miércoles, 2 de abril de 2014

3.223

Nada como una pésima agonía, nada como un estertor al comienzo de abril, para vender humo, para estirar el chicle gaviotil, para darle hilo a la cometa en la pincha El Pulpo. Genoveando en el tardovalcarcilismo, todo es posible. Frases bíblicas están al caer en los diales de nuestras emisoras. Poner a cada uno en su sitio. El futuro. Pasados olvidados. Magnificado sea tu nombre, casi ya, expresidente. Y empieza el ruido de sables, empieza la expulsión de la familia. Y cuando sale a relucir la familia, todo es posible. Nadie se rasga las vestiduras. Incluso se habla de sustituto en el área económica. Vaya usted a saber el solar en Tudmirandia no para las europeas, sino para las próximas elecciones autonómicas. Vaya usted a saber. Ni el Costa Concordia, pijo. Vayan a los manuales de Historia Antigua, empiecen por la República de Roma, recuerden a Mario y Sila, recuerden los Triunviratos, recuerden lo que quieran recordar. Pongan, subrayen en bolígrafo rojo el 9 de abril. O tal vez el jueves 10, víspera de Viernes de Dolores. Nunca un día con esa significación religiosa iba a tener tantos paralelismo. Y todo lo demás. Coda: y cuando tenga un día sin bilis, pondré unas letras sobre las muertes injustas de profesores.

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