los libros leídos, sobre todo de los que están por leer. La contemplación de La lección de anatomía del doctor Tulp como símbolo de lo que nos toca esperar: morir como ladrones en un mundo gobernando por los mayores ladrones de la Historia. Lo peor ya es presente y el futuro otra quimera. O tal vez no. Tal vez lo peor no sea tan malo. El Infierno siempre es algo muy personal, pero siempre hay que compararlo con otros infiernos: nuestro infierno postmodernista de tuits penosos no es comparable a la búsqueda de agua con una cantimplora agujereada en Etiopía. No todos los Infiernos son iguales: hay INFIERNOS e infiernos. Nuestro vellocino de oro particular es no saber lo que vendrá mañana, esperar lo que no queremos esperar. Y eso, Nulla res extensa, lo resume todo como bien escribe RMS. Y la lucidez, como pensar, nos mete en líos. En demasiados líos, pasando al lado oscuro de la fuerza. 36 justos y jodiendas con vistas a un iceberg. Casi nada. Y Laetoli en el horizonte eiroaniano, siempre el pasado que vuelve al presente. Y arcas que no solucionan nada, porque no hay nada que solucionar. ¿Y por qué en cuatro años de Licenciatura en Historia nadie me habló de Anatoly Lunacharski? ¿Alguien? ¿Nadie? ¿Que vodka nos pondría el camarero de la Historia para pasar el mal trago? No sabemos si condenar a Dios a muerte fue una buena solución, pero rezamos por señales. Seguimos soñando que nada ha terminado, seguimos soñando para no vernos en el espejo, seguimos soñando con las mejillas de nuestros frutos, seguimos soñando con olores olvidados, seguimos soñando que nada de esto ha ocurrido. El tiempo como antítesis de rigidez, como fruta madura que nunca sabes el momento de su caída. ¿Y cómo vendemos 1453? ¿Versión turca? ¿Versión otomana? ¿Derrumbe o éxito? Perspectiva, siempre depende de la perspectiva. Y el Mesías traicionado, y la sábana manchada, y las lecturas (mal)interpretadas, y la vuelta al óleo, y todo lo demás.

sábado, 28 de mayo de 2016

¿Por qué repetimos los himnos?

Seguimos con la tomadura de pelo

No estamos en la Barcelona colauista. Tampoco en la barricada vasca. No llevamos el flequillo cortado por hacha. Simplemente pedimos que nos paguen como al resto. ¿O acaso dejarían a los profesores de la concertada sin cobrar el verano? Vaya tomadura de pelo. La penúltima. Otra vez.

viernes, 27 de mayo de 2016

miércoles, 25 de mayo de 2016

Nosotros 2026

Con La isla de Alice llegó a mis manos Nosotros 2026. No había leído nada de Daniel Sánchez Arévalo. La primera impresión fue cierto recuerdo a Black Mirror. Entran chips, entran sueños, entra ciencia, entra tecnología. 2026 y las parejas viven bajo el influjo de los seguidores, de las mentiras que escondemos, de las medias verdades, de la infelicidad de la felicidad, de la mierda sobre el folio blanco. En un viaje a Cartagena lo liquidé y seguí con esa sensación de que todo es mentira institucionalizada, de que hemos perdido siempre. Pero aguantar las mentiras, en soledad y en pareja, no es fácil. Pero para eso están las pastillas, las tiritas y cualquier invento que podamos imaginar. Y todo lo demás.

Banshee. Cuarta temporada

Nos quedamos sin Banshee después de esta cuarta temporada. No habrá más Banshee para nuestras retinas. Nos quedamos sin peleas, sin jodiendas con vistas al río, sin ver a Lili Simmons en plan angelical, sin la Santa Hermandad, sin los líos de los indios, sin los trapicheos de drogas, sin los robos y las averías. No sé si era necesario cerrar con una cuarta sesión, pero quizás había heridas abiertas, rencillas que arreglar. O tal vez no. Pero hemos disfrutado, no tanto como en las anteriores, pero ha estado bien el invento del señor Hood, del falso Hood, de Ana/Carrie, del dueño del bar, del señor Proctor y su mayordomo/asistente Burton, del fiscal y de la niña de los dos padres, y del pasado que siempre se pone en nuestro camino y de todo lo demás.

No tenemos ni idea

Todo especialista diciendo que Donovan no tenía altura de entrenador para OKC. La crítica escribiendo que los Spurs acabarían con OKC en semifinales de conferencia y pondrían contra las cuerdas a Warriors. Y a estas alturas, a 25 de junio, OKC gana 3 a 1 a los Warriors en finales de conferencia Oeste. Lo dicho: no tenemos ni idea.

martes, 24 de mayo de 2016

Murcia, Fuenlabrada y todo lo demás

He tenido la suerte de ver por televisión los dos UCAM vs Fuenlabrada de este curso baloncestístico 2015-2016. El primero, en la capital del reino valcarcil, fue disputado; el del domingo pasado, victoria tranquila del UCAM en líneas generales. Como estoy mayor, y me hace recordar, he buscado y no he encontrado la entrada del C.B. Murcia Vs Fuenlabrada de temporada regular de LEB. Andaba Perasovic con ellos, y Ferrán López, y algunos todavía creíamos en el baloncesto. Creíamos. Como si fuera ayer. Coda: He sido muy crítico con Laso, pero lo que hicieron (purga, o como se llame, con sus ayudantes, no me gustó). Hugo López y Jota Cuspinera no tenían culpa de las malas decisiones de Pablo, pero les cargaron el mochuelo. Asuntos del destino juntaron a Tabak y Cuspinera en Fuenlabrada, y la marcha de Zan a Israel hizo que Jota tomara las riendas del equipo de la capital del sur de Madrid. Cosas que pasan. ¿Injusta clasificación? ¿Merecimientos de Bilbao? Pues no lo sé. No lo sé. Y me hace que pensar. Pero es lo que hay. Veremos. Y todo lo demás.

lunes, 23 de mayo de 2016

¿Qué nombres?

Recuerdo que cuando andaba yo camino de la estación al instituto, o del instituto a la estación, por tierras de Beniel cuando trabajé por aquellos territorios fronterizos, empezaron a cambiar los nombres de las calles. Ocho años. Hasta ganó Obama. Y ahora, preguntando por nombres de calles, y mandando las faltas de asistencia con campechano boca abajo, los nombres no serán los mismos.

La edad media

Llegó a mis manos La edad media cortesía de Don Andrés Serrano, que fue compañero cuando no peinábamos canas de Leonardo Cano. Las novelas sobre compañeros de clase, ya sea de colegio, instituto, universidad, colegio mayor, hospital o penitenciaría, siempre nos traen recuerdos. Demasiados recuerdos. Unos idealizados, otros directamente que no queremos recordar. Fuimos proyectos paternos convertidos en chistes ambulantes en muchos casos (otros fuimos al infierno del interinato docente de por vida, pero eso es otro cantar de gesta y el Cid lleva muchos siglos muerto y es políticamente incorrecto sacarlo en una conversación en España en el siglo XXI). Pero dejemos al Cid para otros menesteres, que los tres protagonistas sobre los que gira La edad media no están para juramentar ante Santa Gadea, sino para contar sus andanzas de instituto, sus cuitas sin Werther en la ciudad de la Justicia, sus conversaciones vía chat con la novia de turno. El pasado es imposible olvidarlo, siempre nos lo cruzamos por la Trapería de turno. Llevaba tiempo sin meterme entre las retinas un libro de Candaya desde que en 2008 leí El círculo de los escritores asesinos, y, en parte, utópicamente, este libro me hace acordarme del escrito por Diego Trelles Paz. Pero en La edad media, se mezclan sinsabores continuamente: derrotas diarias, derrotas cotidianas, derrotas de las de toda la vida. En primera persona masculino singular no me gusta acordarme de la época de los institutos. Facebook ha hecho que nos reencontremos con individuos con los que no hubiéramos vuelto a hablar en la puta vida. En la puta vida. Y, generalmente, esas reuniones, ese gusano, acaba mal, acaba en infección multiorgánica, en jodiendas con vistas a unos Urrutias malolientes. Tres tipos que antes o después cruzarán sus caminos después del instituto de turno, cada uno con su diablo personal, cada uno con una diana en su espalda, cada uno con un medicamento en la recámara antes del jamacuco de turno. ¿De verdad sirven vino, cerveza o champán depende del móvil que te vea el camarero? En fin, que todos recordamos del mismo instituto a los hijos de los profesores, y las etiquetas y los motes adjudicados de por vida. El problema es escoger el camino: la carrera con salida. ¿Es mejor estar cuatro años dejándote unos cuernos injertados para luego hacer una selectividad que te lleve a una carrera sin futuro? ¿De verdad? ¿No es mejor estar todo el día zumbado y mentir sobre todo? Fauró, Moya y Gómez (con y sin mote), sus andanzas, muestran una perdida continua, un estilo de vida impuesto: por la familia, por los estándares de lo que hay que hacer aunque no guste, por copiar a los demás. Y luego aparecen las mujeres: la niña del instituto por la que todos soñamos y nos pajeamos, la jefa del trabajo, la suegra borracha que todos querríamos. La edad media es la mentira institucionalizada: pasamos años, pasamos páginas de libros, pasamos semanas intentando ser quienes no somos. En mitad del copia y pega, todo es mentira hasta que nos rompen un vaso de güisqui en la cabeza, hasta que nos nombran de otra manera en un coche mientras hacemos juegos malabares, hasta que alguien decide que no lleguemos a la fiesta en la que se juntan los antiguos miembros de la promoción más cutre o más socialmente no retrasada de la historia del San Juan Bosco. Y todo lo demás.

Sobre Javier Orive

Murcia es pequeña. Periodísticamente hablando, manifiestamente mejorable. Aparte de por la tele, y de escucharlo por la radio, recuerdo que la primera vez que vi a Javier Orive fue en la tienda de discos que había junto al Banco de España en Murcia. Mientras yo buscaba sencillos de Oasis, allí estaba él. No sé el motivo, pero yo siempre lo asociaba con José Antonio Luque. Después, fue el referente de la radio deportiva en la capital del reino valcarcil desde la Cadena Ser y el As. Las empresas olvidan pronto, y tuvo que buscarse las habichuelas en distintos medios. Las dos únicas veces que lo vi por las calles murcianas y le pregunté sobre la situación del Real Murcia, como he hecho también con José Antonio Vera, me contestó sin prisas y con detalles. Le importaban sus oyentes, no solo eran números. Otro día le dí la paz en la Iglesia de Santo Domingo de Murcia en misa de nueve después de un Real Madrid Vs Barcelona. Siempre nos quedamos con anécdotas y chismes, pero a mí me gustaba su voz por la radio, su crítica y su análisis. Lo dicho, descanse en paz.

Otro día de derrotas

Derrotas sin himnos, cohetes a las siete y diez de la mañana que te despiertan y te hacen cagarte en los muertos más frescos del patitas de turno que se encarga de joder la marrana. Hay que ser un cafre, un hijo de mil satanes para hacer tal tropelía a las siete y diez de la mañana. A partir de las ocho, se permite todo en este puto país, pero hay unas reglas. No se pueden perder las formas. Nunca.

domingo, 22 de mayo de 2016

Más sobre esteladas

Soy un enfermo del deporte pero no sé si veré esta noche el Sevilla Vs FCB de final de Copa (Rey, Generalísimo, República). Me da mucho asco todo lo que se está diciendo, todo lo que se está escribiendo. Si de una película del director de Tiburón se tratara, podríamos buscar incluso todo lo que se está pensando sobre el particular. Dejemos de politizar el deporte, dejemos deporte y política cada uno por su lado. Pero es imposible. Todo es imposible en este puto país que se fue a la mierda hace mucho tiempo. Demasiado. Sustituyamos Miedo y Asco en Las Vegas por vergüenza y resignación en España: todo más cutre, menos imaginativo, más sucio y despreciable. Muy despreciable. Pero siempre nos queda Sergio Algora para escucharlo y olvidarnos por unos minutos del asunto. Y todo lo demás.

viernes, 20 de mayo de 2016

La versión cutre de la bandera de Puerto Rico

Cuanto retratito sobre el tema de las esteladas. Vaya puto país. Unos y otros, idiotas e idiotas a ambos márgenes del Ebro, sacan a relucir su estupidez y maldad. Menuda tropa. Coda: Menos mal que siempre nos quedan los himnos de El Niño Gusano para pasar el trago.

¿Los abusos del pasado marchitan el alma?

jueves, 19 de mayo de 2016

Hielo para la fosca

Toca sudar. Toca rezar para descansar de otra manera. Toca hacer cola en horario autobusero de verano. Toca soltar a las fiera a las 13 horas. Hielo para la fosca. Hielo.

El himno interminable

El límite de todo

Cuando uno llega a niveles insospechados de cansancio cambia la perspectiva de casi todo: de la utilidad de los casinos, del uso indeterminado de las tijeras, de la futilidad de ciertos medicamentos, del placebo clavulánico y de un montón de asuntos más. Cambia todo. Todo, incluso lo más admirado pasa a ser lo más despreciable por segundos. Y todo lo demás. Coda: No sé el motivo de argentanizar la entrada, pero había que hacerlo. Coda 2: Si algún día tengo fuerzas pondré algo en este gintonicdream sobre la segunda parte del Sevilla Vs Liverpool de la final de ayer de UEFA Europa League. Grandes.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Puertos con dolor

No hay mal que por bien no venga. Otra gran mentira que sumar al club de las grandes mentiras, al club de las medias verdades, al club de la torrija intelectual.

36 años sin Ian Curtis

Cierto. Hoy es 18 de mayo. Mis alumnos, como (casi) siempre, no saben quien fue Ian Curtis pero siguen poniendo fue con tilde. Ya no es 1959. En estos 18, siempre hay que recordar que recordar el texto de Necro, porque el amor nos destrozará.

Marseille. Primera temporada

Ya no suena Míchel en Marsella pero la primera temporada de Marseille me ha gustado. He leído en varios sitios/lugares/blogs palabras descalificadoras sobre la primera temporada de Marseille. Lo más repetido es lo de House of cruasáns. E incluso despectivamente. Nunca la elección de un alcalde cocainómano fue tan acertada como la nariz de Gerad Depardieu. Nunca. Y no lo hace mal. Está para pocos trotes, está muy grueso, no podemos esperar que gane una carrera de 100 metros lisos, ni de salto de longitud ni poco más. La carrera de esta primera temporada empieza con la posible construcción de un casino en Marsella y desde el segundo capítulo se traduce en la lucha entre alcalde y vicecalcalde, ambos del mismo partido, por la alcaldía marsellesa. Entre medias, mujeres cornudas, enfermedades degenerativas, niñas ricas con ínfulas periodísticas, barrios peligrosos, yates con dueños aún más peligrosos, cárceles con oscuros secretos, equipos de fútbol tapadera y todo lo demás. El recuerdo de la época de Bernard Tapié es evidente a lo largo de estos ocho episodios, incluso con un duelo entre el Olympique de Marsella y el PSG en el Vélodrome remodelado en 2014. Me tomaré un cruasán, tres gintonics o los que hagan faltan a la salud de los críticos de esta primera temporada de Marseille. Y punto.

No a los escorpiones

Hoy es un día triste para nuestro país. Otro más. El penúltimo. Lo que nos espera de aquí al 26 de junio va a ser un ejercicio difícil de digerir, un bocadillo de piedras repleto de dolor. La penúltima jugada, el enroque del día ha sido que el parlamento de Cataluña se baje los pantalones ante Otegi. Casi nada. Con un par. Abriendo puertas a tipos que no deberían pisar un lugar público. Y menudo papelón del PSC. ¿Qué pensarán los votantes del PSC? ¿No representan esos partidos a personas que lloraron con el atentado de Hipercor? ¿Nadie representa a los que sufrimos con Vic? Que asco de políticos, que asco de "clase" política. Dios. Día triste para la democracia española. El penúltimo de los penúltimos. Ya no hay compromiso por parte de los políticos. La tribu y la horda y el Paleolítico vencen a la civilización, a la cordura y al recuerdo del dolor. Y todo lo demás.

martes, 17 de mayo de 2016

Sobre los martes que no tuvimos

Estaba hablando hace unos segundos con Lali sobre los días, los minutos, los años y el tiempo en cantidad lineal que le he hecho perder. Mucho. Y a mucha primera persona del singular, a mucha generalidad ingeneralizable. O como se diga

Viva Galicia!!!

Aguantar en el dolor

Martes

Martes de carnaval, como casi todos los martes. Mentiras políticas multiplicadas hasta el infinito. Como todos los martes. Menos mal que, de vez en cuando, alguna canción consuela. O tal vez, no.

Warriors 0 - 1 OKC

Solo he visto el último cuarto del primer partido de las finales de conferencia entre Warriors y OKC. Pero ha sido suficiente. El personal ha olvidado lo que le costó a Warriors ajustar contra Grizzlies el año pasado su eliminatoria. Y los mismos mequetrefes que han estado criticando a Billy Donovan durante todo el año son los que ahora lo idolatran después de eliminar a unos Spurs muy mayores. Esto es largo, no saquemos consecuencias precipitadas. Los Warriors se han quedado en 14 puntos en el último cuarto. Y todo lo demás.

lunes, 16 de mayo de 2016

Como (casi) todos

Convertidos en chistes ambulantes, antes sí y ahora no. Pero es cuestión de tiempo, todos pasarán por ahí. Todos. Hasta el cementerio.

domingo, 15 de mayo de 2016

Sobre la Final Four de 2016

Llevo muchos años viendo Final Four. Llevo muchos años viendo Final Four con Obradovic de prota. Con el Joventud, con el Real Madrid, con PAO, Saportas con Treviso. Veinte abajo al descanso y a falta de cinco cuarenta se pone a ocho. Pero con con 42-63 te crees que todo es moscovita. Pero no. No. Y si Vesely supiera meter tiros libros, esto sería distinto. Pero no. Los expertos hablan de intangibles, de jodiendas con vistas al 6,75. Todo es mentira en este deporte. Demasiada mierda para entender en dos horas y mierda. Por eso es tan grande este deporte. Y todos los deportes. Y todos los demás.

Hay días que solo queda desaparecer

Hay días que es mejor no leer la prensa: solo dan ganas de desaparecer. Es cierto, lo que antes valía, ahora ya no tiene valor. Lo de siempre. Desaparecer.

En el túnel de los días

Envuelto en papel de regal, las radiografías escondían lo esperado. La mano que mece sin rebequita, sin trapos que esconder las miserias porque las miserias están siempre ahí. Justo ahí. Donde siempre han estado. Pero su disfraz hace disimular su olor, su ambulatoria pestilencia. Y todo lo demás.

¿Dónde encontrar?

viernes, 13 de mayo de 2016

Line of Duty. Tercera temporada

Volvemos al universo de Line of Duty, volvemos a que Asuntos Internos intervenga en nuestras vidas, volvemos a meternos en historias muy bien escritas, volvemos a investigar al compañero de pupitre, al compañero de guardia, al compañero de fatigas. Y comienza esta tercera temporada como lo han hecho grandes series en los últimos años: policía aparentemente malo que mata a alguien aparentemente no tan malo. O como se diga. No es fácil mantener la intensidad de una serie repleta de diálogos de plano y contraplano encerrados los actores en sala de interrogatorio. El juego de las dobles mentiras divididas entre dobles verdades no siempre da igual a uno. No siempre. Para cuando un guión es muy bueno, todo es salvable. Y el pasado en las mentiras siempre vuelve, siempre te alcanza. Esta tercera temporada de Line of Duty muestra la mierda de políticos y concejales corruptos, de policías que no merecen llevar la placa y otros que ponen en juego su carrera y su propia vida. Ahora que somos de lemas fáciles, ahora que confluimos cuando hace medio año no éramos nada, no es fácil encontrar series que brillen en casi todos los momentos. Y en Line of Duty brillan casi todos los momentos. Y todo lo demás.

Érase una vez el fin

Decía el hombre de la camisa verde que no hay que saber, que hay que tener conocidos que sepan. Lo decía un tipo que no articulaba bien las palabras del alpiste que llevaba en el cuerpo. No sabía de la existencia de Pablo Rivero hasta que Kiko Amat se refirió a él en su blog. Vaya novela es Érase una vez el fin. Buen título que adelanta lo que tiene que pasar. Lo que ocurre en las 136 de rigor es esperado, se nos cuenta la derrota en sus diferentes visiones, las derrotas propias y las ajenas, las derrotas familiares y las pírricas victorias familiares, el desgaste físico y la ruina económica. En definitiva, Érase una vez el fin resume a la perfección la mierda que (casi) todos llevamos dentro y que, cuando explota, salpica en varias galaxias. El universo de los perdedores se puede reflejar de muchos modos aunque la derrota solo sea una. Las derrotas cotidianas pesan. Aunque podamos conseguir victorias parciales, aunque consigamos ganar (y contar) alguna batallita temporal, la guerra la tenemos perdida y el horizonte se ve como un incendio de neumáticos en Seseña. Todo negro. Queremos adulterar esa realidad como hace el protagonista de Érase una vez el fin, con pasos de peatones, con alcoholes varios, con excuñadas, con vecinas, con compañeras de trabajo. Esos sucedáneos son mínimos en mitad de su Rocroi particular en este alatristesco individuo. Antes o después, el poco o escaso esplendor desaparece y estamos abocados al negro fin. Muy negro fin. Podemos alterar el fin con un do menor, pero siempre será el fin. Y hace bien Pablo Rivero el retrato de la sociedad del siglo XXI de la hipotecada España de la que formamos parte los hipotecados españoles: la farsa puede durar un tiempo pero esa pirámide de naipes se derrumba antes que tarde. Muy antes que tarde. Podemos barnizar el desastre del país y en primera persona del singular, pero por mucho barniz que utilicemos esta madera está podrida. El viejo esplendor es solo un recuerdo, un trío en una cama centroeuropea. O eso creemos recordar. Y todo lo demás.

El término medio de las canciones

lunes, 9 de mayo de 2016

Delgado sobre Orive

Hay que leerlo.

Amaral y el SOS

Está saliendo la noticia del SOS más por lo que pasó con Kiko Veneno que por lo que fue en realidad. Todos sacamos algunas noticia de contexto. ¿Importa realmente? ¿Lo importante no es disfrutar de la música? Lo importante es sentir, como escribe Ricardo Menéndez Salmón, el latido del latido del latido. Fui a ver el concierto de Amaral con Lali y Elena (no sé como me aguantan) sin muchas pretensiones. Mil músicas en el aire y ya no andaba por allí Kiko. No siempre la ironía triunfa, pero los himnos permanecen. Y eso me pasó con Amaral, y me hizo recordar Música de mierda. No hay que poner etiquetas a todo y a cualquier hora. No siempre. Pero lo hacemos. ¿Cómo etiquetar la música de Amaral? ¿Sencilla? ¿Pretensión tardía? No lo sé. El mandarinato indie, los gurús indies, perdieron su norte hace mucho tiempo. El famoso rasero indie que siempre pone en entredicho conciertos que gustan y emocionan. Y eso pasó con el concierto de Amaral en el SOS, que gustó y emocionó. Y todo lo demás. Coda: Yo no me hubiera ido, me hubiera quedado en silencio, guardando silencio por los pobres alumnos de primero de la ESO. Y todo lo demás.

El clímax de lo peyorativo

El maltrato que sufrimos por parte de nuestros políticos roza el clímax de lo peyorativo. Se dejan sin regar las plantas otro día más, y aquí como si no pasara nada. Otro día más. Cobrar, cobrar y volver a cobrar. En mitad de la parábola del insulto, sigue el robo sistemático con los impuestos, sigue esa sospecha infatigable de la ausencia de honestidad. En ese bucle inacabable, todo es mentira. No hay deseos que pedir a estos indeseables. Y todo lo demás.

domingo, 8 de mayo de 2016

Los libros necesarios

Ya hice mención por aquí de Los idiotas prefieren la montaña. Ayer, sábado 7 de mayo, muchos lo descubrieron gracias al gran Manuel Jabois. Sergio Algora siempre con nosotros.

No en mi país

Que no. Que no, y lo digo mil veces, lo puedo cantar en plan Deluxe, o como demonios haga falta. Hemos pasado de cospedales a pages y tiro porque me toca. La foto que he visto en la Tribuna me indigna. Llamadme intolerante, que lo soy. Llamadme intolerante mil veces, pero hemos perdido el sentido común. Hemos perdido el norte. Nada más y nada menos que una individua con burka recibe un premio del manos del presidente de la manchega comunidad. Nada más y nada menos que en Toledo. Pensad en el año 1085. Pensad, joder, pensad. Hemos perdido la brújula por completo. Esto está perdido. Hemos sido derrotados por tipos que obligan a mujeres llevar un burka. Con un par. Y encima aplaudimos. Somos imbéciles. Yo lo siento mucho pero moriré siendo intolerante porque es lo que toca. No me va a ganar una civilización incivilizada que tiene esos principios morales respecto a la mujer. Me niego. Y todo lo demás.

sábado, 7 de mayo de 2016

Manic Street Preachers en Murcia

Todos tenemos un Panamá que ocultar. Todos acabaremos de mala manera, porque hasta Cuéntame va a acabar y mal. Pero no hagamos sangre del árbol caído. A mí me cae bien Imanol Arias. De siempre. Duato no. ¿A cuento de qué estas palabras? Anoche, viendo desde las alturas el concierto de los Manic Street Preacher recordó los años buenos y los malos. La teoría de la alternancia, de que lo malo trae lo bueno y lo malo lo bueno. Si tu toleras esto tus hijos serán los siguientes, aunque la vena marxista pasó desapercibida para el rebaño del SOS4.8. Con los minis de cerveza a nueve euros es muy fácil hacer estribillos izquierdistas al margen izquierdo del Segura como si estuviéramos en Barakaldo. Recuerdo empezar a escuchar a los Manic en el Bulevar de José María Rey entre el 2000 y octubre de 2005. La desesperación hecha música. Horas y horas escuchando Radio 3, sin futuro y estudiando en plan cabrón mientras otros mentían y nos contaban en teleseries el tardofranquismo.
Coda: Si me hubieran dicho en mitad de aquella desesperación que vería y pagaría una entrada de un festival hecho en la FICA pensaría en historia ficción, con mayúsculas, nada de Braudel y Bloch, sino desesperación hecha canción. Coda 2: Lo dicho, no le pongamos mierda al Lute, joder, que es un crack. Coda 3: Y hasta la Mona Lisa envjece, se cumple. Pero el amor lo supera todo. O como se diga. ¿O era al revés? Ni el amor puede superar los obstáculos. O vaya usted a saber. Coda 4: Como yo soy el que más humillo a mis principios liberales, convertidos ahora en socialdemocracia barnizada, me pasé al solomillo del Togo, con buenos pimientos, con buena cerveza y con buena ginebra. Y no cayeron cementerios, pero debieron caer.

viernes, 6 de mayo de 2016

La historia no contada...

Años después, muchos años después, ayer volví a escuchar en buena compañía, a Underwater Tea Party. Grandes canciones, grandes recuerdos. 2006 en el recuerdo. Otra vez.

Al lío

jueves, 5 de mayo de 2016

Otro video de Corral

Veo en el blog de Santiago González otro repaso del concejal Corral, uno de los pocos concejales del PP a los que se puede escuchar, como le da un repaso a ciertos personajes. Otro más.

Bazofia intelectual

A falta de un mes y veinte días para la penúltima traca olvidamos que en este país cumplen años faisanes y planes b, marcas blancas y jodiendas con vistas a la bahía. La bazofia intelectual, los trolls, los buitres, los descalzaperros, los reyes de la chufla y todos sus acólitos y secuaces son los que han ganado. Y seguirán ganando. Otra vez.

miércoles, 4 de mayo de 2016

¿No era una perdiz? ¿Un pato? ¿Palomas?

El domingo encontraron en la pedanía de la residencia catastral el cuerpo sin vida de un individuo. Joven. Suicidio. España no recuerda ya el número de personas que en su desesperación, sin trabajo, sin agua corriente, sin energía eléctrica, deciden acabar con su cuento, su vida y su triste existencia. Son números. No son los 17 días que han trabajado nuestros políticos nacionales en los últimos 4 meses. No. Números. Bartolomé, el hijo de Homero, en su amarillismo diría que los multiplicásemos por cero y así serían ceros, muchos ceros. Y al ser cero no existen, porque en realidad no existen. No los vemos. Y si los vemos cuando bomberos, policía, juez y todos los demás van a levantar, soltar o lo que hagan con el cadáver, miramos a otro lado. Los putos números. Los olvidados. Dos patos tenía ese cuerpo ya sin vida en su pequeño trozo de terreno sin luz ni agua. Dos putos patos. Otros dos putos números. Y todo lo demás.

Buscar consuelo

Hay veces que hay que buscar consuelo. En un cualquier vaso, en cualquier bar, en cualquier lugar. Y todo lo demás.

La remontada y la duermevela

Dos días sin dormir aguantando (mal)nacidos pero remontadas como de la de esta noche la compensan. Y todo lo demás.

martes, 3 de mayo de 2016

Grande Estrella Morente

Últimamente la tengo abandonada porque solo tengo oídos para Soleá, pero es grande. Muy grande Estrella Morente y patética Carmena.

Ya falta menos

A la hora de recordar, siempre son buenas las hemerotecas. Son buenísimas. Y Girauta es uno de los pocos nombres de Ciudadanos que me convencen realmente.

lunes, 2 de mayo de 2016

Su trabajo

"Es mi trabajo: Beber y saber cosas". Tyrion Lannister en el capítulo segundo de la sexta temporada de Juego de tronos.

La clase de Geografía del día

Como ya falta menos para el treinta de mayo, hay que recordar este himno casi todos los días. Casi todos.

Los buitres continúan a lo suyo

Ahora tratan de cleptomanizar a la candidata. Puesto a escarbar, puestos a buscar, cualquier asunto es bueno. Demasiados capítulos de Breaking Bad para las mentes de algunos.

El hombre de la silleta

Aparece en el segundo 31, silleta en manos, huyendo del himno de Mayo a la puerta de la Iglesia.