jueves, 5 de abril de 2012

The Shield. Cuarta temporada.

The Shield no es una serie que me apasione, entre otras cosas, porque toca muchos asuntos desagradables como toda buena serie policiaca debe tratar. Mafias de toda índole y raza, bandas callejeras, mucha droga y mucho hijoputa en la policía. Lo que pasa es que hay veces que crees que el personal puede abandonar el lado oscuro de la fuerza y pasar al buen rollismo tan extendido en el siglo XXI. Pero no. Todo es mentira a este lado de la galaxia angelina donde se desarrolla The Shield. La novedad, la presencia de Glen Cloose, que pretende imponer una revolución de métodos y técnicas, como ese profe que todavía no ha ejercido pero que cuando se pone manos a la obra sólo encuentra peros, que no manzanos, que eso sólo ocurría en Madrid. La Cloose intenta llevar a su terreno a cafres y menos cafres, pero todo tiene consecuencias en la vida, y, hasta en los interrogatorios llevados en primera persona del singular, uno puede revivir su pasado más olvidable. Ni sorprende ni deja de sorprender The Shield, es más de lo mismo pero más enrevesado, más cuitas para algunos de sus personajes, para jóvenes y viejos, para exmujeres despechadas y concejales con huecos oscuros, para capos de la droga y para apóstoles convictos (que parecen conversos pero no lo son), para compañeros muertos y para apoyos incondicionales. Hay gente que se deja querer, y gente que solo se mete en problemas. En The Shield tenemos de todo en pequeñas y grandes dosis, depende del episodio. Hay bosques que mejor no es pisar porque siempre hay minas. Y todo lo demás.

No hay comentarios: