domingo, 5 de mayo de 2024

We Were the Lucky Ones. Primera temporada.

We Were the Lucky Ones deja una desazón desde el principio que se extiende durante toda la serie. Una familia de polacos, de religión judía, con el sindiós del contexto de la II Guerra Mundial. De Radom. Con dinero suficiente para marcharse a tiempo, pero no se marchan porque Polonia, en palabras del padre de familia, era su hogar. La famosa cantinela de que allí no iban a llegar los alemanes, de que las persecuciones a los judíos se quedarían en Alemania. La diáspora familiar al comenzar el disparate. La marcha de parte de los hijos a la zona soviética, a Lvov. Y va cambiando, a lo largo de los capítulos, esa idea de que los rusos no eran tan malos como los alemanes. La descripción de los campos de trabajo siberianos. Y la persecución también en Francia, la huida de cualquier manera. ¿De qué sirve el dinero cuando solo hay terror? También se refleja la ingenuidad, la creencia de que todas las personas ayudan, o pueden ayudar. Error mayúsculo. Estas historias de supervivientes del holocausto, aparte de milagrosas, dejan un lugar para la esperanza, aunque los acontecimientos contemporáneos siempre se encuentran sometidos a múltiples interpretaciones. Con un último capítulo emocionante, de encuentros familiares y celebración de aquello que no se puede explicar por simple naturaleza, We Were The Lucky Ones nos ayuda, otra vez, a recordar ese pasado que se hizo tiniebla y que siempre tenemos que tener presente. Aunque algunos no quieran.

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