viernes, 24 de octubre de 2008

Mil generaciones.

No sé porque he acabado leyendo esto (Exodo, 20, 1-5): “Entonces Dios pronunció estas palabras: Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.” Sueños malsanos, digo yo. Mil generaciones, nada menos. Pedazo de nación con mil generaciones. La hipernación, aunque no sé si con marcas blancas. Decía Eric Hobsbawm en la introducción de “Naciones y Nacionalismo desde 1780” que “los dos últimos siglos de la Historia Humana del planeta tierra son incomprensibles si no se entiende un poco el concepto de nación”. La nuestra, o exnuestra, está camino de irse a la mierda. Todo va directo al holocausto neuronal en el que únicamente se hace el ridículo. O no. Si analizamos un poco la historia de nuestra nación en los dos últimos siglos, desde 1808, es una sucesión de interminables pronunciamientos, revoluciones fallidas, repúblicas impenitentes y figuras desfiguradas por su propia sombra. El apogeo del nacionalismo postmodernista del siglo XXI es fruto de una yegua malparida, de un caballo loco y de un abuelo burro. Muy, muy burro. Ahora que tanto se habla de la lucha entre capitalismo olvidado y comunismo de estado, acciones y nacionalizaciones, errores y más errores, todo se olvida. Menos el nacionalismo. Cada uno se mira, cada vez más, su lamparón. Y la leche está cuajada, muy cuajada. Los tontos del haba, subvención de por medio, desertan de la tiza, de la obra, del huerto, de la fábrica, y de todo lo demás. ¿Se recortarán ahora los puestos? ¿Se le cerrará el grifo a los chupatobillos, a las alfombras vivientes? A cada cerdo, evidentemente, le toca su San Martín. Pero no es todos los días. Y se tiene que poner la cosa más negra que el sobaco de un grillo para que todos los patanes que no trabajan se pongan a hacerlo. Lástima de estados nacionales, y de naciones estatales, y de puebluchos con más historia que Carlomagno. Enanos más enanos que Napoleón se creen el centro del universo. Ni los Masters. Pero en fin. El concepto de nación. En las albuferas, en las aldeas, en los cortijos. Cada uno quiere su nación, y el tonto que paga el ierrepeefe manteniendo al personal. Cotiza y cotiza, para alegría de comidas pagadas y bicicleta oficial. Porque todos tienen el carril bici para utilizarlo, y las rutas verdes. Y las bajocas en vinagre, y los chorizos al vinito, y el café descafeinado. Y todo lo demás. A cada emperador le toca su Waterloo. Su Waterloo. Me cago en la leche, desnatada, por supuesto, que el paladar del emperador es exquisito. Y punto. El treinta y pico punto dos que me quitan de ierrepeefe. Pues eso, holocausto neuronal. Pero pido perdón, perdón, perdón, mil veces perdón. He pecado. Otra vez, otra vez. He pecado, he faltado (no al trabajo en 3 años y 20 días justos ni un puto día). He faltado. Al décimo. Mandamiento, digo. Pues eso, no codiciarás los bienes ajenos. Ni la bicicleta oficial. Y punto.

12 comentarios:

alfonso dijo...

anda y dejate el pelo como el de ABBA
y si no han currao cuando habia trabajo, ahora pediran mas cuartos(de tu ierrepefe claro)porque no encuentran donde hacer el vago

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

Por algo diría el niño del autobús si era la Biblia, el libro ese que llevabas.
Yo he estado escuchando varias veces otro trozo de la Biblia, del libro de Ezequiel.Acabo de terminar de ver la película donde lo nombran ¿Sabes a qué película me refiero?

La sonrisa de Hiperion dijo...

"Los tontos del haba, subvención de por medio, desertan de la tiza, de la obra, del huerto, de la fábrica, y de todo lo demás. ¿Se recortarán ahora los puestos?"

No sabes hasta que punto estoy de acuerdo contigo. Pero lo peor es que en este puñetero país, no pasa nada, y la gente sigue callada.
Saludos

Mal bicho dijo...

Ahora todo va de citas bíblicas, que contentos estarán los curas!!!

Matt dijo...

No sé a quién te refieres con tu pregunta en mi última entrada, pero si es a Rouco Varela y demás mandamases de la Iglesia, sí, existen. En el mundo tiene que haber de todo.

Y no te quejes tanto. Las embajadas catalanas no se van a financiar solas, digo yo.

JoPo dijo...

ese dios del ke hablas, se supone ke es el mismo ke el actual
¿cuando a cambiado de opiniom?

Auggie Wren dijo...

Eme, yo lo sé, yo lo sé, empieza por P...

¿Mil generaciones? Bufff, que de pensiones...

Sláinte.

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

Sí empieza por P

Lobita Esteparia dijo...

Una reflexion muy buena, pero yo sigo aqui empeñanda en que todo tiene que arreglarse...Un beso.

Lobita Esteparia dijo...

lo llevo claro....

Homo Insanus dijo...

Pulp Fiction, XD. Y mira que soy de los que opinan que ahora que es posible (dvds, canales de pago, etc), deberíamos ver todo el cine en v.o.s, pero qué pedazo de voz tenía Jules en español y que vocecita de pito sonaba en el original, :S.

El Dios del Antiguo Testamento era la caña. Se irritaba, odiaba, castigaba, ponía a prueba, exterminaba. Era un cachondo. Era humano. El del Nuevo Testamento es tan bueno que parece, precisamente, un dios. Excepto en el Apocalipsis, que se ve que se emberrincha El Viejo otra vez, XD.

Los nacionalismos tienen los días contados, ya sí. Al menos, eso espero.

hm dijo...

Jejeje, curiosamente estuve hablando de este pasaje de la biblia, pero porque me contó una amiga mía que fue a misa después de un montón de tiempo y el cura en la homilía dijo algo de que cual era el primero de los diez mandamientos y mi amigale comentó a la amiga que iba con ella "será el del padre y la madre" y le respondió la amiga que "no, qué va, seguro que era no matarás que era más importante"... tenían unos quicos delante y se giraron y le miraron con muy mala cara, jajaja.

Tiempos de crisis, buenos para los nacionalismos.