lunes, 2 de agosto de 2021

Dr. Death. Primera temporada.

“El orgullo ocurre antes de la caída”, le dice un padre a su hijo en mitad de una madrugada después de hablarle de la soberbia de Nabucodonosor, después de una conversación de tristeza y decepción. No hay que reírse de los carniceros, que luego sale mal la comida. Vaya despiporre Dr. Death. Un loco con bisturí, un enfermo matando enfermos o dejándolos más tontos de lo que estaban. Y con orden de alejamiento de la mujer. Y diciéndole a su jefa de hospital que cierre la puerta al salir al más puro estilo eclesial (¿o debería decir eclesiástico?). Y un pijama roto. Y el pasado, la universidad, el fútbol americano y el presente y la persecución de los médicos que ven el disparate. Pero todo es mentira hasta que hay muertes. “Algunas cosas se pueden aprender, y otras son solo biología”. Más frases paternales. Y otros padres que añoran a su hijo, muerto nueve años antes. Todo mentira en esta vida, menos las muertes, menos la muerte. Gioblastoma. “Cuando los dioses quieren castigarnos, responden a nuestras plegarias”. O no. Redención, aunque Christian Slater se parezca, en ocasiones, al invisible ser de Mr. Robot y, don Alec esté helado como la nieve, distante como el perdón que no llega. Y siempre hay un momento en el que te puedes convertir en Elvis. O en varios Elvis a la misma vez. Aunque la serie podría ir más rápida, tiene dos capítulos finales que resumen muy bien el horror y la paranoia de un tipo que pudo ser un gran investigador y acabó como el carnicero mayor del reino.

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