domingo, 15 de septiembre de 2019

Carnival Row. Primera temporada.

Todo es mentira, pero poniéndole imaginación hay mentiras que brillan más que otras. O nos oscurecen la visión y nos tomamos el privilegio de disfrutar con alas de hadas, de sufrir con patilleros malos, de escuchar mentiras tatuadas que no queremos que se hagan realidad pero lo hacen. Todo eso y mucho más es la primera temporada de Carnival Row. Saltos y más saltos, y perfumes y burdeles alados y barcos que esperan mejores oportunidades y saltos a vacíos emocionales. El problema de CR quizás sean los epítetos previos a su emisión, el famoso rasero (no únicamente los indies tienen rasero propio) que más que ayudar perjudica. Fuera prejuicios y a disfrutar del show visual, del disfrute de retinas ante lo que quizás no se repita en un tiempo. Luchas por ascender, luchas por sobrevivir, luchas por la defensa de un ideal equivocados. Mixturas y faunos, falsedades sobre un tapiz en el que siempre se pierde. Escapar, huir, volar. Todo es mentira, sí, pero vivan las mentiras. Vivan las mentiras bien hechas, las mentiras sobre un estrato de irrealidad. Y todo lo demás, también.

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