Hace 53 minutos
martes, 31 de marzo de 2009
El luchador.
Demasiadas metáforas juntas: la del perdedor incansable, la de la vida, la del desamor, la del olvido, la de la existencia. Demasiada metáforas para un listón tan alto. Para un nivel de exigencia. La inteligencia neuronal obliga a exigirle más a Darren Aronofsky. Eso me ha pasado al ver El luchador. Después de ver tantas veces Réquiem por un sueño, inevitablemente, piensas que va a hacer otra obra maestra como esa. Y eso es imposible. Aronofsky va a cargar con eso toda su vida. En toda su producción cinematográfica será comparado. Y no son odiosas, son comparaciones. Simplemente. Lo mismo le va a pasar a Clint Mansell con las bandas sonoras. Otra vez con las comparaciones. Respecto al film, no entiendo muy bien la nominación oscariana para Mickey Rourke. Aparte de haberse destrozado la cara metiéndose tantas mierdas. Va de víctima toda la película, va de pena, como un zángano en busca de su reina particular. Y esa dama de las camelias es Marisa Tomei, una actriz que cada día está mejor. Y una olvidada Evan Rachel Wood como hija impenitente que no puede olvidar a su padre, aunque tiene que hacerlo. Una decepción, en toda regla. Me pasa lo que a todos: es muy difícil esperar obras maestras de este historicista siglo XXI. No hay nada nuevo bajo el sol. Y cuatro días lloviendo, qué bien.
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2 comentarios:
Vaya, me ha quitado usted las ganas de ir al cine. Se lo agradezco.
Sr. Moltó, cómprese un chándal p`a la trena
Éste Saint Just de la democracia ingresó en el partido socialista en 1976, es decir, es un camisa nueva afiliado al PSOE tras acabar la dictadura, y pasó a la historia de las finanzas de España por largar al Sr. Rubio la frase “Míreme a los ojos, D. Mariano, si todavía le queda algo de vergüenza”.
Ruiz Mateos, Mario Conde, nombres famosos que acabaron pasando por la trena como debería hacer pronto el Sr. Hernández Moltó y su consejo de administración, presuntos autores del despelote que ha llevado la CCM al desastre y buen ejemplo de lo que significa dejar las cajas en manos de los partidos y los sindicatos.
Ya está bien de mentiras, de acumular engaño tras engaño, Sr. Zapatero. Ahora, tras año y medio de ser empujados a la ruina por este gobierno de incapaces y sus cómplices, ya no bastan las dimisiones. Son demasiados desmanes.
Que comience la cacería y, el que lo haya hecho mal, el que se lo haya llevado para él, para el partido o a medias, a la cárcel.
Por hijoputas. Por arruinarnos a todos. Luego a privatizar las cajas y a buscar un gobierno de hombres honrados. Si queda alguno en España.
Sr. Moltó, cómprese un chándal p`a la trena
Esta lluvia que no cesa
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