miércoles, 30 de abril de 2014

El mismo Chelsea de siempre

El mismo autobús, la misma parada, el mismo taxi que pasa por delante tuyo un par de veces. Y los vecinos mirando, y el parking a la vuelta de la esquina. Que suenen himnos, entonces.

Los otros catalanes

Por pedir que no quede; por incluir en las listas a los otros catalanes, tampoco. Menudo retratito. Mas es menos.

El escriba sentado egipcio

Nada como madrugar un rato, escuchar a Fede y que se refiera a Guardiola como el escriba sentado. La verdad es que si se traen un aire. Viva Baviera y todo lo demás. Y que caigan Bavarias.

martes, 29 de abril de 2014

200.500 murcianos desempleados

Dejad de hablar de EPA, de INE y de jodiendas con vistas a la bahía. Hablad de drama.

¿Don Draper seco por dentro?

Por Dios, no perdamos el norte magnético. Ni el otro. No. Nunca. Ya lo dijo Florentino elevado al cubo hablando de David. Y todo lo demás.

¿Qué nos dicen las canciones?

¿Es lo que suena o lo que queremos que suene? ¿Hasta dónde llega la interpretación del tema?

Un buen sitio para retirarse

Como una sorpresa borbónica, casi siempre (des)agradable. En San Sebastián. Y habrá más.

The Walking Dead. Cuarta temporada

La cuarta temporada de The Walking Dead tiene un problemilla de velocidad, de vías muertas sin trenes ni ruidos ni AVE en el que malgastar los impuestos de los ciudadanos ni Pepinho Blanco que llevarnos al ministerio de fomento (en su caso, siempre con minúsculas). La velocidad, como ocurrió en temporadas anteriores, ni mucho menos. Te puedes ayrtonsennizar en cualquier momento, y no es plan. Ahi que seguir el tebeo pactado, estirar el chicle, darle hilo a la cometa aunque se lleve por delante a personajes míticos que ya solo son una sombra en un capítulo olvidado. Estos últimos 16 episodios, o ronda, o quinta de tercios invisibles de The Walking Dead, lo que si hace con maestría es sacar los más bajos instintos de muchos personajes: si que hay morder el cuello ajeno, se muerde. Es época de vayas caídas, de niñas asesinas, de mujeres sin escrúpulos, de arqueros supervivientes, de niños que no lo son tanto, de chinos con relojes, de armaduras imposibles, de vómitos propios y ajenos. Hace un mes y nueve recordaba una gran frase de las que nos dejó Tobey Ziegler, el que luego llegaría a Columbia: "Que tus insatisfacciones sean tus secretos". El problema de la soledad es la cantidad de tiempo que tienes para pensar, la cantidad de tiempo que tienes que estar, obligadamente, sin hablar con nadie. Y ese hecho, te cambia. De por vida. Y todo lo demás.

lunes, 28 de abril de 2014

domingo, 27 de abril de 2014

Retrato

viernes, 25 de abril de 2014

El refugio del Diablo

Sobre todo a Nieves Herrero. ¿Te puedes fiar de alguien de un metro? Si yo me encontrara a Lou Reed... A ver si venían los ovnis. Violencia doméstica, violencia emocional. Y a ordenar por fin la casa.

jueves, 24 de abril de 2014

A la vuelta del mercado...

...himnos. De revoluciones coloristas y mates howardianos. De cambios aldridgenianos. Y todo lo demás.

Jueves de Cantoná

Ahora que Moyes es historia, y, como casi todas las historias, acaba mal, toca recordar al otro Eric. Y todo lo demás.

miércoles, 23 de abril de 2014

Para Pep

Para los que mean agua bendita, que son muchos, les dejamos este himno del Pericón. Alegrías y todo lo demás.

Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Hay noticias que dejan a uno helado. Heladísimo.

martes, 22 de abril de 2014

¿Sigue siendo el rey?

Hasta las seis

Ni conciertos ni pollas. Bueno, de lo segundo, las putas y hermafroditas de enfrente de la residencia catastral esta noche han tenido su buena ración. Y de claxon, pero eso es otra historia. Hoy he aguantado hasta casi las seis con un partido de postemporada de los que hacen afición. Y todo lo demás.

lunes, 21 de abril de 2014

Los zapatos y las drogas

Ni en un programa de la Gemio. Gran frase de David y sus secuaces, diciendo que las niñas piensan que es un drogas por llevar esos zapatos tan raros...

Ola podrida

No son solo pegatinas en los brazos, no son solo edificios derruidos para edificar el espíritu occidental. O tal vez, sí. O pedir perdón.

Secreto a voces

Todo se sabe en el antiguo reino valcarcil, ahora sultanato de Sean Connery. Todo se sabe. Los secretos, a voces.

domingo, 20 de abril de 2014

Destino Gibraltar catalán

Hay personas que saben escribir canciones. Y luego, allí arriba, muy por encima, está David Rodríguez.

sábado, 19 de abril de 2014

El ala oeste de la Casa Blanca. Sexta temporada.

Muerte, enfermedad, sucesión, primarias. Con 4 palabras se puede empezar a hablar de la sexta temporada de El ala oeste de la Casa Blanca. La muerte, herencia de la quinta, en tierras propias y ajenas, pero para un gringo cualquier tierra es propia. Los sucesos en Israel, marcan, otra vez, desde el principio, unas relaciones demasiado frágiles. Hay que preguntarse el motivo de que Dios eligiese a ese pueblo, precisamente a ese pueblo. Dios, que ojito tuviste. Camp David y todo lo demás, todo en plan muy Bill Clinton. ¿Pero si cuatro de cada cinco quieren darle un sustito a los integristas a cuento de qué el presi pone el freno de mano? Hay que hablar con los palestinos para entenderlos, como a los saharauis, como a tantos otros. Enfermedad colateral y propia, en mano propia, dentro y fuera y aviones, de por vida y rompe corazones. Y el momento de decir adiós a tu mano derecha, a la mano que controla los misiles y bebía como si no hubiese mañana, al controlador. Pero el medio tiempo es lo más difícil, si no que se lo digan a Lapido. Demasiado Shakespeare, digamos. Y los cambios, tipos que han trabajado día y noche durante 7 años ven cambiar sus puestos: adiós, ascensos, devaluaciones, jodiendas con vistas a la bahía. Y peleas. Peleas clásicas y peleas de palabra, puño contra puño entre quien no sabe utilizarlos. Y banderas equivocadas, en mitad de la sucesión. Elecciones difíciles, tipos sin talento y la capacidad de elegir, ese momento que cambia la vida de las personas y el país, aunque en Yankilandia eso supone dinero, donantes y contactos. Como en la quinta de The Wire, en la sexta de El ala oeste de la Casa Blanca sale lo peor de la política y la prensa: mentiras repetidas hasta la saciedad convertidas en realidades. La imagen de la familia, las pastillas que toma la parienta y el concepto racial de la elección. Negros y latinos marcan estados como California, Tejas con jota y Florida, y ese hecho es innegable. Que se lo digan a Obama, la elección más racista de la historia de Gringolandia. Y la tradición y el orden de los estados, y todas esas mierdas que tanto gustan en Norteamérica. En fin, que los lloricas melancólicos dirán que tito Aaron no hubiera perpetrado un final así, pero no sé que decir. Y todo lo demás.

viernes, 18 de abril de 2014

Las cáscaras de las habas

Esta foto es de ayer, la hizo ayer el S3, ese que todo el mundo dice que no me pega nada. Y esas jodiendas con vistas a la bahía. Esa foto es de después de la misa vespertina del Señor en la que el ungido lavó los pies de dos samaritanas de Villa Desmadre y el esposo de una de ellas. Hoy, hablando del tiempo y la distancia, hablando con un enfermo de enfermedad, de la Guerra Civil, de antes de la Guerra Civil, de después de la Guerra Civil, como casi siempre, de lo que más se acuerda Pepe es del hambre. Y recuerda lo ricas que estaban las pieles fritas de las patatas y las cáscaras de las habas hervidas y a las que les ponían vinagre y limón. Estaban ricas con vinagre y limón. Coda: Igual que ahora, ¿no?

Iglesia y tradición

Y ahí estábamos, junto al jardín del ilustrado Floridablanca, Alfonso Carlos o Carlos Alfonso, con su nombre tan Borbón y con su cruz, y yo delante, mano a la nuez, en busca de un refugio carmelitano. Y todo lo demás.

miércoles, 16 de abril de 2014

La condena

El gran Leonardo Sciascia, esté donde esté, se estará tronchando. Con tito Silvio, y sus llegadas en helicóptero a San Siro y todo lo que después vino. La mafia, casada con Dios a horas y con el diablo en las impares, lleva siglos en lo que desde finales del XIX que es Italia llenándose el buche. Esto es solo otro episodio más, otra viñeta. Una de tantas.

martes, 15 de abril de 2014

viernes, 11 de abril de 2014

Sobre lo de ayer

Me llegan mensajes de ayer. Sobre todo de personal que no estuvo. De lo que no hay. Ya no somos nada.

Ruina

Éramos pocos, pero cada menos. Francamente lamentable.

Una de michirones

jueves, 10 de abril de 2014

Italia 1 - España 10.000

Me he llevado unas cuantas decepciones con UPyD, pero hay veces que retratan a muchos partidos políticos. En España hay 10.000 aforados. Un jodido disparate. Constitución de la concordia de 1978, Ley Orgánica del Poder Judicial y Estatutos de Autonomía permiten este número. Vaya jodienda con vistas a la bahía. Con vistas, vaya tela.

Fandango de la libertad

Ahora que el de los yogures parece que quiere ser Comisario pero no de telecomedia, y ante la falta de libertad absoluta, solo nos quedan los himnos, los fandangos de la libertad. Y todo lo demás.

miércoles, 9 de abril de 2014

En Bayona, bajo los porches

Ya me he referido por aquí a Miguel Sanchéz-Ostiz gracias a la Las pirañas, y, posteriormente, por La gran ilusión. Ahora, después de un tiempo de espera entre 9 cedés de los Beatles, y Ocean Colour Scene, y músicas varias, he terminado En Bayona, bajo los porches. Investigaciones sobre Guerras carlistas y los sucesos de Montejurra del año 1976. A primera lectura, suena a música celestial. Después de 4 años de licenciatura, las guerras del Carlismo se trataron muy por encima, únicamente como pleito dinástico (estudiadas hasta la saciedad para las oposiciones de Secundaria, y ahí seguimos) y de los sucesos de Montejurra, nada de nada pese a que empecé la carrera solo veinte años después del despropósito orquestado desde los Madriles para quitar/apartar/liquidar lo que quedaba del Carlismo, o de la confusión imperante. Pero eso, como he dicho, es a primera lectura, porque En Bayona, bajo los porches son muchos asuntos. La colateralidad y todos esos palabras, esas "rebabas" que dice el autor en más de una ocasión. ¿Por qué estos tres libros de Sánchez-Ostiz? Pues no lo sé, pero desde que empecé Las pirañas, me recordaba, en cierto modo, al Maestro de Gramática, al gran José Perona y sus Espejos de una biblioteca. O tal vez no, no lo sé. Pero me gusta esa frase de "manera novelesca de ver la vida". Y me gusta el modo de empezar la novela, con los papeles de Labairu, y el modo en que habla de lo que pertenece y no a una herencia, y de lo que se pierde por el camino, esos papeles que crees tuyo y que no lo son, y la bruma que engloba todo el texto. No es fácil hablar de ciertos asuntos en nuestro país. Algún que otro profesor mío de la facultad, hoy metido de lleno (bueno, digamos que hasta arriba de mierda en el asunto de una de las extintas Cajas de ahorro) hablaba despectivamente de otros compañeros suyos del departamento que habían dado durante el franquismo "Prehistoria, Edad Moderna o lo que hubiera falta". ¿Y por que no hablaban los secuaces de la gaviota de su enchufismo? ¿Y antes los chicos de Felipe y el colladismo? Pues eso, todos callan porque todos vienen de ser hijos de militares o políticos franquistas. A lo que iba, que me gusta ese inicio en el que se ve que en este país todo vale. Cuando recordamos a los parientes y la guerra civil, y luego la sombra franquista, parece que hace mucho pero resulta que fue anteayer. Como Labairu con Falange de Navarra o mi abuelo contándome la historia del que se dormía con él y había que despertarlo. Te toca en su sitio y apechugas, y luego, como a mi abuelo, se lo llevan por vender harina y tiene que ir, tiene narices, un cura franquista a pedir que lo saquen del cuartelillo. Me vuelvo a alejar de la novela. Lo que el protagonista busca son los orígenes de Tristán de Barraute y sus idas y venidas por la Europa de los caminos peligrosos y la Venecia más particular del mundo, que al final todo tiene una relación. Y me gusta como se incorporan personajes que van dando información, como Martín Aguirre, o el recuerdo de Juan Miguel Arróniz y como la soledad nos lleva a vivir de una forma determinada, y de lo que conlleva, de "los estragos". El libro se refiere a como los políticos, los del XIX y el XX, hasta el gobierno de Aznar, han tratado los asuntos. Ahora que el hijo de Suárez no deja a su padre ni en la tumba, todo es comprensible. Y con Martín Aguirre, ese personaje presente hasta el final, empiezan a salir nombres de grupos, facciones, partidos y diversos juguetes de otros de los que, otra vez, nunca nos hablaron durante la licenciatura en Historia que coincidía con el primer gobierno aznarista: Grupos de Accion Carlista, EKA, HOAC, Zutik, GAC, GOSSI . Y con Martín Aguirre recuerdo lo que contaba mi abuelo, lo del tipo del sueño, y que todos se merecían su biografía escrita y publicada. O tal vez, no. Nunca se sabe. Y me gusta eso de que la Humanidad embriagada hubiese sido mucho más placentera. Infinitamente. Y también empiezan las referencias explícitas a Montejurra y lo acontecido el 9 mayo del año 1976, y las referencias a Carlos Hugo de Brobón Parma, y a Sixto, y a las fotos de rigor, y a las palabras de Victoria Prego en TVE y de tantos recuerdos para aquella generación de la jodida transición. Mientras leía el libro le pregunté a mi padre si él era carlista. Me dijo que lo había sido pero ya no lo era. Ya no como cosa del pasado. Que tenía libros pero no sabía donde. Que había tenido una foto de Irene de Holanda, nada menos. De Irene de Holanda. Pero todo muy brumoso, como ocurre ahora en el reino valcarcil, a pesar de que, tras 19 años, el líder espiritual del reino de Tudmir se marcha a Bruselas. Sobre el asunto Montejurra, lo bueno y lo malo, es que se sepan muchos nombres y muchos de ellos reconocibles en las fotografías. O casi siempre reconocibles. Y lo de la amnistía del año 1977, el de la buena cosecha, el de la única cosecha que se salva del XX, de traca. Como otros tantos asuntos de arcabuz de la transición con minúsculas. Habla el autor de un pasado histórico de justificaciones, melancolías, nostalgias y de un paraíso perdido sin remedio. Como casi todo, pero debería ser labor de los HISTORIADORES con mayúsculas que los asuntos no se olviden. Digo yo. Otro de esos asuntos en los que en la licenciatura ni escuchamos hablar fue el de la Nueva Fenicia. Ni más ni menos. Para que hablar de ello cuando cada profesor tiene que recomendar su manual y el de sus secuaces. No han pasado ni 20 año y me parece todo utópico. Y es lo que es, como dice el autor, "lo que diga el amo del cotarro". En fin, que pasan años pero siguen los mismos en el poder. O casi los mismos. Y luego están los verdugos, los que disparan y los que están en el tendido, y los que están en la sombra y los que de siempre. Como en el caso de Montejurra 76, en los Madriles, con Arias el llorón, y Suárez, y todos los que pensaban que heredarían algo más que su puesto. Recuerdo que en unas charlas organizadas por el Consejo Local de la Juventud, a las que me invitaron más de una vez en el curso 2007-2008, asistí a la de Fraga y, ante mi estupidez taciturna, en el turno de preguntas, le requerí sobre el tema de la sucesión del príncipe de Asturias, de la Constitución del 78 como perpetrador que era y de todo un poco. Me largó un rollo de casi 10 minutos sin contestarme a nada, y mientras yo, al fondo del salón del hotel le decía a mis compañeros de café que no me contestaba a lo que yo preguntaba su asistente personal me lanzó una mirada de las que no se olvidan y cerré mi boca al instante. De esa gente, del Franquismo que heredó todo en la "democracia", mejor no preguntar, mejor no acercar mucho. Al hilo de esos cafés, me gusta también la reflexión acerca del Juez Gómez de Liaño y de como el enfrentamiento a ciertos poderes, a estas alturas del partido, era imposible de ganar. Y tirando de esa madeja de hilos, en otra de esas tardes de cafés, le pregunté al juez Grande-Marlaska, al que yo tenía como una de las grandes esperanzas y ha acabado en decepción como una canción de Airbag, por el tema de Pinochet y cómo se le pudo meter mano y no se hizo, pero si había españoles que se largaban impunes a América, y me dijo que el tema de la justicia universal era muy complejo. Pero eso es otra historia, y los verdugos, caminos insospechados. Reflexiones varias las del libro, como la de no tener las manos atadas y tener, dentro de lo posible, la capacidad de ir/huir. Y leer que hubo colaboracionistas vascos con los nazis, algo que roza lo inimaginable. Otra de las conclusiones que saco del libro es que sabemos muy poquito, algo superficial de casi todo. El Maestro de Gramática, allá por los 90's, lo decía en más de uno de sus artículos, que entráramos a las clases de otras licenciaturas y nos diésemos cuenta de lo que sabíamos. Y que la Historia cada uno la recuerda, cada uno la escribe, cada uno la pone en el PCPI de turno, como le conviene y como a su jefe quiera que le suene. O algo parecido. Todos hemos tenido panfletos en nuestras manos más de una vez. O miles de veces, dependiendo de la capacidad de asimilar lo propio o lo ajeno. Como me decía el hombre de la camisa verde recordando como en el pueblo quemaron los archivos del PCE la noche del 23-F en Villa Desmadre, "la democracia no existe, lo único que hay es miedo". Por todo eso me queda un buen color de retina después de leer En Bayona, bajo los porches. Primero por recordar esa suma de guerras, historias personales y vidas que se cruzaron en las guerras carlistas y en Montejurra 76. Y lo que queda de todo aquello, y como se ha instrumentalizado, y de donde acabaron muchos de sus protagonistas y de como se olvidan las siglas con la casa de lujo y las putas de lujo. Y todo lo demás. Coda: Y otro día habrá que hacer tiempo para recordar los Sanfermines del 78.

martes, 8 de abril de 2014

El calcetín de Bono

Garre, Kenia y Etiopía

Para que veas la importancia que tiene el sucesor a dedo del reino valcarcil solo hay que recurrir a la primera búsqueda mundial en el buscador universal. Viva Kenia y los keniatas. Coda: Y Etiopía, también.

28:45

Ahí va Robin Food y en el minuto 28 y 45 segundos hace lo que le apetece. Y lo hemos visto a la hora de comer, con mi madre al ladito mío. Faltaba Camarón de fondo y palmas. Televisión siglo XXI. Y todo lo demás, ¿no?

Sorpresas de martes con el postre del sobrino y las coplas de la ahijada

viernes, 4 de abril de 2014

Mierda social

Esto es de esta mañana, cuando iba por Villa Desmadre. Es asqueroso que hijos de perra que son dueños de perros dejen las calles como pocilgas. Así nos va. Mierda intelectual y mierda social

jueves, 3 de abril de 2014

Girls. Tercera temporada

Hay menos risas, pero Girls sigue en esencia como empezó. No ilumina, pero tiene destellos de gran serie. Girls es aire fresco en esa etiqueta en la cual está encuadrada. Acostumbrados como estamos a alabar a Heisenberg, a Don Draper, a McNulty, a Tony Soprano, está bien que de vez en cuando pongamos como se merece a LaDonna de Treme, a Nurse Jackie y a estas 4 locas, sus problemas, sus líos, sus jodiendas con vistas a NY. En esta tercera temporada, hay menos meditación y más consulta, más muerte y se nota que, como en El club de la lucha, hasta la Mona Lisa envejece. Una buena opción para los cambios de hora mal llevados. Y todo lo demás.

La conciencia

No me gusta que salga a relucir la palabreja. Sí, sí. La conciencia. La jodida conciencia. El bien y el mal y todo lo demás. La conciencia y la reflexión sobre los actos políticos. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio. ¿Qué percepción puede tener Valcárcel de su mandato? Y todo ello me lleva a otro palabro: Ignorancia con i mayúscula. Con mayúscula. Hemos dejado nuestras alcaldías, nuestras concejalías, nuestras comunidades autónomas, nuestro senado, nuestro congreso, nuestra eurocámara, las hemos dejado, como decía, en manos de ignorantes. La codicia, según los casos, viene después. No todos son mangantes, pero es lo que queda. Las retinas y las manos van a lo suyo. Y como Morente, solo nos queda contar eslabones. No digo que no pusieran empeño, no. Pero ni con los tijeretazos he visto a ningún político español como a la ministra italiana. A todos estos, gaviotiles y socialistas, les da igual. No les quita el sueño. Ni mucho menos. ¿Escrúpulos? No sé. ¿Alma? Tampoco lo sé. De verdad, que no sé. Ni idea. Me desconciertan estos politicuchos, estos títeres, estas marionetas, estos gusanos. En fin, que es lo que hay. Y, siempre, siempre, hay alguien que abusa de la palabra conciencia.

miércoles, 2 de abril de 2014

3.223

Nada como una pésima agonía, nada como un estertor al comienzo de abril, para vender humo, para estirar el chicle gaviotil, para darle hilo a la cometa en la pincha El Pulpo. Genoveando en el tardovalcarcilismo, todo es posible. Frases bíblicas están al caer en los diales de nuestras emisoras. Poner a cada uno en su sitio. El futuro. Pasados olvidados. Magnificado sea tu nombre, casi ya, expresidente. Y empieza el ruido de sables, empieza la expulsión de la familia. Y cuando sale a relucir la familia, todo es posible. Nadie se rasga las vestiduras. Incluso se habla de sustituto en el área económica. Vaya usted a saber el solar en Tudmirandia no para las europeas, sino para las próximas elecciones autonómicas. Vaya usted a saber. Ni el Costa Concordia, pijo. Vayan a los manuales de Historia Antigua, empiecen por la República de Roma, recuerden a Mario y Sila, recuerden los Triunviratos, recuerden lo que quieran recordar. Pongan, subrayen en bolígrafo rojo el 9 de abril. O tal vez el jueves 10, víspera de Viernes de Dolores. Nunca un día con esa significación religiosa iba a tener tantos paralelismo. Y todo lo demás. Coda: y cuando tenga un día sin bilis, pondré unas letras sobre las muertes injustas de profesores.

De viaje por Los Planetas

Nada como la Semana Santa y aledaños del barbecho para hacer una revisita a la galaxia del Super 8.

Cuando por fin

En EFE EME han estrenado el último video de José Ignacio Lapido, el rey del medio tiempo de este país, con las mejores letras en su estilo en la frontera del reino valcarcil. Escucha, Garre. Aprende, Garre.

A la mierda los amarillos

Azcón y sus secuaces

Pasan los años pero parece ayer. Ir al Príncipe de Asturias, con aquella cancha verde y flipar en colores. Y los oriundos. Esteban Pérez y todo lo demás.

Ecos, prisiones y música ligera

Himnos que no sorprenden pero encandilan.