martes, 31 de diciembre de 2019

lunes, 30 de diciembre de 2019

Vicios

miércoles, 25 de diciembre de 2019

martes, 24 de diciembre de 2019

Mr. Robot. Cuarta temporada

Cuando empiezas la cuarta temporada de Mr. Robot esperas catarsis desde el primer minuto. Pero eso es imposible. Oscura y tenebrosa (como casi siempre), con un tiro en la sien para empezar, Mr. Robot va cerrando círculos, explicando pasados de países con rosas blancas y corazones oscuros, metros que no llevan a ninguna parte y jodiendas con vistas a una Navidad que se acerca pero que sabes que es negra. Y en Mr. Robot, para acabar, esa catarsis le da hilo (negro, bien negro), desde el cuarto episodio de la cuarta temporada. A partir de ahí (vaya cuarto oscuro), sin frenos baja el Tourmalet... y lo que Ocaña hizo después de la ruina y los vinos y todo lo demás. Esos encuentros que no llegan a ninguna parte, esa jodida música navideña antes del Apocalipsis. Rutina antes de Nagasaki. Mr. Robot, desde ya, en los altares. Y luego pensar el lugar del que eres y el lugar en el que deberías estar. O tener que olvidar sin querer olvidar. O una patada en una bañera. O gordas taxidermistas vendidas al lado oscuro de la fuerza. O no. Todo es mentira. Socios, colaboradores y pensamientos obtusos. Y esos actos del octavo capítulo. Para ver, volver a ver y lo siguiente. Y el rayito de esperanza, escalera arriba, escalera abajo, puede funcionar. O no, pero está ahí. Es posible, tanto o más que alguien te recuerde Los tres días del cóndor. Ideas, arenas movedizas, conspiración mundial, RBP (ricos blancos pendejos para todos). Para todos. El Infierno sigue lleno de buenas intenciones, y el dinero no lo es todo. Pero casi. Y mirar(te) al espejo y buscar un plan b, buscar una alternativa a la jodienda que se supone que te mereces (o te han obligado a merecer). Pero quizás exista un mínimo de justicia social (¿poética?), de posibilidad de equilibrar la balanza, de que todo no sea dolor y rechinar de dientes. ¿Es posible redistribuir la riqueza? ¿Es utópica nuestra existencia? ¿Qué pijo hacemos perdiendo el tiempo? Y esos tres últimos capítulos en los que te das cuenta (otra vez, enésima potencia) de que todo vuelve a ser (en su bucle) mentira. Mentira podrida. Todo. Todo. Todo. Una puta mentira institucionalizada (o no). Puta mentira. Canciones repetidas, años atrás, en mitad de la mentira. Y retinas y lágrimas y todo lo demás.

¿Qué hacemos ahora sin los italianos?

Himno del día

lunes, 23 de diciembre de 2019

Foodie Love. Primera temporada.

Deja la primera temporada de Foodie Love dentalladas, destellos, lucidez de frases que hablan de lucidez según Ana María Matute. El Infierno sigue lleno de buenas intenciones, pero hay que exigir, con un buen presupuesto, algo más que conversaciones taciturnas y alargadas. A veces, muy alargadas. Viva la lucidez, viva la ensoñación y viva, sobre todo, la mentira. Pero las mentiras pueden reducirse. Estaría bien, en mitad de preguntas trascendentes, reducir el asunto, no estirar tanto el chicle. Sí: el Infierno sigue lleno de buenas intenciones. Pero queremos que, antes o después, las buenas intenciones se resuman un poco. Un poquito más. Coda: El puto bote de mayonesa caducado entrando por tu boca... Coda2: Portishead al poder, pijo. Coda3: ¿Por qué abusar de la frivolidad en los primeros capítulos? ¿Por qué no quitar las dos primeras horas? Coda3: ¿Qué pijo es eso de la culpabilidad no haber querido bastante? Coda4: ¿Número o cuánta gente hemos puesto en un rincón oscuro de nuestra cabeza? ¿Se lo merecen? ¿Somos injustos?

1994

Empieza 1994 con un debate, algo que nos faltaba en 1993 y 1994. Berlusconi y otro. Porque esto va de Berlusconi y los otros: aparece Maroni, aparece Bossi, aparecen la nietísima del Duce y otras diputadas, aparecen elecciones europeas y aparece el Mundial del 94 y el partido contra España y el partido contra Bulgaria y resucitan muertos que creíamos muy muertos y mujeres con pretensiones que (aparentemente) son floreros. Vaya tela con 1994. No deja títere con cabeza. Ahora que vivimos en España esta atomización, esta italianización de la política, está bien recrear(se) en la bazofia bien hecha, bien rodada. Ahora no llueven monedas pero llueven votos, se roban diputados y diputadas, se ciudadaniza el fracaso como azucarillo en el café. Al fin, en la política, en el fútbol, en la vida, siempre todo es mentira. Muy mentira. "En política hay que saber ceder", comentan en un momento de la serie. Ceder. Ni más ni menos. ¿Cedían algo Costacurta, Albertini y Donadoni? Pues no. Va a ser que no. Aunque todo tiene un precio. Siempre. Una foto con la orejona, una camiseta con tu nombre, un recuerdo de SP y el rey de España en el 82 y aquel famoso "ya no nos alcanzan". El precio, los zapatos limpios, el desván y las jodiendas en la habitación de atras. Cabalgad, cabalgad, malditos. Pero luego hay saltos y teatro, mucho teatro: en islas, en salas cerradas en saltos temporales. Y llegamos a 2011, y la prima de riesgo y mentiras institucionalizadas. Muchas mentiras, y no solo institucionalizadas. Y hablamos de Pirlo y Drogba, aunque no lo hemos visto jugar, o, tal vez, sí. Y punto. Vivan las mentiras. Las putas mentiras. Viva el pasado, el puto pasado y pasado mañaña.

domingo, 22 de diciembre de 2019

sábado, 21 de diciembre de 2019

Pure. Primera temporada.

He visto la primera temporada de Pure entre viajes autobuseros, evaluaciones y pérdidas de tiempo en general. En distintos generales. O pérdidas de orina a la altura de Concha Velasco. Cada uno que busque citas bíblicas para el diablo que se merece. Y Pure, en mitad de caballos y cadenas, de arrastres y pasado, nos pone en la tesitura de tener que elegir. Bandos. Siempre entre el bien (¿qué pijo es eso?) y el mal (¿qué pijo no es eso?). ¿No tenemos término medio? ¿No hay posibilidad de equidistancia? ¿No hay algún bando sin bandera? Parece ser que no. Que al final todo el mundo te tiene pillado, te tiene controlado, te tiene manipulado. Muy manipulado. Y si no puedes elegir, solo queda dar(le) hilo a la cometa, estirar el puto chicle y que no te atropellen en un jodido paso de peatones. Triste todo, incluso siendo menonita. Y todo es mentira y nada es lo que parece (como siempre, y en plan Desorden, "la vida pendiente de un hilo"). ¿Y qué hacer? ¿Seguir?

Atornillados al butacón

Será por traiciones

Que le pregunten a Oliver Stone por frases de JFK... ¿Siglo XVI he escuchado? ¿Seguro?

jueves, 19 de diciembre de 2019

Himnos antes del mañana

Cuantificando

Pensando un rato

Reloj

Sueño

Gregorio Parra y sus secuaces lo han vuelto a hacer. No me digas que fue un sueño. Nada como retratar a un régimen (en este caso el de la RDA, y la STASI y todo lo demás). Una de esas escuchaS que hay que hacer aunque no estemos en la RDA. Y va a ser verdad: NO. NO. No fue un sueño.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Recordando

lunes, 16 de diciembre de 2019

Dos

Dos dias. Yeppa

Mopas para todos

jueves, 12 de diciembre de 2019

Con plomo en las alas

Llegó a mis retinas y mis oidos el nombre de Pedro Corral por sus intervenciones en instituciones madrileñas. Un tipo de los que, a la primera, te das cuenta de que ha leído mucho. Mucho y más. De los que los más jóvenes (los que todavía tienen tiempo) deben aprender. Y escucharlo. Estas personas, con sus manifestaciones y palabras, enseñan. Y de estos libros hay que leer fragmentos en clase a los alumnos (incluso, si hace falta, hasta la dedicatoria). He tenido la suerte de explicar en más de diez institutos distintos aspectos de la Guerra Civil Española y (casi) siempre [no sé lo que me falla la memoria a estas alturas de la película], que allí salieron (y por ende, salimos) perdiendo todos. Empieza recordando Pedro Corral, aparte de a Ignacio Saavedra, a sus padres, "de quienes aprendí lo que la Guerra Civil". Ahora hemos adquirido la mala costumbre de no aprender nada, ni errores ni (des)aciertos, ni de aquella GCE o también llamada por otros Cuarta Guerra Carlista. Cada uno que ponga el nombre, el retrato, el adjetivo calificativo o especificativo que quiera. Será por charcos. Al final, posturas enfrentadas en muchas familias, entre hermanos y parientes, sacado el lado más cafre pero también el más humano de la vida. De todo había en las España de 1936, en la del año posterior donde se enmarca este Con plomo en las alas, y en la de 1938 y en la que vino después en 1939. Y el resto, la que nos empeñamos en desenterrar, con especial mal gusto en teles públicas (y privadas) minuto a minuto. Siempre advierto a mis alumnos: Todo es mentira y manipulación. Y aparece el Algete preniki y otros aeródromos. Escribe PC que nuestra existencia es azarosa, pero hay que reconocer(se) en un espejo para evitar malas interpretaciones. Hasta me ha hecho buscar información sobre el aeródromo de Los Alcázares y el resto de la actual CARM. Casi nada. Y empezar a reflexionar sobre el modo de que utilizaron a los españoles los alemanes, los rusos, todo Cristo... trayendo aquí a precio de oro y todo lo demás. Y aprender sobre aviones, y leer sobre los Fiat, y los Heinkel, y los Messermith, y los Chato y los Katiuska.. La historia del yanki que llega a España para luchar con la República ha sido, quizás, exagerada. Magnificada no sé si es la palabra. No lo sé. Pero esa aureola no fue siempre real. Aquellos gringos (o este en particular) venían también por otros asuntos: dinero, dinero, dinero. Dinero. Pero luego se encuentran otra cosa. No todo era la España del Quijote (la primera que tiene el prota del libro). ¿Pero qué España esperaban encontrar? Sirve como imagen la descripción que hace Pedro Corral utilizando las retinas del gringo, la de una España sin Revolución Industrial, la de bestias de siega en vez la maquinización... ¡Viva la Revolución... Industrial!! Y también nos ayuda a visualizar los territorio fueran o no controlados por anarquistas. Y las palomas... Los que pasan por este blog ya saben mi opinión sobre las palomas... Mejor no subrayarla (con boli rojo) más. No. Y ahora que los amenabarianos han descubierto a barbudos que no conocían no está mal recordar esa "ciudad bíblica" salmantina. ¿Había vida antes de Amenábar? ¿Había cine antes de Amenábar? Vaya usted a saber. No venimos a esta vida a ser reconocidos por nuestros hechos... O tal vez, sí. También nos ayuda Pedro Corral a recordar, o por lo menos para recordarlo a los que no lo sabíamos, que al no ser reconocidos, en aquel momento brunetístico del asunto de la GCE, los bandos como beligerantes, no se podían aplicar los acuerdos de las convenciones ginebrinos... ¿Recordamos lo que queremos siempre o lo que nos interesa? Y también hace referencia el autor al día a día en las grandes ciudades, y que hubiera carne todavía en esos 37 en plena Gran Vía madrileña. ¿Por qué un gringo viene aquí con el pretexto de ser instructor y luego hace lo hace? Pues como todos: hacemos lo que nos dicen que hagamos. Todos, no. Casi. Casi todos. Y también, en mitad del horror, esa capacidad para desconectar, para jugar una pachanga futbolera con una pelota trapera. Y siguiendo con comparaciones amenabarianas, esa descripción de la Prisión Provincial de Salamanca, todavía joven tras su quinquenal apertura. Y esa vida cotidiana del condenado, esa espera antes del fusilamiento, esos vómitos, ese saber que tienes los segundos contados, esa esperanza en el tiro de gracia, ese.. Y también nos ilustra PC con palabras el enfrentamiento, la lucha, la contienda entre las dos Españas respecto a la propiedad y la religión. Buen argumento ese para la España del 1937 y la de 2019, pero quizás también para la de 1934, pero también para la de las desamortizaciones. Y todo esa jodienda con vistas a Brunete en mitad del experimiento, del juguete de las potencias que encima (!!!) se hicieron de oro (unas más que otras) con la GCE. Y la rivalidad topgunera yanki, y preguntas sobre deportes, y canciones que recordar y los ojos de los que ven como extranjeros vienen a luchar por "su España". ¿Mentalidad? Y volver a un baño caliente después de días, y los recuerdos de los hoteles Florida y Gaylord, y tito Ernest, y tito Robert con su tita Gerda, y el tito Herder de TNYT, y las pelis en el cine en plena guerra y todo lo demás. Y de las conclusiones del libro, de lo que dicen los viejos y lo que pasó y pudo pasar y realmente pasó, entramos en Historia Ficción (otra vez): esa repetida figura de Francisco Franco como "regente" a la espera de un rey que hubiera sido solo de la mitad del personal español. Difícil, tanto o más que el desayuno de agua con achicoria. Y el papel de la propaganda y esa libertad ya en el invierno de los cuarenta. ¿Orgullo? ¿Recuerdos? ¿Necesidad? ¿Obligación? Que no se nos olvide ningún detalle de aquella historia. Ninguno.

Gracias Corrochano

José Luis Corrochano es otro de esos tipos a los que da gusto escuchar... y escuchar los himnos con los que ameniza el programa. O sus programas. Quién me mandaría a mí no terminar Periodismo...

Himno para Santa Lucía 2019

Alsinianos todos

lunes, 9 de diciembre de 2019

¿Himno?

¿Empezamos a verla otra vez?

¿Pero su palabra tiene algún valor?

The Sleepers. Primera temporada.

He visto hiperfragmentada la primera temporada de The Sleepers. Entre temas y prácticas y unidades didácticas y exámenes y comentarios y jodiendas sobre sobre parques naturales la he ido dejando para ratos de desconexión de diez minutos. Hay que verla. Espías, los últimos días de Checoslovaquia, la StB (gracias por no hablarnos del KGB, ni la Stasi, ni la StB, profesores de la facultad), ingleses pensando en el día después a la caída del régimen, bares poco recomendables, bases rusas y estrellita roja, música celestial, enfermedad, desaparición, favores que no se cumplen y otros que sí. O que tal vez sí. Dicen en un momento que la gente quería lo que el resto, "más dinero en el bolsillo". En el jodido bolsillo. Y The Sleepers es una gran mentira poniendo imágenes a la mentira del comunismo institucionalizado. Una buena idea llevada jodidamente mal a la práctica. Utilizando la nomenklatura con k, "manifiestamente mejorable". Pero hace pensar. Y si hace pensar, es bueno. No es agradable, deja puntos suspensivos, dejas espinas de pescado y secretos que ocultar. Muchos secretos: cartas, teléfonos pinchados, casas que investigar, persecuciones y personas que admiten que tras la caída del Estado, vendrá otro (quizás, aún peor). O mucho peor. ¿Cuál es el precio de la libertad? ¿Todo vale para sustituir la libertad? Todo es mierda en cualquier sistema político. O eso parece. Y cuando todo se va a la mierda, cuando los hospitales son muñecas rusas de dolor y llanto, cuando se pudren los cadáveres que hay hacer desparecer en sosa, siempre hay un tipo, o varios, a los que cargar el muerto. Información y desinformación y todo lo demás. ¿Mear sangre también es mentira? ¿De verdad alguien pensaba que el comunismo no se iba al garete? Con el comunismo me pasa como me ocurría los últimos meses de Galerías Preciados en la Gran Vía de Murcia, que ibas pensando en encontrar alguna ganga. Pero ni gangas ni chorradas, solo estanterías semivacías. O vacías. No sé si es una buena imagen, no sé si como dicen en The Sleepers Checoslovaquia no era Europa del Este sino Europa Central. No lo sé. De todo hay en la viña del Señor. Un poco de todo. Coda: Ahora lo llaman el relato. Controlar el relato. El puto precio de la felicidad de la mentira. Y vaya puta mentira. Coda: Y como en toda buena historia, a nadie le interesa la verdad. A nadie. Que suenen violines. Música celestial. Terciopelo para todos.

martes, 3 de diciembre de 2019

Pensad

Ya sé que digo, hablo, medito. Sobre el pensamiento. Sobre ese jodido verbo. Pero este video da que pensar. Pensad. Pensadlo.

O quintas

Murcia Río 2019

Nada como ir un rato al Gabriel Pérez Cárcel (sin peleas con madres que no saben conducir) y encontrar al charco milenario e incombustible. Yeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeepa.

El Teatro (Mr. Robot 4x07)

lunes, 2 de diciembre de 2019

El irlandés (2019)

Pintores y viajes en coche, residencias de ancianos para contar batallitas. El irlandés, otra batallita. Otra, pero con la nueva perspectiva netflíxtica. Todo cambia. ¿Recuerdos de Cuba? ¿Dejar de fumar y meter a Fidel Castro en una misma frase? ¿Nos hubieran dejado a nosotros si hubiésemos escrito el guión? Por supuesto que no. ¿Lo siguiente? ¿Un remake de Pulp Fiction en la ene roja? Vaya usted a saber. Y carne, y desapariciones, y los abogados jodiendo la marrana. Y la nariz de Joe Pesci, y recordar JFK y aquellas jaranas cubanas. Pero eso es otro cantar. Y el Señor Lobo convertido en jefe de Filadelfia. Y la guerra, y sus recuerdos, y el miedo, y rezar y todo lo demás. Día a día, supervivencia. Y manos que pisar, destrozar. Manos ejemplarizantes. Y más batallitas del dinero negro, y lo que hay que hacer se hace para mantener una familia. Y ascender, y subir escalones, y llegar a la cima. Y cambiar de montura (o como se diga). Y a los tres cuartos de hora, el sindicato. Sale la palabra. Hoffa. Hoffa en 2019 sería un creador de tendencias, un ser al que seguir en redes sociales, un tipo al que imitar y reconocible en cada uno de sus movimientos. Y eso hace pensar, y si piensas, estorbas. Mucho. Peligroso. Diana. Adiós. Y cuando estás en un altar puedes ser venerado pero, sobre todo, odiado y envidiado. Y captar afiliados era como instagramear seguidores. Y de ahí al asesinato, un rechinar de dientes comiendo costillas de cabrito. Un momento. Préstamos de camioneros para Las Vegas. Y más teorías sobre la victoria de JFK en Illinois a cambio de recuperar Cuba. Teorías, conspiraciones y todo lo demás. Traición tras traición. Una detrás de otra. El irlandés es una sucesión de historias y muertos, de lo que iba a ser pero no pudo ser, de lo que se pudo cambiar pero se jodió. Jodiendas con vistas a la bahía, y no solo de la de Cochinos. ¡Viva la Patria! Vaya palabras de Castro. Y la cárcel, y el fraude y la extorsión y la caída de los hermanísimos. Y lo que no puede acabar bien, no lo hace. Y los ojos de Anna Paquin, esa mirada. Y los recelos y la desconfianza y los malditos celos. Lo inevitable. Y los daños colaterales. Y una frase, una frase, una frase... Coda: La bursitis. La puta bursitis...

El show del pasado sigue presente

A medio hacer