lunes, 30 de enero de 2017

Espíritu olímpico

Vaya letra planetaria la de Espíritu olímpico. Nos hacemos mayores y, cada vez, nos gustan más Los Planetas. Coda: Muy grandes, pijo. Muy grandes.

Recordando himnos

Ha tenido que fallecer Paloma Chamorro para volver a escuchar estos himnos. Tiene narices el asunto, ¿verdad? ¿Por qué nos olvidamos de himnos que escuchamos en bucle hace un tiempo? Y leer, y reflexionar, y volver a leer, y volver a reflexionar. Y todo lo demás, también.

Buscando la eternidad

Ovarios blindados

Me alegro. Me alegro de que tipejas como la secretaria de Goebbles esté muerta. Ella, y millones de individuos como ella, miraban para otro lado. Les daba por mirar al horizonte, por mirar al oeste, al este, a los Sudetes o al Rhin. Pero fueron cómplices. Muy cómplices. La secretaria de Goebbles fue otra de tantos.

domingo, 29 de enero de 2017

TAB en bucle

sábado, 28 de enero de 2017

Siguen vivos los regaladores de consejos

Siguen vivos. Rocinantes que aguantan quijotescas desdichas, plegarias sugeridas a sufridos oyentes, a dolor de planta del pie. Siguen vivos los putos zares de la concordia, los putos regaladores de consejos berbabetiernando al personal con sermones sin sentido, con palabras huecas, con silabas de gonorrea verbal. Y aquí seguimos, aguantando el temporal. El puto temporal de los predicadores del bien. ¡Viva la complejidad!

51

Otra vez La Barba. Otra vez más de 50 puntos.

viernes, 27 de enero de 2017

Sustantivando

Anteayer, en clase, les comentaba a los alumnos el mal hábito de acabar las frases en infinitivo. Nada del otro mundo. Hable de los sustantivos. Viento de levante. No había nieve. Se olvidaron de los sustantivos. Pensar. Pensar. Pensar.

miércoles, 25 de enero de 2017

martes, 24 de enero de 2017

Criticar es gratis

Lo de la prensa deportiva, emes mayúsculas y cartas de la baraja, era asqueroso. ¿Criticar? Lamentable. Todos somos fans de Rod, muy fans. Y los criticones, que se vayan a la mierda. A la puta mierda.

domingo, 22 de enero de 2017

Ante el desastre, escuchar en bucle

Abusar de los infinitivos; Cristobal hasta el final; sueños para no escribir; papeles dibujados colgando de hilos desde el techo; sombreros sucios; acuarelas olvidadas; estanterías sin fin; bucles de olvidada arbenig.

¿Podríamos vivir sin morsas?

Adoradores del malditismo, del derrotismo en primera persona del singular, del santiabadismo, de los recordatorios fúnebres de diciembre. No. No podemos vivir sin morsas, sin campos, sin esferas de arbenig. Lo demás, es engañar(te)(nos). Humo barato. Demasiado barato. ¿Y ahora qué? ¿Nos vamos a pique? ¿Qué fue del domingo y el tiempo de verano? ¿Qué fue de los pisos en venta? ¿Qué fue de las banderas de España?

Skam. Primera temporada

Empieza lenta y regular la primera temporada de Skam, pero luego se endereza. Tienes sus momentos. Noruega suena diferente y estas chicas, con esa escena en plan Reservoir Dogs, resume muchos asuntos de la serie. Pero no todos. No es fácil asimilar a los jóvenes de los institutos en mitad de su desorden emocional, de su caos hormonal, de su mierda existencial. Por mucho que lleves una camiseta de los Raiders, no estás en la Bahía. Buena reflexión sobre los rumores, sobre el qué dirán, sobre los clichés baratos, sobre lo que no se dice y no se cuenta, sobre las consecuencias que tiene en la adolescencia los dramas de la infancia. Y Skam pone énfasis sobre la soledad. Estamos solos en mitad de la multitud. Creemos que poner(nos) la capucha lo soluciona todo. Pero no. No es imposible aislar(se). Solo toca aguantar el chaparrón, seguir la línea blanca, sea o no de papel higiénico, en plan Aragón. ¿Qué es el drama en la adolescencia? ¿Por qué cuándo pasa cierto tiempo lo relativizamos todo? ¿Por qué un móvil puede hacer tanto daño? ¿Por qué repetir los errores una y otra vez? ¿Por qué repetir las mentiras? ¿Por qué una disculpa puede hacer olvidar tanto drama? Buena reflexión, entre gorros invernales, sobre el desamor (no solo adolescente). Asumamos la derrota. Como en Juegos de Guerra, "la única manera de ganar es no jugar". La guerra termonuclear mundial no es nada al lado de una crisis adolescente. Absolutamente nada. Nada.

sábado, 21 de enero de 2017

¿Esto es el fin?

Leyendo crónicas de la investidura trumpiense, parece que el fin del mundo esté llegando. ¿Ya? ¿Para ayer? ¿Nadie se acuerda de Bush versión 2.0? Mala memoria tenemos. El ombliguismo político roza el pornográfico. El fetichismo político llega a cotas vomitivas. Polvos, lodos, killers de serie zeta. Pero no pasa nada. Pagar, pagar y pagar. Montorizados estamos, impuestos para todos.

Himnos para esconder el miedo

El barniz sirve para esconder la madera vieja, sirve para falsear una fachada, para intentar pachilopecear algo que se pudre, algo que no tiene futuro, algo que hace tiempo que se acabó pero nos empeñamos en mantener bajo una falda imposible de tildar. Tildar con barniz no es suficiente. Cada uno tiene el lagar que se merece, cada uno busca una Nursia particular para benedictinear.

jueves, 19 de enero de 2017

miércoles, 18 de enero de 2017

martes, 17 de enero de 2017

lunes, 16 de enero de 2017

La lluvia, la nieve, las conversaciones profundas

En esas estamos. A mitad de enero. Un gobierno que nos sangra a impuestos; una oposición que no ejerce de oposición; unos partidos que venían a renovar el panorama político pero que son incapaces de nada. Y, en mitad de este desolador panorama, nos hemos vuelto a perder en nuestras profundas conversaciones: la lluvia, la nieve, el frío del invierno. Seres aneuronales o, como mucho mononeuronales, hablando profundamente sobre el la meteorología. Maldonados del mundo, uníos. No hablemos del libro de este mes, de la serie de este mes, del partido de esta madrugada. No. Toca hablar del frío del invierno. Con un par. Los tenemos blindados. Y, mientras, montorísticos impuestos nos sangran. Cada uno tiene los ministros que se merece. Y todo lo demás, también.

sábado, 14 de enero de 2017

La comparsa

Siempre, antes o después, llegará la comparsa invisible, la comparsa misteriosa que anuncie nuestro último momento, nuestro freno en el final del derrape. Más vale tarde que nunca. O tal vez, no. Pero siempre gritaremos: ¡Vivan las comparsas! Coda: ¿De verdad llegó tan lento? ¿De verdad era el final del cuento? ¿Moraleja?

Promesas y ceros

¿Reflexionamos lo suficiente sobre la mentira? ¿Reflexionamos lo suficiente sobre las mentiras que decimos y que tienen influencia sobre los demás? ¿Reflexionamos lo suficiente sobre los himnos olvidados que antes sonaban en bucle en nuestras cabezas y ahora solo son un eco en mitad de una calle vacía? Mentiras, mentiras, mentiras. Todo es mentira.

17

¿Ha vuelto el mejor Ricky Rubio? ¿Ha sido la baja de Zach LaVine el detonante de su mejor juego? Veremos.

Grantchester. Segunda temporada.

Lo (supuestamente) idílico, la relación detective/pastor se deteriora. Nada es duradero, nada es para siempre. Pero siempre queda algo, queda colaboración aunque no adoración. El guardián de la relación, ángel guarda de sermones estudiados, no tiene tan claro los hechos y las consecuencias. Pesadillas, guerras inacabadas, relaciones imposibles, cuadros que adorar, guantes robados, campanarios de ascenso y juicios con consecuencias. Buenísima segunda temporada de Grantchester, siguiendo la estela de la primera pero profundizando en el drama, en el dolor, en el anhelo de lo imposible, en fotografías de terror y miedos al siguiente paso. Y puñetazos entre amigos e intentar vivir con el corazón roto. ¿Imposible? Siempre es posible, aunque duela. Gran temporada la segunda de Grantchester.

viernes, 13 de enero de 2017

Buenas noticias

Por fin, esta semana, una buena noticia. Hay libros de obligada lectura, y este de Miguel Sánchez-Ostiz, más todavía. Buenísima noticia.

lunes, 9 de enero de 2017

viernes, 6 de enero de 2017

49. De nuevo, Westbrook sacó su fusil

Pero no fue suficiente para acabar con el Barbas y sus secuaces.

Primer himno para 2017

Grantchester. Primera temporada

Vaya descubrimiento la primera temporada Grantchester. Pese a un primer capítulo manifiestamente mejorable (brumoso a todas nieblas), endereza el rumbo y te mete de lleno en la historia de este pastor que, en los 50's del XX, ayuda en la resolución de muertes y asesinatos y todo lo demás. La verdad es que todo es más fácil teniendo al señor Morton en el reparto, al que ya vimos en Guerra y paz y, como no, en Happy Valley. Además, bien rodeado, y aunque se utilicen algunos tópicos de la época, la recreación es buena. Todos tenemos tormentas y diablos interiores, lo difícil es llevarlos. Las dudas, los pensamientos, los argumentos, los sermones: todo ha de ser llevado con la justa duración y poniendo énfasis en lo imprescindible (y no siempre es fácil conseguirlo). Un buen ejercicio visual, de sentimientos encontrados, de disparos certeros, de sangre y ojos cerrados, de ambulancias y tirantes, de sangre en la cara y corazones de incógnitas. Todo se vuelve en contra, pero al final, incluso en mitad de la peor de las pesadillas, en mitad de la carta ensangrentada, hay un hilo de esperanza. Aunque 1953 parezca lejano, fue ayer.

lunes, 2 de enero de 2017

Los días humillados

Empiezo a leer Los días humillados un ratito antes de acompañar a mi madre al médico un día de Navidad. La señora administrativa, día 30 de diciembre, le ha dicho por teléfono que si no era muy grave que esperara hasta mañana. Con un par. A algunas si había que meterlas en un zulo. O, tal vez, no. Como cantaban Los Nikis, siempre, "Herodes, ven, por favor". Hasta la página 18 solo hay una palabra que no entiendo, una palabra cuyo significado desconozco: Ekintza. El traductor del diario El Correo me da dos significados. El primero es "acción, acto, obra, actividad". El segundo, simplemente "acción" con el ejemplo que a continuación copio y pego "delituzko ekintza: acción delictiva". Se ha escrito mucho sobre ETA, pero ahora, en 2016, ya casi 2017, se lee poco sobre ETA y se habla aún menos de ETA. Como si nunca hubiese ocurrido. Cuando hasta hace unos años daba clase en Bachillerato (interinos malignos fuera del Bachillerato), los jóvenes nacidos al final del XX y a comienzos del XXI apenas sabían de la existencia de ETA. Habla Rubén Castillo Gallego de los grumos de la comida al comienzo de Los días humillados; hablar de ETA en una clase es bruma, es niebla en un día en el que solo apetece estar al lado de una chimenea. Igual ocurre con la palabra zulo. No tienen zorra idea del significado de la palabra zulo, igual que yo hasta 23 minutos no tenía ni idea de la palabra ekintza. A esos mismos alumnos, les ponía imágenes de la reconstrucción del zulo de Ortega Lara. Ese telediario, con la desorientación de Ortega Lara con el personal mirándolo, escuálido, barbudo, sin brújula interior ni exterior fuera de su zulo de mierda. El zulo. Tengo en mi habitación, pegado en un armario preikeaniano, una entrada del blog de José Antonio Perez, llamada Libertad para Euskal Herria. La leo de año en año en clase. Todo esta historia existió, aunque no se recuerde. Esta historia existió, aunque algunos no quieran recordarla. No fue solo en País Vasco, ni en Madrid. También en Murcia. También le hablo a los alumnos de Miguel Ángel García Rabadán, asesinado por ETA en Murcia. Escribe Rubén Castillo sobre la bombilla que nunca se apaga en el zulo. Nunca hay que dejar de humillar. Nunca, nunca, nunca. Hasta la enésima potencia. Y también el motivo. El nombre. ¿Por qué a esa persona en concreto? ¿Por qué esa primera persona del masculino singular? Como Juan Alcorta hubo muchos, con más y con menos ceros en la cuenta corriente, con más guardaespaldas incluso. Demasiados. Hablamos de Nápoles, de Gomorra, del sur de Europa. Y luego, Euskadi y Navarra no aparecen en ese mapa. Utilizamos eufemismos: no decimos banda terrorista, decimos movimiento de liberación de la Patria Vasca (o lo que primero se te pasa por la cabeza kubrickniana). Utilizamos palabras que no son exactas, miramos para otro lado, jugamos la partida de dominó en la mesa de al lado del penúltimo asesinado como si nunca hubiera pasado nada. Y escribe Rubén Castillo también el nombre de Sabino Arana. Primero, hablaba Arana de la primacía de los naturales de Vizcaya sobre el resto. Teorías tercermundistas para una región industrializada. Los tenía blindados. Tengo pendiente Paz en la guerra de Unamuno, del que también hay referencia en Los días humillados. El carlismo, el papel de la Iglesia, el PNV y los que miraban para otro lado. Siempre hay lados. Segunda palabra que sale del euskera y la crianza de vacas: Txakurra (perro). "Los txakurras pagados por Madrid", escribe Rubén Castillo. La culpa siempre era de Franco y de Madrid, pero cada vez que Franco pisaba el País Vasco, los chicos del ahora PNV y sus secuaces, y los "chicos de la gasolina" y lo que hoy lleva bandera bildutarra, todos, silencio absoluto. O, directamente, el siguanismo. El funambulismo etarra tomó tonos de tragicomedia en los secuestros. Otra frase para enmarcar que RCG pone en palabras de José María, el secuestrado: "Cuánto sarcasmo hay en la normalidad cuando queda transgredida". Demasiado. En dosis altamente no recomendables. O en picado. Tercera palabra que no conozco: Maketo (extraño). Hablando de lados, de extremos, de la otra cojera, de Madrid, de los fachas, antipatria vasca o el eufemismo que se te pase por la cabeza. Cuarta palabra añadir a significados entendidos tras Los días humillados: Gudari (guerrero). Los guerreros de Euskal Herria, constructores de la patria libre de txakurras y maketos (vamos aplicando lo aprendido, que no todo va a ser googlear). Guerreros aneuronales, por supuesto. Pero con pensamiento único, por supuesto. Nada de sacar los pies del tiesto del sabinoaranismo, por supuesto. Todo se daba por supuesto en Euskadi; todo se da por supuesto, todavía hoy, en Euskadi. Y el concepto de patria, y el de matria en puntos suspensivos. Vínculos, vínculos, vínculos. Antes o después hay que probar la hiel para compararla con la ambrosía. Para seguir con el aprendizaje, la siguiente palabra: Abertzale (patriota). Ayer, viendo el partido entre el equipo mendocino y el estudiantil, añoré a la Demencia. No vi a nadie de la Demencia. La Demencia tenía una serie de principios fundamentales, y, uno de ellos, era el siguiente: "Un patriota, un idiota". Muy abertzale. Acertadísimo, joder. Acertadísimo. Escribe RCG del reloj del hambre. La sensación del estómago vacío que marcaba los segundos interminables del horror. Del cuadro, de esos segundos que se acumulan, y, como escribieron Los Planetas en Segundo Premio, "los días cada vez van más despacio, y solamente puedo esperar". Lo dicho, un horror. Pone énfasis RCG en una frase que vale en el doble sentido: "La tibieza es el primer escalón de descenso hacia la cobardía". La retroalimentación. La Teoría General de Sistemas que nos explicaban en Primero de Periodismo. Y las fronteras también salen a la palestra: Iparralde (País Vasco Francés) y Hegoalde (País Vasco Español). Ombliguismo al poder, que no falte el ególatra de turno hablando de él mismo en tercera persona del singular. Y todos bien educados en la doctrina única en la ikastola de turno, en la escuela de turno, en la comecocos de turno. Pero hasta los carceleros tienen familia, tienen aita (padre) y hay que hablar de ellos. Estocolmo no es solo un truco de marketing y un síndrome. Son más cosas. Muchas más cosas. Y hay que ponerlas sobre la mesa. Y la ama (madre) que no quiere ver a su hijo abertzale. Angelico. Pobrecico. Y regar el país con sangre, como pone RCG en boca del carcelero. Que no falte sangre para los brotes verdes de la locura independentista. Es cierto que, en 1991, fecha en la que RCG sitúa la historia, el poder de ETA era bestial. Bestial lo define a la perfección. Y todos llevamos el recuerdo dentro, el dolor dentro, la novela de ajedrez dentro. Siempre. Siguiente palabra: burukide (líder), refiriéndose despectivamente al PNV. Mucho hemos visto del PNV: alianzas con cualquiera: PP, PSOE, grupos proindependencia. Si la política, según Cánovas y otros más, es el arte de lo posible, el PNV es el ejemplo hiperclásico de cualquier coalición. ¿Quién quiere respetar sus principios teniendo algo que conseguir? Y, junto con el PNV, el asqueroso, lamentable e impúdico papel de buena parte de la Iglesia católica en el País Vasco: cómplice de los asesinos. Siempre hay Judas en la Iglesia. Muchos. Demasiados. Y en la del País Vasco, un montón. Todo empieza con Suárez, que permitía que los cadáveres salieran por las puertas traseras de las iglesias vascas. Todo muy "por si acaso". Y siempre hay un loco como referente: un Lope de Aguirre, un Hernán Cortes, un Simón Bolívar. Lo demás son puntos suspensivos. Y hay que recordar que estos hechos pasaron, que no se pueden olvidar. Y punto

¿En qué orden la ponemos en la playlist?

Difícil elección entre abogados y fiscales, entre colores como supremos poderes. A lo mejor es que mi opinión es que no tengo opinión.

domingo, 1 de enero de 2017

53

El Barbas a lo suyo.

The People v. O.J. Simpson. American Crime Story.

Los que tenemos cierta edad todavía recordamos los ecos del juicio contra O.J. Simpson. Nos hacemos mayores, pero siempre nos queda algo en la memoria, siempre nos queda algo en la quijotera. The People v. O.J. Simpson. American Crime Story resume, desde su perspectiva, aquel juicio, su contexto, sus principales protagonistas y lo que supuso para aquellos Estados Unidos en ese determinado momento. En ese sentido, se mezclaron asuntos judiciales y, sobre todo, raciales. Otra vez el asunto racial. Menudo caso. Menuda historia. Si siempre decimos que no existe la ley, que existe un juez, un tipo que interpreta la ley, en el caso O.J. Simpson fueron los miembros del jurado los que interpretaron, a su manera, la ley. Y, desde el principio de la serie, uno de los puntos claves, si no el punto clave, fueron los miembros del jurado. Blancos, negros, amas de casa y todo lo demás. En el juicio penal, O.J. Simpson salió de rositas, posteriormente en el proceso civil si fue acusado. Pero al final de cuentas, eso ya es historia. Y la serie también se centra en el problema interno de la fiscalía a la hora de llevar el caso. Y, sobre todo, en la elección de los superabogados, el Dream Team que defendió a O.J. Vaya historia. No está mal, pasadas dos décadas, recordar aquella historia. Y todos los que participaron en aquella historia, de una u otra forma, sufrieron una transformación en sus vidas. Cuando le cuento a los alumnos de la ESO que el clan Kardashian se hizo famoso con este caso, no se lo creen. No saben los orígenes de este grupo que toca cualquier asunto y lo transforma generalmente para mal. A fin de cuentas, no importa si O.J. si era culpable o no, simplemente todo se acabó reduciendo a una cuestión únicamente racial. Se vendió la moto con el asunto racial, se invocaban derechos civiles y los hechos acontecidos en 1992. Y acaba, al igual que se inicia, con un capítulo memorable. Películas, más que capítulos. Y sale el careto de Clinton, don Guillermo. Y, si hubiera sido posible, lo ideal hubiera sido que Obama hubiese reflexionado en voz alta sobre el tema. Todo es imperfecto en esta nuestra vida. No existe la ley. Nunca. Existen tipos que interpretan la ley: antes, durante y después. También se pone subrayado a lo largo de la serie a través de las historias colaterales de todos y cada uno de los personajes de la historia. Todos con demonios interiores, todos con historias que contar: las dudas de Robert Kardashian son un buen ejemplo de ello. Serie imprescindible para los que gustan recordar hechos del siglo XX que han acabando retratando a más de uno . Y todo lo demás, también. Coda: Siempre nos quedará Schubert.