lunes, 31 de octubre de 2016

Cara de estar oliendo mierda

Esa es la cara. La cara de los diputados socialistas el sábado en el paripé que hicieron en el Congreso de los Diputados. Mientras el Atlético le metía 4 al Málaga, al socialismo español (o lo que queda de él), le metieron más de cuatro. Una goleada. Hubo triplete, doblete, póker y repóker. Y allí estaban los imprescindibles/prescindibles diputados socialistas. Y su cara era la de estar oliendo mierda. No es mía esa definición pero viene a ilustrar con palabras (y con gafas azules de portavoz, que contradicción) esos rostros. Estar oliendo mierda. Después de haber tragado mucha mierda. Y la que les queda por tragar, porque tragarán. Y que no le tosan lo más mínimo al registrador de la propiedad que nos monta otras elecciones antes del 30 de junio y la mitad de esos diputados imprescindibles/prescindibles se quedan sin sillón. Porque entonces no solo será cara de estar oliendo mierda. Será algo más. Y ya no suena Heroes en La Condomina. Esto es un sin Dios. Coda: Me estoy imaginando a esos diputados imprescindibles/prescindibles tirando de agenda en pleno verano, que llega septiembre y sin trabajo. Al paro por imperativo. Aunque siempre quedarán los amigos del colegio. Y todo lo demás, también.

domingo, 30 de octubre de 2016

¿Por qué aguantar otro gobierno gaviotil?

Ayer, ejerciendo de florista, de auxiliar sin bata blanca, de tiende pantalones y recoge cacharros de cocina, no pude escuchar a Rufián. No me cae especialmente bien, pero ayer hizo que, entre murmullos de maleducados, algunos no pudieran mirar al estrado del Congreso de los Diputados. Pocos se salvaron ayer del rufianesco chaparrón. Hernando miraba al frente. El no fue no para pocos. Y Rajoy quiere elecciones, quiere acabar con el PSOE, quiere terminar el trabajo que Zapatero empezó. La sodomización política, con el rabo llegando a las amígdalas después de pasar por kilómetricos intestinos y eléctricos bazos, ha llegado a su (pen)último temporada. Pero la última, antes del remate en fuera de juego, antes que nos pongamos de parto y tengamos que volver a Alquerías a buscar culipavas, intuimos como acabará. Entre reválidas y mierdas varias, no vemos lo realmente grave del asunto. No hay caja ni interior de caja. No está la caja ni el interior de la caja. Podremos ir a bodas en las que nos pongan en mesas con nombres de canciones ganadoras de Eurovisión; podremos mirar para otro lado para saltar coches de lujo; podremos escapar de corverísticos ejercicios de peatonalización; podremos, Mirando al suelo, tener un momento One Mississipi y soportar (momento de imaginación) esa colitis sangrante de políticos que queman billetes de 500 para calentarse en plan Pablo. Mejor no preguntar dónde cojones está el dinero de tanto madrugón para pagar IRPF, Cuotas Obreras y mantras en viajes a Cartagenas sin indias. Y con camisa blanca, bien limpia antes de sudar. Para que digan que no sudan la camisa nuestros políticos, ni hernandean gafas azules. Y llegó el nabo, con partido nuevo, o sin él, al cielo del paladar. Ganó Peter y su principio. Ganaron los de siempre. Pero no os pongáis cómodos que mañana hay que madrugar, mañana hay que llenar el frigorífico, mañana mediaseteaermos y reiremos recordando la llamada del estornudo a Jota Jota. Y no pasará nada. Nada Coda: Se nos ha caído otro heredero de Carlos III. ¿No es mejor recordar a la verdadera dinastía? ¿Por qué debemos aguantar a los usurpadores y sus secuaces políticos? Coda 2: Ahora, domingo presantos, el hombre de la gorra somos cada uno de nosotros. Somos tradición, somos moda envejecida. Y no contemplamos el exilio, no contemplamos lo realmente importante: las obras del AVE nos impiden ver el bosque. Reid, volved a leer a Juan Salvador Gaviota mientras asistís al último concierto de Gen Rosso y sed felices ante la feliz gobernación. Mejor no imaginar que pensaría Miguel Espinosa de todo esto. Viva la España de los malandrines. Y todo lo demás, también.

Momento Magnolia

sábado, 29 de octubre de 2016

¿Uno de los mejores conciertos de Los Planetas?

Aunque la pregunta sería: ¿Comparándolo con cuál? Son tantos, pero es difícil escoger.

Michirones ajenos

Coda: ¿Qué sonaba en la radio?

Una Chacona para el cansancio existencial

Hay días que el cuerpo dice basta. Se bardemiza y como si hubiera un nuevo Prestige (si, un nuevo Prestige, que lo de Alepo parece que no nos entereza, ni hace que cortemos la calle sin motivo aparente) y coge cartulina de color indeterminado y decide poner el hipervínculo y hasta puede ser hastío o fastidio. O lo que sea. Basta ya, pero sin Alepo. Estos últimos días, Alepo salía en clase entre mapas mesopotámicos de 1º de la ESO, entre mapas islámicos de 2º de la ESO. Solo dos personas de seis cursos sabían algo de la guerra, de la destrucción de Alepo. Así nos va. Padres despreocupados que tienen hijos despreocupados con móviles de 600 euros pero no llevan el libro de texto a clase. Con un par. Blindadísimos. Pero yo sigo poniendo en clase ese video para, que de una vez por todas, encuentren en el mapa Alepo y no se les olvide en su puta vida.

viernes, 28 de octubre de 2016

Rondo y sus asistencias

Me gusta este curso el equipo que ha confeccionado Chicago Bulls. La temporada es larga, pero veremos en que acaba todo si Rondo y Wade siguen a este nivel. Coda: Y esperemos que Butler no se vuelva a perder.

jueves, 27 de octubre de 2016

Falcó.

Nada como aprovechar un viernes para hacer una visita a una librería. En este particular, el señor Velasco, Vicente, ya padre de familia, me atendió y me presentó a su padre mientras yo tocaba el ejemplar de Falcó por tierras cartageneras. Está bien ir a las librerías y charlas con sus dueños, y que no todo sean tiendas efnactizadas o esclavizantes dando des y emes. O como se escriba. Y está bien recordar con Falcó que ya no existían clases, ni vagones de tercera clase, gracias a la república. Y ahora, en el desdén rajoyesco, y antes zapateril, tampoco existe la línea ferroviaria entre Granada y Murcia. Con un par. Hemos construido y seguimos pagando aeropuertos peatonales pero hemos despreciado nuestras líneas de trenes insultando a la inteligencia. Pero Falcó recupera al mejor Pérez-Reverte, al de diálogos que cuentan hechos y recuerdan momentos de nuestra historia. Y subraya, con bolígrafo rojo, esas preguntas que solo hacen las mujeres en esos momentos en que se cruzan las miradas. Y, escribe bien, al asegurar que la vida es ese momento entre dos noches. Y hay que aprovecharlo. Sí o sí. Y entre Vélez-Rubio y Vélez-Blanco, siempre hay alguien, siempre hay algo. Siempre. Y siempre hay una cárcel en Murcia de la que acordarse, esa cárcel en la que fusilaron un poquito más tarde al marido de mi tía abuela Carmen Ruiz Bernal. O tal vez, no. Y llegar a Murcia, y comprar El Liberal como antes había comprado El Adelanto en Salamanca. Viva la prensa. Igual que ahora, herida de muerte por otros fascistas, por otros comunistas, por otros cabrones. Y esperar repasando Mundo Gráfico, con una guerra que empezaba y no acababa. Y hablar de milicias, de la Amelia y similares en momentos de tensión. El curso pasado, cuando a los alumnos del Isaac Peral de Cartagena de 1º de la ESO les hablaba del Molinete a muchos les sonaba a música celestial, con lo que había sido y era. En esas estamos, que ni reconocemos la ciudad en la que habitamos, ni su historia, ni su presente. Nada. Páramos entre estándares de aprendizaje evaluables. Y ahora tienen el Mr. Witt pero en guerra tenían El Trianón, El Gato Negro y La Puñalá. Y Los Balcones Azules y el cine Sport (donde casi estuve a punto de ser alojado) y todo lo demás. Y los sustos de la UHP cuando llegaban a las casas, metiendo el miedo en el cuerpo. Y la checa de Adoratrices, y tantos y tantos rincones de Cartagena, calle Gisbert arriba, calle Gisbert abajo. Y pasar de la confianza al desánimo, de la colaboración al odio entre hermanos, entre compañeros, entre amigos, entre camaradas. Todo este berenjenal tiene un objetivo: sacar a José Antonio Primo de Rivera de la cárcel de Alicante. Así. Organizar todo ese tinglado para intentar liberar al engominado de la prisión lucentumina, zona roja por excelencia. Todos sabemos el final de José Antonio, otra víctima de aquella guerra, que no tuvo la suerte de su hermano Miguel, encarcelado en el mismo presidio y que posteriormente fue intercambiado por el hijo del general Miaja. Caprichos de una guerra que todavía es utilizada por los canallas de nuestros políticos. Hace un par de años, cuando tenía alumnos de Bachillerato, preguntaba como debería recordarse dentro de dos décadas la segunda etapa republicana y la guerra civil. Parecía que hablaba de música celestial. Ya nadie habla de estos temas en casa, en familia, en (casi) ningún sitio. No sé que quedará de España en 2031, en 2036, en 2039. Vaya usted a saber. Pero, quede lo que quede, seguro que será instrumentalizado por los mismos que han vaciado la hucha de las pensiones, por los mismos políticos que no pisan la sede de la RAE, por los mismo que nos han jodido y se han reído en nuestras caras y han salido libres de todo pecado y culpa. No es tan distinta la España de 1936, la España de Falcó a la de ahora. Aparte de hacer el imbécil con el móvil, juego idiota de mayores y niños en siglo XXI, siempre hay un mensaje oculto que poder descifrar, siempre un código que reinventar. Ya no hay espías así, o si los hay, están ocupados en sudokus y sopas de letras que ignoramos o que no queremos ver. Ya no se juega al billar bajo el bombardeo, aunque si te sigue vendiendo y delatando el que hasta hace cinco minutos era tu más acérrimo seguidor. Y Alicante, y la partida, y la encerrona, y lo que sabemos e ignoramos, y las cartas marcadas, y el as en la manga, y el desconcierto, y los apretones de manos, y la camaradería, y pensar lo que no debes pensar y hacer lo que debes hacer. Y volver a la realidad, esa falsa realidad, y llegar al 20N, a uno de los 20N, y el desconcierto, y las familias que están por mandar pero no mandan todavía, y la rabia y los combinados en la barra del hotel, y todo lo demás, también. Falcó y lo que parece y luego no es.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Se acabó el dormir

Nada como empezar la temporada con emociones y con decepciones. Esto es demasiado largo como para sacar conclusiones el primer día, pero vaya tela. Don Greg!!!

sábado, 22 de octubre de 2016

Nuestro Chacho siempre presente

Viva el Chacho. Siempre.

Estas cosas

Cosas que tiene twitter. Inimaginable todo esto hace unos años. Salto al vacío en plan H&CF. Y todo lo demás, también.

jueves, 20 de octubre de 2016

Comandante

Allá por el curso 1998-1999, decidí realizar un trabajito sobre el Comandante Hugo Chávez para Sistemas Políticos Latinoamericanos, asignatura que impartía Alejandro García García. Veremos que sale de esta serie sobre el venezolano.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Antes del Everyone

Nada como volver a ver TRT un día en el que apetecía lluvia, un día en el que el cansancio era infinito y los sueños no llegaban.

martes, 18 de octubre de 2016

lunes, 17 de octubre de 2016

Himnos sin Riego

El Sr. López nos recordaba el himno original, pero hay que buscar la versión televisiva de esta temporada.

domingo, 16 de octubre de 2016

Más desmadres estigios en octubre de 2016

Noise, noise, noise. Pero en el sentido del señor Carlos Hernández Nombela. Noise bien hecho, con letras mágicas, con guillotinas y Conde Duque de Olivares. Allí estuvimos burbujaplanetera y yo viendo, de nuevo, a Triángulo de Amor Bizarro. Y Frali dejó imágenes del conciertazo. Otra vez. Coda: ¿De verdad somos esclavos de nuestros estribillos? Coda 2: ¿De verdad te puede gustar alguien más cuando no habla?

Crisis in six scenes. Primera temporada

¿Cómo no te vas a enganchar a "algo que empieza con la música de Jefferson Airplane"? Cuando fallan las fuerzas, pones algo de música de John Cipollina, de Jefferson Airplane, de Eric Burdon, de Triángulo de Amor Bizarro, y te recuperas. Hago asociación de ideas y recuerdo un viernes, como el que empecé a ver Crisis in Six Scenes escuchando, en mitad de mi desesperación a José María Rey y su Sunset Bulevar, y Dylan y The Byrds, y todos aquellos grupos que desconocía mientras estudiaba sin confianza en un futuro lleno de mentiras. A mi de Allen me gustan Toma el dinero y corre, Poderosa Afrodita, Misterioso asesinato en Manhattan y, sobre todo, Match Point. No es fácil hacer una peli al año. En Crisis in Six Scenes se pone el mundo por montera, y se cree que puede tener el pelo de James Dean, y que escribe bien. Pero no. Es lo de casi siempre, tiene buenas una de cada diez. Pero tiene sus momentos, sus referencias sarcásticas a Mao y Lenin, al baseball de Castro y al club de lectura en su acomodada casa burguesa, sus locuras y preocupaciones, sus paranoias y su narcisismo. Situada en el contexto de los problemas políticos, militares, raciales y sociales de los sesentas (como bien diría don Alejandro García García hablando de Historia de América), cuestiona los ideales de una clase acomodada, de una clase media que se conforma con niños, perros, chimenea y no se pregunta por los problemas de una país que hacía muchas décadas que se fue a la mierda. Porque Yankilandia se fue a la mierda, y, aunque no lo parezca, tiene mucho talento desaprovechado. Podemos estar bebiendo vino tranquilamente con nuestros problemas cotidianos colgados de la cuerda del tendedero. Podemos utilizar nuestros electrodomésticos para vaciar de contenido nuestra irresponsabilidad social. Todo es una gran mentira, pero bien edulcorada. Nos preocupamos de futilidades inocuas pero dejamos realmente de lado lo verdaderamente importante. Nos acomodamos, no leemos lo que deberíamos leer, pasamos de puntillas por los versos de verdad, por las frases lapidarias, por los momentos en que se cruzan las miradas y que crean adicción. Podemos seguir siendo rebaño, podemos pagar y pagar impuestos para que gurteleen sus vidas (y a fe que lo seguirán haciendo). Luego dices plutocracia en una clase de la ESO y no te responden ni los figuras con etiqueta de "alta capacidad". Menos alta capacidad y más lectura, menos tostador eléctrico y más triple en la cancha del colegio, menos mierda de obligatoriedad y más versiones actualizadas de la felicidad. Y la idiotez generalizada hecha serie. Y, perdidos en la confusión, pensar en El guardián entre el centeno como aquel libro de julio de 2016 que nunca acabe. Demasiado Marx para un fin de semana en el que Marc (Márquez vuelve a ser gpcampeón. Y todo lo demás, también. Coda: ¿Puede la antipatía al guacamole salvar un matrimonio? Coda 2: Pasan los décadas y siguen las guerras de mierda, las miradas de rusos y yankis mientras juegan en el tablero de Alepo, uno de tantos escaques de este asqueroso mundo. Y llega alguien a tu casa y te deja sin esturión, sin galletas de higo y sin las naranjas que te han regalado. Sigue la injusticia aunque la barnicemos de hall de casa con señoras mayores que hablan de Marx mientras otros esperamos simplemente que se cierre el camarote. Y punto. Coda 3: Y recordar que llevas como diez años sin escuchar a Copperhead. Dios. Somos mayores. Y siguen existiendo tipos que confunden colonoscopias con algo que le hicieron en la garganta.

sábado, 15 de octubre de 2016

Necesitamos siglos FNORD

Coda: Vivan las higueras, sus sombras, la fortaleza de sus troncos y sus utilidades. Y todo lo demás, también.

viernes, 14 de octubre de 2016

Halt and Catch Fire. Tercera temporada

¿Somos excéntricos o simplemente imbéciles? Me refiero a lo de pensar "algo" antes de los demás. ¿Es difícil pensar antes y demostrar que los demás están equivocados aunque seas el culo del mundo? ¿Cuánto tiempo llevas realmente sin escuchar el Train Vain de The Clash? ¿Te crees que por tu grado en no sé que especialidad puedes destacar por encima de los demás y no piensas que eres un desgraciado por olvidar durante años a Strummer y sus secuaces y sus andanzas granadinas y todo lo demás? Tiene muchos hilos esta tercera temporada de Halt and Catch Fire. Redes, hilos, antivirus y pruebas de VIH. 1986. Tarjetas de crédito y problemas de familia, tarjetas de crédito y problemas de salud. A veces lo suelto en clase, que no se hagan ilusiones cuando lo personal vaya bien, porque la vida de te pone en tu sitio. La relación tarjetas de crédito, problemas de familia y problemas de salud va siempre pendiente de ese hilo, de esa red, de ese Lost in the Supermarket que suena en tu cabeza una y otra vez mientras sueñas que vives en las alturas pero llevas una camiseta vacía con tantos agujeros. Siempre, hasta cuando el infierno sea nuestro hábitat natural, siempre encontramos una petaca tras un ladrillo de un tejado. O casi siempre. Y motos y anillos, y llantos y comida china sin subfusil. Nada es fácil, todo se vuelve negro cuando el cuervo telleriano aparece y te lleva en volandas para que veas al resto de ángeles caídos. Siempre hay un cuatro de julio en el que es mejor quedar(se) en casa; siempre hay un cuatro de julio para dormir en una terraza; siempre hay un cuatro de julio para ver la indolencia familiar; siempre hay una radio como refugio; siempre hay un anillo olvidado que recuperar. O tal vez, no. Y un Super Mario al amanecer, pero la princesa sigue en otro castillo; y una fiesta de Atari hasta el amanecer, pero la www está en otro fax muy lejos. Lo de robar ideas es adictivo, lo de subir escaleras en mal estado es peor aún. Todo es mentira en la nube lleno de relámpagos, todo es mentira cuando las verdades son medios ultrajes. Solo queda resistir, huir, salir volando, marchar a Japón, escapar y diversión, dolor y llanto, volver a las andadas, volver a las jodiendas con vistas a San Francisco. O tal vez, no. ¿De verdad el futuro es una versión cutre del presente? ¿O era al revés? ¿Podemos joderlo todo por celos, por desamor, por venganza, por egoísmo, por mirar(nos) el ombligo? ¿Es todo una gran mentira? ¿Es todo un panfleto arrugado en mitad de una jodienda con vistas a San Francisco? ¿De verdad terremotos emocionales destrozan las empresas? ¿De verdad hay muertos en nuestras conciencias? ¿De verdad el trabajo y la conviviencia son incompatibles? Coda: Y volver a hacer recargas en vasos rojos, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Lillard siempre está

Da igual que sea pretemporada, que esté de gira. Da igual. Lillard siempre aparece. Siempre está.

lunes, 10 de octubre de 2016

domingo, 9 de octubre de 2016

Braquo. Cuarta temporada

Eddy Caplan, Walter, Delgado y la marabunta de polis que nos han enganchado a Braquo vuelven con la cuarta entrega. Turcos y policías que mueren sentados, asuntos internos que intenta poner orden en el desorden. Lo de siempre: bien hecho y con ese regusto del talento hecho guión. Historias que duelen. Números marcados en la cara. Niñas atadas a una cama. Ciegas con ganas de ver la verdad. Ganas de sótanos con plan a, plan b y, si hace falta, en el plan c no matamos a nadie en el sótano. Eddy Caplan, cojones y locura hasta el suicidio. Vamos a añorar los capítulos redondos, el plan b hecho plan a, las persecuciones parisinas, la mafia marsellesa, el rosario, la aurora y todo lo demás. Los gabacho lo han vuelto a hacer. Han cuadrado el círculo. Han vuelto a rozar la perfección. Es verdad que algunas historias hacen daño, que duelen, que la derrota hecha serie es una motivación. Duele, pero bendito dolor. Frases que duelen. Barcos que saldan deudas. Hermanos con su purgatorio personal. Embarazos de redención. Facturas de la vida hechas personaje con Eddy Caplan. Viva Braquo.

sábado, 8 de octubre de 2016

A mí tampoco me gusta Marcel Proust

Yeeeeeeeeeeeeeepa nironiano del día

Con ganas de argentinizarme

Digo yo que algo tendrá el agua cuando la bendicen, la utilizan, se santiguan y todo lo demás. Apuntada para la lista El Marginal, para una vida sin ocupaciones, para cuando me toque el Euromillones, para cuando tenga tiempo de leer La broma infinita, para cuando pueda disfrutar del baloncesto como lo hacía antes. Y todo lo demás.

jueves, 6 de octubre de 2016

Plantación de canastas

El complemento. Baloncesto como formación. Trabajo en equipo. Y sigo pensando que es un buen entrenador, pero no tan bueno como la crítica lo puso. Altares, los justos. Como los maestros de escuela, los entrenadores de cualquier deporte son un mal necesario. Y todo lo demás.

martes, 4 de octubre de 2016

No, no, no.

El gran Llull debe quedarse en el Real Madrid sí o sí. Se vende a Isco, a Kovacic o a quien haga falta pero don Sergi debe ser blanco de por vida.

lunes, 3 de octubre de 2016

El límite de lo suficiente

Etiquetas generacionales

Al personal le daba por poner etiquetas, no solo quitarlas de las botellas. Generación MySpace y similares, pero olvidando lo realmente importante. Dejemos las etiquetas y centrémonos en lo importante, en el contenido de los himnos generacionales, en la letra y la música de lo sublime. Pero ese mismo personal olvidaba lo realmente importante y cogía el boli rojo para subraya lo superfluo, lo prescindible, aquello de lo que te puedes olvidar un lunes por la tarde de octubre que parece el mismísimo puto agosto. La fiebre pasa, pero ahí seguimos, centrados en lo mismo. La cáscara nos impide ver lo bueno. Ese compás endiablado, ese estribillo que cantas mil veces en sueños. Y todo lo demás.

domingo, 2 de octubre de 2016

Beirán selección

Nada como ver el show de un jugador español en un partido de ACB. Tras el revolcón de Gran Canaria en la Supercopa a los grandes, Tenerife se presentaba ante el Herbalife para presentar su candidatura a postemporada. Y lo ha conseguido. Y Beirán ha marcado territorio. Y todo lo demás.

Mis zapatos azules

Siempre hay personas que se cuestionan los colores y los zapatos y todo lo demás. Mejor pensar en estas cuitas que en la crisis del PSOE.

Sr. Ávila. Tercera temporada

¿Cuántos muertos tuvo que dejar por el camino el Sr. Ávila para convertirse en Sr. de Señores? Pues muchos. De la familia, de allegados, de cabrones, de señores, de chusma, de gentuza, de todo lo peor. Lo peor de lo peor. Y esos muertos, al final, provocan voces, provocan pesadillas, provocan humedad y provocan que no te gusten las cortinas rojas. Tienes un gran problema si te gustan las cortinas rojas. Esas voces, se van multiplicando. Esas pesadillas, llegan a perpetuarse. Y aparece el miedo, y si hay miedo, hay que hacer(se) de respetar. Siempre. El crecimiento de los personajes sigue su curso en esta tercera temporada de Sr. Ávila. Y decidir, a la vejez viruela o viruelas o como se diga, entre cremación o congelación. Y los cuellos de las putas. Y la elección de compañeros. Y los hoteles. Y las habitaciones repletas de cuadros de toreros. Y todo lo paga Linares. Que lo pague Linares, por favor. Y las preguntas que todo lo joden. Siempre joden las preguntas. Siempre. Y los puñetazos. Y todo lo que queda por añadir. Y los vicios, y los vasos, y los dados. Y la pulcritud de los muertos que caen desde un tercer piso. Y los tiros por la espalda, y la sangre en el jardín, y los apóstoles y los patriarcas, y la venganza de la madre, y el respeto y el miedo, y las dobles intenciones, y el rechazo y el olvido. Como siempre, el Sr. Ávila no deja indiferente. Los puntos suspensivos siguen ahí, siguen mostrando líneas que no parecen acabar, que ilustran con dolor la angustia nuestra de todos los días.

sábado, 1 de octubre de 2016

La justicia es un lujo

Sigue siendo un lujo. Y, mientras tanto, nosotros seguimos pagando con nuestros interminables madrugones el chiringuito político. Su chiringuito. Y todo lo demás.