domingo, 30 de septiembre de 2018

Maniac. Primera temporada.

Analizamos el grado de civilización por la basura de las calles. Por la mierda de perros que hay en las calles. Por la mierda que tenemos en nuestras cabezas y que no queremos evaluar. No queremos evaluar el dolor ni la necesidad de buscar huracanes interiores. Maniac es un campamento de sensaciones, un GH en busca dinero y pastillas, de ganchillo y bonsais, de humo de tabaco y de señales de dedos. ¿Solo hay caos en el universo? ¿Estamos totalmente confundidos? ¿Qué tipo de generación deja un Don Quijote en la basura? ¿Importa lo real cuando todo es mentira? Patrones, patrón, patria. ¿Sentimos placer al revivir los traumas de nuestro pasado? ¿Solución? ¿Merecemos la pérdida total? ¿Merecemos volver a lo que nunca debió ocurrir? ¿Motivos? Nada es real, pero todos tenemos malos días. O psicosis. Y cuchillos. Y gritos. Y locura, mucha locura. ¿Error del adicto al quitar(se) de la circulación? Botones, botones, botones. ¿Cuesta conservar a los que hemos perdido en nuestra vida? ¿Tiempo? ¿Lugar? ¿Ensayo/Error/Exactitud? ¿Estar perdido de verdad es peor que la muerte? Viva Cervantes, viva Lepanto, viva Felipe II. Todo lo perdido, puede volverse en nuestra contra en un callejón de Barcelona? Espejos, cajas fuertes, dedos mágicos, cócteles. Pasado del que no se puede huir. Eventos de simulación. La traición y la señal, el adiós y la vuelta masónica de los entes. ¿Qué tiene sentido en la vida? Espejos, más espejos, reflejos de una idea que no se materializa. Luisvalencianear y romanalberquear. O algo así. Lo pequeño esconde himnos imposibles de repetir. ¿Patrón o caos? Pero Maniac es la historia de una obsesión, una frase que no acaba y que degenera en puntos suspensivos, teorías con las que culpar a padres y madres, a nietos que no llegarán y bisabuelos que no murieron en la guerra. ¿La estructura de la mente es un chiste ambulante? ¿Cómo descifrar la mierda epistemológica? El atasco, los semáforos, los cortafuegos, la depresión. Mierda sobre mierda. Vivan las máquinas de escribir eléctricas, los pañuelos en el pelo, los cactus junto a la ventana. Junto a las ventanas. ¿Y quién cojones se ha leído El Quijote a los doce años? Eso debería ser anticonstitucional. Y mandarlo todo a tomar viento, familia incluida. Buscar la ciudad más importante de Utah aunque realmente no exista en el imaginario colectivo. A fin de cuentas, todo es mentira. Coda: ¿Nos preocupa el tiempo en nuestros sueños? ¿Qué pensaría Braudel viendo Maniac?