viernes, 31 de octubre de 2008

¿Sólo 12 cipreses?

Doble sesión esta tarde. Y no eran azules. Eran cementerios. De osario a osario, y tiro porque me toca. Oca. Aunque los chicos donjuaneros pensaban que iba yo a hacerme unas sardanas. Tranquilos, que sólo piso lo justo y necesario. Para los demás, cementerios, digo, siempre nos queda Mecano. Y pasándolos por la batidora de Seattle, estado de Washington, los Acusicas. Siempre, entre flores de colores. Viernes y fiesta y todo lo demás. Y queremos el Bando en Usa. Siempre huerta. ¡Exportemos el Bando!
Nota explicativa. Que no he tomado cementerios etílicos, de verdad, que lo único ha sido Vichy. Aunque siempre hay buenos recuerdos de los que ponían en Meneíto. Ya sabéis la receta mágica: absenta, mezcal y Strohl 80. ¡¡¡Viva la época heroica!!!

La sangre de los muertos.

He aquí el pueblo que como león se levantará,
Y como león se erguirá;
No se echará hasta que devore la presa,
Y beba la sangre de los muertos.
Números 23, 24.
Y siempre nos queda, el Hijo de Dios.

jueves, 30 de octubre de 2008

El paseo millonario.

Acabando de leer El paseo millonario me pasó uno de esas curiosas, que no casuales, que las casualidades no existen. Porque uno no escucha nunca por casualidad el Beatiful Ones de Suede. Escuché la noticia de la liberación del político colombiano Óscar Lizcano. Y el viernes, Ingrid Betancour recibió el Premio Príncipe de Asturias, y he podido leer el discurso que le salió del alma. La historia narrada por Roberto Tejela es una de tantas que ocurren en la actualidad. Como Brian Wilson con su That Lucky Old Sun. Siempre actualidad. No es apetecible, no es grato. A veces no es grato. Un secuestro es una aventura que no sabes muy bien cómo empieza y no tienes ni idea de cómo se va a desarrollar. El final sí que es una puta incógnita. Pero este paseo no es sólo la historia de un secuestro más en la Colombia del siglo XXI. Es el reflejo de la sociedad decadente y empaquetada de nuestras horas. Junto y por separado. El embalaje existencial viene sin cinta de regalo. El lazo se quedó por el camino. Y cuando todo se desata, la rendición no siempre es dulce. También resalta las evidencias de una alta burguesía con sus miserias eufóricas y decadentes. Siendo bueno no se llega a ninguna parte. Ni de listo. Los secuestros son horas y horas de escucha, es coraje y desesperación. Los discursos propios no siempre son claros y no siempre se entienden. La atención y el deseo, la carne con mucha pimienta y mucha sal. Las cositas buenas salen en otras novelas, los diamantes en utopías de números correlativos. El problema de las adicciones, y del dinero, llevada a la máxima potencia. La increíble ensoñación de las percepciones. Siempre hay un momento para editar una conciencia sin principios, para una reconversión ideal. Novela para aquellos que deben dejar atrás su estrechez de miras. Las paletas siempre tienen que dejar el espacio más grande para el negro, para ilustrar a la vida cómo se merece. La vida es frustración y frustración, una tras otra, engaño tras engaño. El escenario lo pones tú. Novela de recreo y meditación, increíble y necesaria. Y punto.

De momento, sin comentarios.

"Nunca recomendaría las drogas, el alcohol y la demencia, pero sin ellos no sería nada".
Hunter S. Thompson.
Mientras escucho a Robert Plant y Alison Krauss, y su Trampled Rose.

Eventualmente.

- Un profesor sustituto no es un eventual.
- Sí es como hacer de canguro.
De School of Rock. Pues eso. ¿Quién, Quién?

miércoles, 29 de octubre de 2008

Injertos.

Estamos a 29 de octubre y estoy cansadísimo del curso. Del curso en concreto, pero todo pasará. O no. Un día dije en un claustro que el problema no eran los alumnos de la ESO, sino los padres de los alumnos de la ESO. No de todos, por supuesto. Generalizar es un ejercicio lamentable, pero todos lo hacemos, incluido yo. Pero veo que hay mucha gente de acuerdo conmigo. Aunque siempre nos quedarán las olas y los Botticellis. Y todo lo demás. Y el champagne. Y los licores en general. Y las pirámides de Egipto, de Egipto, de Egipto. Y un poco del maestro, entre maestro, el más grande literato del país. Ambigú para todos. Ritmos y ritmos. Y ojito que se acerca lo sangriento. Muerte sobre muerte. Los días globales, los circos multiplicados, todo lo invisible que está ahí, cerca de ti y cerca de nadie. Experimentos. Y punto

martes, 28 de octubre de 2008

Morsas perseguidas.

Bendito sea el dulcísimo nombre del creador. ¿Cómo puede decir alguien algo así? La persecución de los artistas (sean dioses en la tierra, sean surcusales del cielo o del infierno) es tónica recurrente. Y, como sabemos, la tónica sólo va bien con su amiga geiene. En fin, música celestial, porque, como dijo John en Glass Onion, la morsa era Paul. Aunque a veces hay que borrarlo todo, y volver a ningún sitio. Pues eso, recordatorios de cosas que no hay que hacer y todo lo demás. Y recordatorios de fechas inolvidables. Y punto.

lunes, 27 de octubre de 2008

La guillotina y los folios.

"Con las bayonetas, todo es posible. Menos sentarse encima".
Palabra de Talleyrand, ideólogo entre ideólogos.
Lo que yo hubiera disfrutado entre girondinos y jacobinos, y termidorianos, y con toda la pesca. Lástima de bayonetas. Lástima de Siglo XXI.
El mar caníbal y todo lo demás. Y todo lo demás.
Habrá que seguir, pedaleando, digo. Hasta la derrota siempre.
O no, vaya usted a saber.
Pues eso. ¿Todavía crees en la felicidad?

Liberalismo doctrinario.

El sábado me enteré de esto. En fin, cosas que pasan. Los que hemos trasnochado para ver NBA, sabemos la historia del personaje. La ilustración en negro sobre blanco que mejor explica el tema fue la que hizo Daimiel. Recuerdo aquellos Bad Boys de Detroit, y sinceramente, este tipo no me caía bien. Y se quedó sin Dream Team. Un tipo desconocido, hasta que como dirigente y entrenador ha enseñado una de esas caras. La gente que obtiene el reconocimiento muy joven, no suele entender bien sus fracasos posteriores, sobre todo si tienen las espaldas económicas bien cubiertas. Yo era más de Rodman, de Salley, de Mahorn, incluso de los codos de Bill, de Dumars. El cuento no siempre acaba felizmente. O sí, que más da. Pues a escuchar a L-Kan. Aburriéndonos todos. Y punto.

domingo, 26 de octubre de 2008

El ascenso está más cerca.

Currucú, hacía el torcaz. El torcaz hacía. Tarde de sarcasmo en NC. Aunque la batalla vírica dio resultado esta vez. En fin, es lo que hay. Inocencia y desesperación en el 68 de ancho. Siempre nos queda la Caja del diablo. Podemos escucharla veinte veces más. O 200. Lo malo, 8 puntos, y seguimos en descenso. La gente no se cansa y por cualquier cosa aplaude. El equipo no juega a nada. Aburre más que una carta de ajuste. Técnicamente, es el teletexto en la Era de Internet. Pero todavía hay gente que sigue utilizándolo. No se pueden separar los perros de las correas. No se le pueden pedir peras al olmo. Díficil de entender lo de este juego. Siendo realistas, sólo le hemos ganado a Elche y Sevilla Atlético, que están por debajo de nosotros. El límite es el cielo, y no llovía. Aunque el límite es una cosa muy asquerosa de matemáticas. Rostros desencajados y sensaciones inútiles en NC. Césped destapado y nada más. Aunque el señor Marqués fue rápido y hemos llegado a tiempo. Y sin pesadillas.

Las letanías del amor.

La relatividad me lleva a Marilyn Manson. Un tipo de controversias. Pero un artista. Aunque a veces el arte es perseguido, tanto o más que el rostro de una mujer. Tanto o más que una pelota de tenis de mesa paralizada en el aire, inquieta y juguetona, desliz neuronal de una pandilla de amebas. Hasta a la policía se le va la pinza. Aunque siempre nos queda el The Shock Of The Lightning de Oasis, porque, como dicen los hermanísimos, "el amor es una letanía". Aunque luego ves esto y se te queda la cara un poco de no sabes que. O no. Y punto. Pues eso, I have a dream. Y todo lo demás.

viernes, 24 de octubre de 2008

Mil generaciones.

No sé porque he acabado leyendo esto (Exodo, 20, 1-5): “Entonces Dios pronunció estas palabras: Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.” Sueños malsanos, digo yo. Mil generaciones, nada menos. Pedazo de nación con mil generaciones. La hipernación, aunque no sé si con marcas blancas. Decía Eric Hobsbawm en la introducción de “Naciones y Nacionalismo desde 1780” que “los dos últimos siglos de la Historia Humana del planeta tierra son incomprensibles si no se entiende un poco el concepto de nación”. La nuestra, o exnuestra, está camino de irse a la mierda. Todo va directo al holocausto neuronal en el que únicamente se hace el ridículo. O no. Si analizamos un poco la historia de nuestra nación en los dos últimos siglos, desde 1808, es una sucesión de interminables pronunciamientos, revoluciones fallidas, repúblicas impenitentes y figuras desfiguradas por su propia sombra. El apogeo del nacionalismo postmodernista del siglo XXI es fruto de una yegua malparida, de un caballo loco y de un abuelo burro. Muy, muy burro. Ahora que tanto se habla de la lucha entre capitalismo olvidado y comunismo de estado, acciones y nacionalizaciones, errores y más errores, todo se olvida. Menos el nacionalismo. Cada uno se mira, cada vez más, su lamparón. Y la leche está cuajada, muy cuajada. Los tontos del haba, subvención de por medio, desertan de la tiza, de la obra, del huerto, de la fábrica, y de todo lo demás. ¿Se recortarán ahora los puestos? ¿Se le cerrará el grifo a los chupatobillos, a las alfombras vivientes? A cada cerdo, evidentemente, le toca su San Martín. Pero no es todos los días. Y se tiene que poner la cosa más negra que el sobaco de un grillo para que todos los patanes que no trabajan se pongan a hacerlo. Lástima de estados nacionales, y de naciones estatales, y de puebluchos con más historia que Carlomagno. Enanos más enanos que Napoleón se creen el centro del universo. Ni los Masters. Pero en fin. El concepto de nación. En las albuferas, en las aldeas, en los cortijos. Cada uno quiere su nación, y el tonto que paga el ierrepeefe manteniendo al personal. Cotiza y cotiza, para alegría de comidas pagadas y bicicleta oficial. Porque todos tienen el carril bici para utilizarlo, y las rutas verdes. Y las bajocas en vinagre, y los chorizos al vinito, y el café descafeinado. Y todo lo demás. A cada emperador le toca su Waterloo. Su Waterloo. Me cago en la leche, desnatada, por supuesto, que el paladar del emperador es exquisito. Y punto. El treinta y pico punto dos que me quitan de ierrepeefe. Pues eso, holocausto neuronal. Pero pido perdón, perdón, perdón, mil veces perdón. He pecado. Otra vez, otra vez. He pecado, he faltado (no al trabajo en 3 años y 20 días justos ni un puto día). He faltado. Al décimo. Mandamiento, digo. Pues eso, no codiciarás los bienes ajenos. Ni la bicicleta oficial. Y punto.

Siete suelas.

"Probablemente dios no exista. Así que deja de preocuparte y disfruta de la vida". Publicidad atea para el bus. Creo que en el 26, y en el 61, y en el 39, e incluso esta semana en el 6, me he reído más. Llevo cogidos 17 autobuses y 8 autobuses cogidos en lo que va de semana. En fin, que si eso no es ateísmo no sé lo que es. Pero siempre nos quedan los Campesinos.
47 dólares y todo lo demás. Qué injusto que es el mundo. Un día bueno lo tiene cualquiera. No existe la ley, existe alguien que interpreta la ley, está claro. Que tienen que ver las persianas con el chopped. En fin.
¿Se puede titular así una noticia? No sé, no sé. Vivan los manuales de ética periodística. El Siglo XXI y sus juicios de valor. Pero que tendrá que ver. En fin.
¿Por qué? Porque sí. Y punto. Porque la gente toma caviar, y arroz, y cordero con patatas, y merluza. Porque les da la gana, pienso yo. O no.
Escuchando a Cris, recuerdo el manual del buen diplomático, recordado tantas veces por el tío Manolo, un crack al que debemos llevarle algún día algunas botellitas de nuestra amiga azul:
- Si dice sí, quiere decir quizás.
- Si dice quizás, quiere decir que no.
- Si dice no...es que no es un buen diplomático.
Pues eso, definitely maybe. Porque, hasta un inútil sirve para contar suelas. Y punto.

jueves, 23 de octubre de 2008

La lucidez del ocaso.

Leyendo esto te cambia la visión. Y encima, en un día gris. El domingo fue un día raro, por muchas cosas. Y por la mañana, al volver del templo, no puse el cebé, ni el Juventud. No. Me puse a ver el Cajasol Vs Bruesa. Y noté algo raro. Algo raro en Bennet. Y no era porque Pecile se estuviera saliendo. En los tiempos muertos lo vi raro. Algo raro. Después nos desayunamos con la noticia. Y no sabes que decir. A mí me gusta compararlo con Billups. Es ese tipo de base que mandaba. Buscaba el ritmo que más le convenía al equipo. En sus distintas etapas con el Tau le recordamos en sus distintas vertientes. Recuerdo un mate en una final de copa increíble. En su etapa madridista, vivió la transición con Lamas y un inicio increíble el año de Boza (que lo cortó al final para alegría de Hamilton). En su etapa en el Juventud, fue maestro de Don Ricardo Rubio, y estratega universal. Pero en mis retinas queda un partidito en el Palacio de Deportes de la ciudad de Murcia, el pasado 13 de abril de 2008. Flipaba en colores. Ahora se va a Evanston, con su familia. Un crack, un número uno, un superclase. Que disfrute. Y punto.

martes, 21 de octubre de 2008

La mirada de Delonte.

La pasión por los malditos. La lucidez de la necesidad, de la paranoia, del azul en la noche. Lo que le pasa a Delonte West le puede pasar a cualquiera. Luchas, luchas, luchas, y cuando parece que el horizonte es tuyo, vuelves a las tinieblas más asquerosas. El valor, el sacrificio, la necesidad, todo eso pasa por la cabeza de Delonte West. Los malditos y sus sacrificios, su talento malentendido, su postración en el último lugar de un banquillo, hasta que todo cambia y eres importante. Y una vez que estás a la derecha del rey, te ves indefenso, se rompe todo en mil pedazos y ese aislamiento se convierte en infernal. Aunque siempre te queda Rembrandt, y la chaqueta de pana. Aunque visto lo visto, lo peor está aún por llegar. Pues eso, maldición. Y punto.

domingo, 19 de octubre de 2008

Mañana sin excusas.

Busco buscando, señalando señales, interminables señales buscadas. Preciosa What You Wanted. Hubo un tiempo en el que me creía Einstein. El nuevo Einstein. Es más, inventaba fórmulas. Pero no, hay otro. Y no soy yo. Y como don Tomás, sigo vivo. Resacoso pero vivo. A punto de caer, pero sin llegar a tanto. Estoy buscando el centro. Aunque parece ser que no existe. Que no existe, que sarcástico. Vaya jodiendo con vistas a la bahía. Y, a ver, buenavista, si aprendemos a honrar a nuestros muertos, como hacen los british. Con un par. Vaya envidia. Y aquí, como somos guays y tolerantes, se nos va la pinza. Esto lo enlazo, porque no sé que decir. Me quedan las buenas canciones. Aceleraciones y cactus hirientes. Yo no descanso, y la paz no sé lo que es. Nunca entiendo muy bien esos colores, esas muertes agradecidas. 1,2,3. Buscando fotos, o lo que sea. Y lo veo todo blanco. Vuelos y colores, movimientos moribundos. Por cierto, si te aburres mucho, entra en el blog de Moratinos, que recomienda una tarta interesante. Atún rojo. Pues eso, vistas, bahías desiertas y todo lo demás. Y diga 33.

viernes, 17 de octubre de 2008

Florecimientos entre canciones ajenas.

Cerros y peteneras. Miércoles noche. Miércoles, día de reflexión, que decían los otros. 8 y media de la tarde. Las chicas del Ros Casares, como siempre, saliéndose. Eli Aguilar no para. Va a empezar el partido Bélgica-España, y el Alemania-País de Gales, y el Italia-Montenegro. Marcelo puede llegar a los 30. Empieza el partido en los Países Bajos. Si Felipe II, e Isabel Clara Eugenia, y todos los demás levantaran la cabeza. En fin. Que en el minuto 6 nos espabilan, nos meten el primero los dichosos belgas. Belgas, belgas. Le quito el volumen a la tele, porque Butragueño era el rey de la sangre fría, pero la pareja televisiva que hace con Rivero no me atrae. Es más, aburre. Lástima de narradores de este país. Vamos a hacer Dios a De la Casa. En fin. 9 de la noche. Va a comenzar el concierto homenaje a Los Planetas, y Julio Ruiz hace de narrador. Un atlético narrando la gloria musical y un exatlético, como Fernando Torres, que se lesiona. Empieza el concierto. Clovis tocan De viaje y Nunca me entero de nada. Y España que no carbura, y suenan guitarras y coros. En fin, que hay un momento que incluso quito la tele. Pumuki, viva Alex Kidd, tocan David y Claudia y Que no sea Kang, por favor. Y nada sigo a oscuras, en plan redención meditativa. Y los Manos de Topo siguen con DB y Línea 1. Enciendo la tele y veo que España va 1-1. E Italia 2-1. Alemania, cero a cero al descanso. Y Toshack, galés y patrio entrenador, a lo suyo. Salen Fantasma 3 y hacen la versión de 2º Premio. España sufre mucho, mucho. Tachenko tocan Desorden y Reunión en la cumbre. Alemania se pone por delante, y marca un tipo con el 14 a la espalda. El 14. ¿Por quién llevará el 14?. Mientras dilusiva en Bélgica. Y Zambrotta protesta. Nacho Vegas sale a escena, bordando Cielo del Norte y otra producción propia. Villa marca el 2-1. Lori Meyers hacen Vas a verme por la tele y Nuevas Sensaciones. Finaliza todo, y yo me quedo sopa. España gana, Lippi bate records y yo durmiendo como un corderito. ¿Lo habré soñado todo? Pues eso, adecuando formando y contando historias. Grados conceptuales y axiomas publicitarios. Fórmulas desempleadas. Enciendo la luz. Y punto.

jueves, 16 de octubre de 2008

Tijeras oxidadas.

Dedicado a mucha gente. Al hijo puta que no sabe que existe el botón del volumen. Al que no conoce el concepto de armonización de poderes. Al que desconoce el embrague. Al gilipollas. Al julay universal. A la cruz que se cae. A las manzanasgranadas. A lo que únicamente es importante. A la lámpara y su luz. Al brazo dolorido. A todos los miopes que no alcanzan el arenal. A la tierra mojada. A la desaparición del olor desagradable. A las pantalones de campana. Al espejo roto. A las comunas piojosas. A las muertes agradecidas. A un tipo lleno de grasa que espera no se sabe qué. A las salvaciones milagrosas. A la paz y sus cambios. A la a como preposición. Y a, y en, y sin, y bajo, y todas las demás. Cambios y paz, y dolores de cabeza, y fiestas de vino con sabor a vinagre, y cojines de algodón, y al underwater, y a las fiestas del té, y al Estado sin nación, y al pino, y al triàngulo redondo. Y todo lo demás. Pues eso, hilo de seda.

¿Puede esperar el tiempo?

Vaya usted a saber

Mister 64.

Me despierto a las 2 y pico. Repite la radio la canción estelar. Sorpresas que da vida. O no. Pero de vez en cuando, un jueves no es un jueves. Un jueves inocente, de legañas que hasta la ducha de las 6 y 10 siguen vivas, se transforma. Bendita rabiosidad. La credibilidad es un tipo, o una niña 15 años que te examina todos los días. Lo demás son reproches, y los reproches son ideas adolescentes. El que haga reproches a partir de los 30 es que se merece estar muerto. En una caja de pino, de pino de verdad,  y con los pies por delante. Y punto. Pero es que me desvío, como las corrientes circulares. A lo que iba. En fin. 7 y veintitantos de la mañana. Llego a la estación. Saludo a un tipo al que no le daba clase pero que era intimo de mis secuaces tutorandas de hace un par de cursos. Le pregunto por la salud y por el London y me dice que mis ex(alumnas) me tienen. Me tienen en un altarcico. Y ya, después de esto, me quedo sin putas palabras. Si es que, como dice Marchal, don Antonio, con su bendito equilibrio (que envidia das, espadista), no podemos quejarnos. En fin, que las emociones mañaneras no son buenas. Y pasan horas, y sesiones lectivas (capazo a la chepa), y son las 13 y 35 y tengo una jodienda con vistas a la bahía, y me llega un indi, y me dice si le puedo corre. Gir, digo. Corregir. Y le digo que, definetely maybe, no. O si. O no. Al final accedo, porque dice que es para dárselo a una de las niñas. Y resulta que el tipo, un figura, le ha hecho una poesía a una de las compis del grupo, a una de sus amigas por la que se le cae la baba. El chino, originario de la China de José Luis, me dice, en plan vintage, que si, Salva, que mister four eyes le hace poesías a las compis, el tipo. Vaya figura. Y que envidia. Como decía Jota, como podría decir que no voy a hacerlo más. En fin, que quiere que le corrija el poema que le va a dar a la prójima. Qué envidia, le digo. Me mira raro, y me dice que no, que, yo, como hablo, no puedo ser de la región varcalcil. Le digo que sí. Que no se preocupe, que él es un triunfador y yo un IBEX en caída  libre, sin frenos y con un futuro más negro que el de una patera en un tsunami. Y él tipo va y me da las gracias, y todo lo demás. Y me quedo a cuadros, como un puto tablero de ajedrez.  

miércoles, 15 de octubre de 2008

Agenda.

Maneras de advertir. Ejemplo de bondad. Como ejemplo de desesperación. Importante para nadie. Cubiertas de esperanzas. Identificación y diversión. Agentes de locura. Funciones mal desempeñadas. Interdependencia cultural. Conocimiento analítico. Perder algo. Aplicar el caos a la cordura. Manejar segundos sólo con palabras. Realidad ensoñadora. Indicador macabro. Medios silbados. Rasgos de empeoramiento, nada más. Versiones de cualquier cosa. Distintas localizaciones del dolor. Conceptos erróneos. Cultura del error. Paredes atravesadas. Paisajes explotados. Lápices clonados. Relaciones peores. Efectos nocivos. Espacios para la enfermedad. Dulce desequilibrio. Clara a las 6 de la tarde, y a las 7, y a las 8. saber lo que hay que hacer, qué envidia. ¿Dónde está mi guión? ¿Quién guioniza ese mando a distancia existencial? Restos de vida. Muertes horizontales. Un septiembre mal alargado. Terminaciones incoloras. Donativos emocionales. Sol. Y más sol. Espaldas lúcidas. Sueños sin ginebras. Esclavos de sombras. Y punto.

Evaluación inicial.

Como joder al personal dos tardes por semana.

lunes, 13 de octubre de 2008

31 canciones.

Descubrí a Nick Hornby con Alta Fidelidad, una de las obres cumbres de la postmodernidad. La peli que hizo Frears sobre el tema está a la altura de los films que unen vida y música, como Casi Famosos. Con estas premisas, 31 canciones, según su autor, no es un libro de crítica musical, sino la opinión de un loco por la música, de alguien que literalmente dice que hace libros porque no sabe hacer canciones. Estas 31 canciones, entre las centenares de miles que habrá escuchado Hornby en su vida, son una escusa para hablar de todo en general y de muchas cosas en particular, porque toda opinión sobre el arte es cambiante. Y en este libro las comparaciones sobre vida, música y literatura son constantes, como permanente es el sentimiento de estar en el sitio equivocado, de haber nacido a destiempo. El problema es que todos somos seguidores de algo, fans de alguien. En este sentido, en la particularidad de las interpretaciones está el quid de la cuestión. Y todo es contado desde la óptica y la creencia postmoderna de esa clase media europea que se cree poseedora de algún tipo de verdad, de ese hecho por el que te crees que el proceso histórico, sea materialista o no, te hace superior. En este particular, Hornby asegura, con razón, que el arte no es democrático, como no lo es el miedo a la muerte y a la vida que tenemos todos (a la nuestra y a la de los que nos rodean, con el ejemplo ilustrativo de su propia familia).
Todos tenemos un día malo, como lo tuvo Pablo camino de Damasco (o bueno, según se mire). Y en esos días siempre encontraremos una canción pop, y, en todos los días, habrá una balada, una canción que repite la letra, y el estribillo, y la letra otra vez, y todo lo demás. La problemática surge en la caída de la autocompasión, sobre todo, cuando, además, no hay nada más. Es como cuando Nacho Vegas dice que “probaré a morir un poco, y volveré”.
Esa metáfora continua que es el pop es reflejo de la existencia misma, porque es imposible no estar noches enteras sin dormir por culpa del pop. Si algo nos enseñó Hegel es que la imparcialidad es imposible, por lo mismo que el espíritu dirige la Historia. Lo malo es que somos seguidores de músicos, y, encima, sin talento. Y entonces te das cuenta de la suerte esquiva. Y todo se hace coincidencia, incluso la emoción. Observas acordes, puntos, guitarras, bajos, baterías, y te has creado una mitología, un Panteón musical de escasa complejidad, y todo es desprecio. Eso es, precisamente, lo que ocurre cuando simples personas son convertidas en Dioses con mayúsculas. Estoy hablando de una relación de misticismo entre vida y música, pero también de devoción incontrolable y condenada hasta la muerte, hasta tu muerte, en la que ya debes pensar que música deberá sonar. Ya lo decía Kant, las exigencias y los fines de la razón. Y te haces viejo, te salen canas, y te das cuenta de las cosas, y te ves ante el espejo un domingo por la tarde con una bata, zapatillas de paño y camisa de franela. Todo cambia, ya lo decían los Byrds. Y todo siguen siendo prejuicios y estupidez, no sé si entendida o no. Pero todo eso es la mentira de la postmodernidad.

El dedo es alargado.

Sarcásticos forever. La civilización y sus consecuencias.

sábado, 11 de octubre de 2008

El tiempo de las naranjas.


A ver después de lo de hoy, que dice don Emeerre sobre banderas. Aunque siempre podemos soltar algún chiste, y pensar en canciones evocadoras y en reflexiones verdaderas:
- Que, al final, siempre necesitamos a alguien.
- Que siempre se fuma en la puerta.
- Que hay que cantar, sea lo que sea (¿lo que dices es verdad?).
- Que el tiempo de las naranjas, llega, en pleno octubre. Y mira que pinta tienen las primeras del inquilinato catastral. No todo es vodka con zumo natural de naranja. Al final siempre sale el sol.
- Que todo es fachada y lo que importa es la eliminatoria final. ¿O no?
Pues eso, que la lluvia estaba sucia.

Viento sur.


Parece ser que hay sociabilizar al personal. Hay que racionalizar, alterar, educar. Tópicos y más tópicos, fanatismo y más fanatismo. En la sociedad alienante postmodernista, toca olvidar los horrores de la vida. Ahora piden que expliquemos el sentido cívico de la vida, el relativismo y la diversidad política. Toma ya. Espíritu sombrío y melancolía imprecisa. Tragedia soul es la centuria actual. Carteles que estorban. Sumisión espiritual. Los valores del descrédito. Democracias desangradas. Seres autómatas. Epistolarios olvidados. ¿Dónde está la época heroica? Ya lo decía Manolo Kant: “Oigo gritar por todas partes: “¡No razonéis! El oficial dice: ¡No razones, sino haz la instrucción! El funcionario de hacienda: ¡No razones, paga! El sacerdote: ¡No razones, reza!”. Qué sarcástico el tito Lolo. No razonéis. ¿Es que sigue existiendo? En fin que pasaremos el sábado lo mejor que se puede, con distintas ayudas:
- Pensando en motivos para mejorar.
- Escuchando un conciertazo de los Clash que Diego A. Manrique puso en El Ambigú.
- Contando gotas de agua.
- Viendo climogramas (¡!)
- Empaparse de White Strpes.
- Preguntarme dónde está el sol.
- Aprender a no quejarme viendo esto.

viernes, 10 de octubre de 2008

Hojas sin cerveza.

Dicen que, en El contrato social, Rousseau escribió que "El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado". Algo así le pasa a las macetas de mi inquilinato catastral. La herborización es una pérdida de tiempo, una muerte anticipada, una supernova de desesperación, gente que nada contracorriente, un verano con lluvia, una caída libre, un ni sí ni no sino todo lo contrario, un cambio nada especial, un extraño pelotazo, un colocón de alcohol puro, un muro de algodón, una acritud correspondida, un dedo roto, un día en el que cambia todo, un magnitud incalculable. Algo increíble, realmente increíble. Y al final, la maceta, como nosotros, se va la mierda, perdida en la niebla de una bolsa negra de basura. Y todo es una puta mierda. O no todo. Todo, todo, todo.

jueves, 9 de octubre de 2008

Eleujotaeneese.

¿Delincuencia o detenidos? No sé qué decir. Mejor me muerdo la lengua.
El Islam del siglo XXI. En Público hablan de la figura de Nawa y en el País de lo que puede pasar si no cumples un precepto. 
En el 20 Minutos hablan de la calidad universitaria. ¿Calidad? No sé, no sé.
Aviso para los dependientes, sean de la misma familia o no. Leído en el adn. Dependencia.
Centenario feliz. Ponga un Amadis en su alma. 
En fin, lluvia y más lluvia.


miércoles, 8 de octubre de 2008

¿Dónde está el verano?

Vaya partidito que vimos el domingo. Nos reímos y el Real ganó. Y lo de siempre. Aunque se estuvo escuchando más tiempo al personal foráneo. Es lo que hay. Aunque siempre nos queda el azul. En vaso, digo.
A otra cosa, insecto. Hablando de azules, veo en Público que ha salido un invento bastante utilizable. Y responsable. Siempre hay que pensar antes de decir las cosas importantes. Vale, que luego todo se dice. Qué barbaridad y que gran canción.
Pues eso, que en las sepulturas todo se sabe. O no, vaya usted a saber. Mañana será otro día. Y ya van unos cuantos.

martes, 7 de octubre de 2008

Un martes cualquiera.

Con una pistola siempre empieza algo. Algo jodidamente peligroso. Y el personal recuerda, pero ¿realmente quiere? No lo sé, habrá que preguntárselo a Ernesto (sí es que sigue hablando español en España). En fin, que los martes son como los rosarios, demasiadas cuentas para tan pronto. Pues eso, Filosofía y Letras.

domingo, 5 de octubre de 2008

Torrijas bien quemadas.

Las torrijas. Receta sencilla: pan duro, leche, huevo, canela y limón. Espectacular. En el lugar de mi residencia catastral, espectaculares. Espectaculares. Hoy han caído seis.
Aunque hay otras torrijas. ¿De verdad qué no te acuerdas? ¿O es que no quieres (acordarte)? Que mejor ilustración sonora que la Estúpida de Tulsa. Apura, apura.
Y que suenen ukeleles. Pues eso, torrijas.

Azúcar 100%.

A ver si algunos se endulzan un poco y dejan de beber vinagre por las mañanas, y dejan de ser unos putos cicutas. Entre hielos y supernovas el personal se olvida de lo realmente importante. O no. Pues eso, que hay que olvidarse de la sacarina. Y el que quiera caquiles, que me los pida, que están en la cocina donde soy residente catastral.
No me creo que alguien en Murcia no sepa dónde está El Cuervo. Ayer con la dobleb más importante del sureste español, esa dobleb que conoce a Chomsky (aquí dejo el último), hice esta foto del bar en cuestión. Adorad, adoradores. Y la mejor ilustración sonora que he visto en bastante tiempo. Y reflexión.

Pendiente del ombligo.

El gran Oyola, ha puesto en su Tigre Harapiento las letras juntadas sobre su Gólgota. Leed, leed, malditos. Como escribió Manuela en los comentarios, "habrá Domingo de Resurrección". Pues a esperar.

sábado, 4 de octubre de 2008

El ateísmo y El Origen de las Especies.

Alguien que llama a tu casa sin un motivo aparente. No es el día de marras. No es el día del Apocalipsis. No es el día en que somos campeones. No es el día de tu aniversario. No es el día del debate presidencial. No es el día del aumento del estado del bienestar. No es el día mundial del medio ambiente. No es el día para hacer mesas redondas. No es el día más adecuado para hacer deporte. No es el día para meditar. No es el día perfecto para el ocio. No es el día para jugar al trivial por parejas. No es el día para querer. Quizás sea un día perfecto para refugiarte en el azul pero no lo es para confirmar tu asistencia. Quizás sea el día adecuado para llamar a tu puerta sin un motivo aparente, y decirte que existe el ateísmo y El Origen de las Especies. Y punto.

viernes, 3 de octubre de 2008

El concierto de R.E.M.

Dicen que dijo Borges alguna vez que “si viéramos realmente el Universo, tal vez lo entenderíamos”. Con los grupos de música me pasa algo así. Me gusta escuchar los matices de los discos de estudio, pero ves su verdadera grandeza en los directos. El martes pasado estuve viendo a los R.E.M. en la plaza de la Condomina. Sustancia, desesperación, vitalidad, ensoñamiento. Todo eso es R.E.M. para vi. No soy un devoto fiel, es un grupo que veo fuera del mundo real. Los veo un tanto falsos, aunque todo es subjetivo. Pero la parafernalia musical es otra cosa, y por el arte de lo imposible han llegado a ser verdaderas estrellas alcanzando la gloria. El mismo Borges dicen que dijo que “el éxito y el fracaso son dos impostores”. Será eso. En fin. Ahora hay que conciertar, que es lo que se lleva. Unas cositas antes de dejar de teclear. La chiquillería que había en el albero, salvo honrosas excepciones, no eran fanáticos fanáticos. Había un poco de todo. Desde mi butaca de última fila, puro palomar, vi a los fans de verdad: gente entradita en años, y muchos también en canas, que se sabían cada una de las letras de las canciones y que disfrutaban de verdad. También a estos hay que cuidarlos. En fin, hasta los grabados de Durero envejecen. Momentos realmente grandes, en los que el personal se puso loco, de pie salvo el clásico gandul que soy yo, sólo hubo realmente 3: el Losing my Religión (bendito año 92), el Man on the Moon, y, para mi sorpresa, el End Of The World As We Know It (And I feel Fine) de cuando Miguelcito todavía tenía pelo. En fin, yo lo vi un tanto falto de emoción (aunque sólo hay ginebra del soldado, y la ausencia del azul quizás tuvo algo que ver). Un aprobado alto. Aunque, si yo fuera fan me preguntaría el por qué de que no sonaran ciertas canciones ( Shiny Happy People). Será que me estoy haciendo mayor. Gracias a Pedro por la entrada. Perdón, perdón, al otro Pedro.


90 veces 9.

Ayer hablábamos del 7. En el proceso cabalístico en el que me encuentro, hoy voy a por el 9. Porque, al final, siempre y siempre, extravagancias varias, alquimia de la postmodernidad. Arquetipos de un tiempo raro como es el que vivimos. Pues eso, del uno al nueve, hoy es diferente:
1) Y, para empezar, como dice Juana Molina, pura adrenalina ilustrada en sonido, Un día. Largos, maravillosos, asquerosos. Siempre sorprendentes. Los días, digo.
2) Profesiones de riesgo, sin autoridad. Viva la noche aneuronal.
3) El papa y los condones. ¿Y en África que?
4) Y hablando del tema, parece ser que ya no hay calidad. En fin, calidad y cantidad, siempre opuestas.
5) Estación intermedia. La fotito la hice en la madrugada del martes al miércoles, a las 00:42. Del gatico sólo siento los ojos. Angelico del niño Jesús.
6) Inseminación y libertad. Bendito sea el dulcísimo nombre del Creador. Lo que hay que ver. ¿Con el resto de presas se haría lo mismo? No sé, no sé. Esto de leer la prensa hay días que sólo da disgustos.
7) Esto es de traca. De traca. Esta mañana, me han contado otro caso, en primera persona femenino singular, de otra historia hospitalaria de traca: "como quedarte ciego porque, en la incubadora, de administran más oxígeno del necesario y te queman el nervio óptico". En fin, jodiendas con vistas a la bahía.
8) Me estoy cansando de todo. Sólo me queda recomendar aquel libro que nos mandó a leer doña Carmen María, El ocho.
9) Y cansados de todo, sólo nos queda revolucionarnos con el 9. Y punto.

jueves, 2 de octubre de 2008

Viento occidental.

Se me ha hecho de noche y no tengo fuerza. Será eso, eso es lo que importa. O no. Vaya usted a saber. Y 4 balas. o doscientas. Aunque yo prefiero la fuerzas interior de planetas, satélites y estrellas fugaces. Que grandes son las persianas y las estrellas fugaces. O no. Joder, no sabemos nada. O la velocidad. O camisas mal planchadas. Pues nada, caravana y todo lo demás. Que se jodan los idólatras, los julays que vegetan irreductiblemente. Hay enfermedades que les vendrían muy bien. Yo sigo prefieriendo las muertes agradecidas. Y luego suenan instrumentos de cuerda, y de viento, y todo lo demás. Aunque lo mejor será dejarlo estar. Que gran canción y cuantas tardes hemos reciclado el viento sur. El problema es que la catana me llega muy lejos, y sólo llevo 4 Bombays. Y viva el Sapphire. Siempre el Sapphire. Siempre. Y llegaron el siglo XXI y la Revolución industrial. Pues eso, años 80. Y vuelven, una y otra vez, las imágenes. Años 80 en la retina y todo lo demás.

7 veces siete.

Las 7 cosas de hoy:
1) La canción de los Love, de Arthur Lee y sus secuaces, 7 and 7 is.
2) Una de abuelas.
3) Y otra de bailes y barras sin bar.
4) En Hoy empieza todo hablan del problema de apostatar.
5) Diga 132.000.
6) ¿Sólo 78 minutos? Si yo contara lo que tardo. La excepcional semana pasada, me salieron casi 215 minutos diarios.
7) Pues eso, disparos y atascos, Bang, bang. Y todo lo demás.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Ombligo largo.

Sigo pendiente, muy pendiente, de mi ombligo. Y esta vez es de 1,91. Redondeando en 1,91. Pues eso, y los Clash a la enésima potencia. Y punto.

Crisis.

Sabiduría madura, sentimientos, volatilidad, perderlo todo, ventanas abiertas, verde, compras y ventas, sentimiento de mercado, dirección del viento, días felices. Comprar, vender y todo lo demás. Todo eso y más es la crisis.

La Biblia.

Más cosas del bús. Lunes 29 de septiembre. 20:52. Me encuentro sentado en mitad del interurbano, con la diestra agarrándome a un inexistente agarrador y con la siniestra sosteniendo un libro que no pasa de 250 páginas (otro día hablaré del libro, cuando me lo acabe). Se me acerca un figura de etnia mártir, de vivienda social, de grupo que tiene alergia al trabajo, y me dice desde su 1,35 metros de altura, poniéndome la mano en el hombro:
- Ehhhh, amigo, ¿que haces? ¿estás leyendo la Biblia?
Los ojos azules se me pusieron turbios, en plan agua torrencial después de haber recorrido unas cuantas ramblas. Me hice el tonto, como si estuviera escolarizado en un centro público de cualquier país en crisis económica galopante. Pero no resultó. Allí volvió el primo de Chicho Terremoto, y me repitió lo de antes.
-La Biblia.
Esta vez no había preguntado. Lo afirmaba, desde su visión de mesa de camilla. Y yo, tonto de mí, mira que no aprendo ni con la ESO, le respondí a pesar de llevar ya un rédito de 3 azules después de pasar la tarde zalacaineando con la doble be más importante del reino valcarcil.
-No. La Biblia es mucho más larga.
Puso cara de gilipollas. Y yo también. Esto ya ha comenzado a irse a la mierda. Sálvese quien pueda. Es lo que hay. Nos queda refugiarnos en los Oasis de siempre. Si, es lo poco que queda. Buscar y destruir, y poco más, haciéndose el dictador. Y observar los crímenes con el pelo rosa. Y todo lo demás.