lunes, 30 de septiembre de 2019

Preocupación 2.0

Aquí no nos preocupa que el Parlamento de Cataluña imponga algo ilegal. NO. NO. NO. Importa una pandilla de tipos tomando cervezas.

Pujolismo-leninismo.

Otra más.

domingo, 29 de septiembre de 2019

La última Coca Cola del desierto.

Se están leyendo los últimos días distintas alabanzas sobre el Urralburu murciano. No sé si se deben calificar de excesivas o muy excesivas o excesivamente excesivas (¿La LOGSE nos ha hecho daño?). No perdamos la perspectiva. Está bien reconocer la labor, pero parece que teníamos aquí escondido al podemismo ilustrado, al Floridablanca de un Más Murcia que no tuvo valor (o eso me pregunto yo) de montar el chiringuito propio para las elecciones de mayo pasado y ahora, visto lo visto, tomas las de Santomera y el pantano. ¿Se puede hablar de pantano (franquistas todos) en unas letrillas sobre exlíderes regionales de Podemos y ahora de Más País y vaya usted a saber y el Tío Pencho si de Más Murcia? ¿Más Murcia o más Murcia menos Cartagena? ¿Para cuándo la biprovincialidad? ¿De qué va todo esto? Yo reconozco que voté a Podemos (sí, al que le faltó atacar al carlismo vasconavarro y a la burguesía catalana atacándolos con la bandera española. Fue la oportunidad perdida: 2015. Faltaron amarillos y sobraron rojos después de aquella oportunidad (digo por el acercamiento a IU, que más que sumar, resta). Eso lo sabían en Barrio Sésamo y también los seguidores de Dora la Exploradora. Sí, es así. Tipos, tipas y tipes que han crecido viendo a Diego y a su prima, a Pocoyó y el chico sin pelo cabezón, a Calamardo y sus secuaces, van a votar en noviembre. Y no estamos para experimentos, para jodiendas con vistas a Murcia Río (y las pedanías de la capital del ex reino valcarcil hechas unas zorros (o zorras o zorres, que también hay transexualidad en los lobos grises). Por todo ello, toca reflexionar y leer, si hace falta las alabanzas. Pero escucho alabanzas, o a Fuerza Nueva, o Los Segadores, o lo que toque, toca o toco, y me pongo a recordar a José María García. Pues alabanzas para todos. Coda: Y dado el panorama (Panorama, el extremeño, si que era un grupazo), veremos si el 10N no me voy al monte a currojimenear, a ermitañear, a buscar la esencia del chato murciano o a buscar al votante perdido del partido de Sean Connery (expartido, perdón). Y claro, una vez allí, me he vuelto a perder. Coda: ¿Y si hay transexualidad en los lobos grises pudo haberla en el Rey Lobo? ¿Era verdaderamente una Reina Loba? ¿Reye Lobe? Coda 2: ¿Dónde estábamos los votantes, votantas y votantos de Podemos cuando pusieron a la ex al fondo a la derecha? Coda 3: ¿Será que en esta vida todo es mentira?

sábado, 28 de septiembre de 2019

viernes, 27 de septiembre de 2019

El íntegro Rodrigo...

Icono de Castilla.

jueves, 26 de septiembre de 2019

miércoles, 25 de septiembre de 2019

martes, 24 de septiembre de 2019

Peaky Blinders. Quinta temporada.

Otro salto temporal para empezar la quinta temporada de los Peaky Blinders. Otro caballo para empezar. Otra cabina. Otra llamada de Arthur a Thomas. Amenazas en letras mayúsculas de "Los Ángeles de la venganza". Absenta, azúcar, café y luces y música de gente que ha enterrado hijos de fondo. Y los niños crecen, y las gorras y sus cuchillas siguen activas y en el horizonte siempre hay lluvia, tanta o más que barro en el suelo. Y ahora la partida es a ambos lados del Atlántico, y el primo sigue a lo suyo. Y política y monedas en tierras monegascas, y pistolas con niñas y té con pastas y diez cucharadas de azúcar (otra vez) para hacer un buen agujero en el suelo. Vivan los valles con forma de u y con forma de uve y las petacas de toda la vida. Y si es 1929 es octubre, y si es octubre es el crack, y si es el crack, es Carcetti jodiendo la marrana con sus pendientes. Vivan los Peaky Blinders, pijo. Recesión, bajada de precios y gente que espera por avaricia. Por puta avaricia. Hasta en las mejores familias cunde la avaricia. ¿Es a veces la muerte una bendición? Y saber lo reconocerte y parecerte bien. ¿Por qué engañarnos? Y Grace entre las brasas. Y hasta Mosley sala a la vez. Y La India y los repuestos de La India y las cosas que no debimos decirlas. Chaplin, Churchill, Shelby. ¿De verdad que somos el pueblo y estamos hartos? ¿La política nos pasa factura? Y el puto IRA. Hasta el puto IRA está presenta. Hasta el judío lleno de cicatrices te puede decir que la vida es más fácil de soportar estando muerto. Será la Torá, será Mosley, será el dolor incomprendido, será la rata que trabaja para ti detrás de la barra, será una mentira institucionalizada, será el paso de nacer en una tienda, en una barca, en una casa, en una mansión. Las nuevas generaciones (que no gavioteras) se empeñan en ocupar el puesto de los que han creado los imperios. La puta herencia recibida, la jodida herencia por recibir, el reino con varios reyes es imposible que funcione. ¿Quién no quiere sentar(se) en el trono y jugar a la bolsa y a las cartas y ver El lago de los cisnes y crear un fascismo nuevo y joder al personal con sus locuras? Lo que nos cuesta dormir a algunos, pijo. Saltar por los aires, pensar si un tiro nos sale más barato si acaba en el techo que en la pared o en el suelo. Todo tiene un precio, todo tiene un dolor por el que llorar, seas Thomas o Arthur, seas tía o sobrino del rey, seas hermano político que puedes volar o hermano de sangre en una guerra que te impide dormir noche tras noche. Dios, el desastre, los periódicos, los canales, las cartas, la muerte. Las efigies propias y las que nos dan sombra. ¿Por qué no ponernos sobre nuestro ego? ¿Por qué seguir creyendo que todo esto sirve de algo? ¿Por qué no buscar un retiro y no volver a trabajar nunca más? ¿Tan ególatras somos pensando que la tumba más cara del mundo tiene una función real? Ojalá pudiera pasarme el día disparando gaviotas: sería el tipo más feliz del mundo. Pero no. Está mal visto. Todo es política, y como dice TS, es lo mismo de siempre: guerras, tribus, treguas, mierda. Siempre igual. Y la vida es lucha, lucha, lucha y madrugar sin motivo aparente. También lo asegura TS: "Seguiré luchando hasta que encuentre a un hombre al que no pueda derrotar". Con un par. Y no solo gaviotas.

El nombre de la rosa. Primera temporada

"Vivimos para los libros. Una dulce misión en este mundo dominado por el desorden y la decadencia". Minuto 37 del primer capítulo de la primera temporada de El nombre de la rosa. Casi nada. Vivir para los libros (ojalá tuviéramos tiempo para encerrarnos en esa biblioteca, en ese laberinto... aunque nos perderíamos otras ambrosías de distinta índole). El nombre de la rosa. Llegué a El nombre de la rosa después de leer La piel del tambor. ¿Por qué? Una iglesia que mata para defenderse y las comparaciones que alguien me hizo con El nombre de la rosa. La biblioteca que mata para su defensa en un recóndito lugar. Es lo único que he leído de Eco. Lo único. Otra rémora en mi expediente de cuitas pendientes (¡¡¡penitencia, penitencia!!!). Aunque hubo asuntos, o aspectos (no sé el modo de decirlo de una novela que leí hace más de veinte años). Lo peor (en primera persona masculino singular) fue la ridiculización que hace de Jorge Luis Borges en ese ciego irascible y sabiondo (¿qué hubiera pensado cualquiera de los dos si siguieran vivos y vieran (doble ficción dentro de la ficción) a un actor de Juego de Tronos haciendo de Borges/Burgos? Viva la historia ficción. Pero da juego la serie (casi tanto como una clase de María de los Llanos Martínez Carrillo [más ficción dentro de la ficción]). ¿Y qué decir de Guillermo de Baskerville? Pongámonos a hacer un Ministerio del tiempo y en un mismo tablero (seguimos con la ficción), a unir fichas: Conan Doyle, Sean Connery (antes de Somos Murcia), Umberto Eco y John Turturro (sin imaginarlo con la lengua y los bolos). Viva la ficción, viva la historia, viva el Medievo, viva Tarantino (sin practicar el Medievo en el culo de nadie, por favor). 1327. El Papa, los franciscanos, el emperador y todo lo demás, aunque esa mirada al cielo suena demasiado (otra vez) a Juego de tronos. O es que ya estamos todos pensando en Lannister y ponemos el piloto automático. Y lo mismo pasa, en ese mismo tablero, con Adso de Melk: Slater, Amor a quemarropa y todo lo demás. No puede ser. La Historia no existe. No pudo existir la Edad Media. Voy a quemar el Ladero Quesada, el Mitre y todos los demás. Son mentira. Mentira medieval. Y las ratas del aire llegando a otras ratas (papales), las de Aviñón. Multiplica y te saldrán Sumos Pontífices. Y cerrando más escaques en el tablero, Rupert Everett sin Julia Roberts ni bodas ni amigos como Bernardo Gui pero no como Murray Abraham, sino dándole al manual del inquisidor como solo un inquisidor sabe. El exinquisidor contra el inquisidor. Las espadas de la Iglesia. Y siempre estamos huyendo... hacia ninguna parte. Cantos de sirenas en mitad del bosque. Despertar con la mano amiga y los rayos de sol. Pecados dentro y fuera de la abadía, dentro y fuera de la Iglesia. Laberintos de envidia y sodomía, libros que saltan y matan. Libertada en una époco sin libertada. Y las luchas dialécticas, y las otras luchas, y el fuego que arde, y los franciscanos, y los dominicos, y la banda del papa Juan XXII y su Aviñón imperfecto, y esos libros que matan como síntoma de un Apocalipsis que no llega, de un día que no engloba ni juicio ni final. Demasiada brujería, demasiada desesperación, demasiado odio: la jodida Edad Media. Y mientras, el Emperador en Pisa, viéndolas venir, y el personal en la abadía dándole a una imaginación de campanario, de lámparas de aceite, de sodomía intelectual y de la otra. Pero si tenemos que resumirlo (y lo hace bien en algunos diálogos de los últimos episodio) todo en esta vida (social, económica, religiosa) es un debate de ideas: lo retrógrado frente a la modernidad, el oscurantismo contra la luz de los siglos, la mentira institucionaliza frente a la gran mentira. Porque en el Medievo y ahora, entre errejonistas y eclesiásticos, también, todo es mentira; entre Clara e Isa, todo es odio político aunque compartan genes. Pues imaginad a un Salvatore que mezcla mierda de caballo, esputos y yemas de huevo para poder meter(se) entre las piernas de una zagala. Mentiras, mentiras, mentiras y más mentiras, de novicios y de viejos, de hambrientos y de abades que se refugian en joyas que muestran una brillantez que no reluce debajo de una sábana. Al final, como todo en la farsa a la que llamamos vida, va el asunto de dinero, va todo sobre la envidia y la avaricia, sobre querer poseer mucho más (no vale un poco) que los demás. ¿Desviaciones por el camino? Muchas, incluso esa ridícula mofa de Eco a Borges con Jorge de Burgos, pero no afea ese exceso de barniz un buen cuadro. ¿Seríamos capaces de recuperar ese espíritu primigenio de los dulcinistas? Imposible. Ya no es tiempo para volver a ilusas utopías. La gran mentira ha ganado. Otra vez.

domingo, 22 de septiembre de 2019

viernes, 20 de septiembre de 2019

jueves, 19 de septiembre de 2019

miércoles, 18 de septiembre de 2019

martes, 17 de septiembre de 2019

Argentinos todos

A falta de leer a Borges (no todos lo hacemos en la intimidad, aunque preferimo a ABC), hoy toca argentinizarse para ver el modo en que la derecha gaviotera se acerca al peneuvismo atroz para convertir(se) en un chiste ambulante, insignificante en País Vasco y totalmente inútil y fútil. O lo que sea ahora el PP del País Vasco.

Carlismo is coming!!!

Hay que leer siempre a Rafa Latorre. Ahora lo que tenemos que hacer es leerlo para los que nos escuchan (aunque sea obligatoriamente).

Dimisión naranja

Había alerta, pero no era naranja. Aunque el color era más fuerte, más otoñal aunque veraniego, el tipo, Mr. 112 decidió ir al teatro. Compromiso familiar. No era un entierro, no era la firma de un divorcio, no era la apertura testamental de una posible futura herencia. No. No. Era AG, era un domingo por la tarde en la BBC, una noche en la ITV, un lunes en BT viendo la liga inglesa femenina. No. Tocaba ir al teatro. Ahora toca ejercer la misma exigencia política (dimisión/cese/exilio del extinto reino valcarcil) que se hizo con gaviotas y rosas. Y nosotros, el resto, los que pagamos impuestos, podremos ir tranquilamente al teatro. Al jodido teatro. Coda: Se cumple otra vez el Principio de Peter (PRP), por el cual todo el mundo asciende hasta su máximo nivel de incompetencia, y da igual (o no) que te parezcas a CV-N. Y todo lo demás, también.

lunes, 16 de septiembre de 2019

En el corredor de la muerte

Empieza En el corredor de la muerte con Clinton... y algo que empieza con Clinton no puede terminar bien. Nunca. Va poniéndonos en situación respecto a Pablo Ibar, su familia, sus amistades, sus pistolas, su deporte, sus trabajos, sus amoríos y todo lo demás. Podría también llamarse la serie Malas compañías. Las jodidas Malas compañías. Estar en el momento más chungo que en el peor sitio y con la música equivocada. Y el bigote. Con ese bigote solo puedes acabar en un jodido sitio, hubiera escrito Tarantino. Otro día hablaré por aquí de la inquina que todo Cristo le tiene ahora a Tarantino por su pasado profesional con HW. Lo dicho: Malas compañías. Y a resultas (grandes tres palabras, todo es mentira. Siempre. El segundo capítulo empieza con George Walker Bush (siempre ponemos la W y nunca nos preguntamos su segundo nombre), ese monigote en manos de DC (EVDP). Y entonces aparece la sombra, las horizontales paralelas, el abogado impresentable, la madre moribunda, la amiga con buenas intenciones, el fiscal con ganas de sangre tras la ojota de turno y mil asuntos más. Y la siguiente pildorita empieza con Barack Obama (siempre hay que decir Barack, como bien nos enseñó RA) y Biden, sin rayas paralelas sino con naranja butanero. Y la vuelta del Padre a la tierra de las vacas buscando perras, y su parentesco con Urtain y la tele vasca y conjeturas varias. Y las esperas, las cuchillas, los cristales y la desesperación hecha vida cotidiana antes y después de firmar un papel. Años y años y más años. Y luego, un hilo de esperanza, que se desvanece y se abre a partes iguales. Y Trump y el muro y el cambio de abogado que lo modifica todo. Y cuando todo parece blanco, se vuelve negro, y naranja, y rayas verticales, y a la cuarta pensando que será la vencida. Pero no. Quizás, definitivamente quizás, sea todo mentira.

domingo, 15 de septiembre de 2019

Carnival Row. Primera temporada.

Todo es mentira, pero poniéndole imaginación hay mentiras que brillan más que otras. O nos oscurecen la visión y nos tomamos el privilegio de disfrutar con alas de hadas, de sufrir con patilleros malos, de escuchar mentiras tatuadas que no queremos que se hagan realidad pero lo hacen. Todo eso y mucho más es la primera temporada de Carnival Row. Saltos y más saltos, y perfumes y burdeles alados y barcos que esperan mejores oportunidades y saltos a vacíos emocionales. El problema de CR quizás sean los epítetos previos a su emisión, el famoso rasero (no únicamente los indies tienen rasero propio) que más que ayudar perjudica. Fuera prejuicios y a disfrutar del show visual, del disfrute de retinas ante lo que quizás no se repita en un tiempo. Luchas por ascender, luchas por sobrevivir, luchas por la defensa de un ideal equivocados. Mixturas y faunos, falsedades sobre un tapiz en el que siempre se pierde. Escapar, huir, volar. Todo es mentira, sí, pero vivan las mentiras. Vivan las mentiras bien hechas, las mentiras sobre un estrato de irrealidad. Y todo lo demás, también.

viernes, 13 de septiembre de 2019

miércoles, 11 de septiembre de 2019

El Espía. Primera temporada.

Llevo tiempo sin explicar las Primaveras Árabes, las primaveras, las. O lo que sea. Pero está bien recordar, gracias a la primera temporada de El Espía, esos estándares de 1º de Bachillerato tan útiles, tan necesarios, tan tan. Grandes seis letras últimas antes de esta frase. El Espía: Eli Cohen. Gran apellido Cohen. No deja indiferente. Tenemos prejucios de todo teniendo agua potable (yo el primero). Pensamos en el Lago de Tiberiades, y los Altos del Golán y en tantas cosas sin estar allí. Y parece ser que Eli Cohen si estuvo así. Llegué a El Espía sabiendo el final, y eso también está bien. O no. Hay que ver ese lado del diablo, el de agente doble al servicio de los elegidos (menos mal que son los elegidos), de las bombas, de las fiestas, del hambre, de vivir sin teléfono ni televisión. O no. Pero hay que entender el contexto (tanto o más que los estándares). ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Por qué nos odian cómo nos odian? ¿Por qué todo es mentira y nos cuesta tanto dolor? Una buena serie, con y sin uñas, con y sin dolor (de los demás). O tal vez, no. Pero da igual, porque todo sigue siendo mentira. Todo.

Modo avión

Cuando te quejes por ejercicios de futilidad, recuerda este artículo de José Daniel Espejo. No lo conozco personalmente. La única referencia directa que tengo de él, aparte de cruzarme con él por la ciudad y no saludarlo (ahora sí lo haré), fueron las palabras de Juan de Dios García en el IES Isaac Peral: me habló de su viudedad, del cuidado de sus hijos, de sus poesías y de que hubiera sido un buen senador. Hay que leer Modo avión.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Rickymanía!!!

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Queen of the South. Cuarta temporada.

Otra vuelta de tuerca con la cuarta temporada de Queen of the South. Otra vez, ahora en escala superior, toca empezar a fortalecer el imperio, a crear nuevos vínculos, a buscar el nitrógeno necesario para alimentar a las rosas con espinas, a traer el tequila y la cocaína líquida, a montar el nuevo negocio, a enfrentarte a nuevos enemigos (del presente y del futuro). Teresita Mendoza no tiene nunca en esta serie tiempo de respirar. Nunca. Siempre luchando, siempre remando. Mucha venganza y muchos juegos cruzados: George y su crisis de identidad, Boaz y sus locuras, la vuelta de Tony, alianza cubanorusamejicana, jueces corruptos (novedad salvo en España, donde no tenemos jueces condenados por narcotráfico o por colaborar con narcotráfico), negros con mucha inquina dentro, Pote y su corazoncito. Tenemos de todo. Y mucho de todo. Hasta pianistas para abrirle la patata a Teresita, ramos de flores incluidos. Inquina y fuego, dolor y más dolor con el ahijado, fuego y bombas y dramones familiares.