sábado, 24 de diciembre de 2016

Quarry. Primera temporada

Todo tiene explicación hasta que se vuelve todo inexplicable. Empieza la tormenta de mierda, con doble viaje a Vietnam, ida y vuelta al infierno para encontrar otro infierno en casa. Cuando todo el mundo te da la espalda, todo el mundo te odia, todo el mundo te niega un trabajo digno, todo se vuelve asfixia. Memphis en 1972. Spitz y todo lo demás. Dramas raciales (otra vez). Tormentosa vida personal. Tormentosa vida. Tormentosa. Grandes momentos los de la primera temporada de Quarry, aunque duelan, aunque hagan reflexionar, aunque hagan daños. Hay veces que es mejor tapar(se) los ojos, poner calcetines en la boca, matar básicamente al que se ponga por delante. El drama hecho serie. A veces, es mejor no volver. Es una vuelta demasiada dolorosa. Carcajadas macabras; piscinas que reinventar; deudas ajenas que saldar; pistas con canastas de madera; autobuses infernales; armarios de sorpresa; lanchas de salvación; moteles en mitad del limbo; jefes que deseas matar. El negocio de la muerte hecho trauma. Y con himnos como los de la banda sonora de Quarry hay manera de tragar tanta bilis. Coda: ¿Qué se puede añorar la guerra? Todos los días. No somos nada sin guerra, sin lucha, sin sangre, sin dolor, sin sufrimiento. Y hay placer (mucho) en la guerra, y hay placer (mucho) en la lucha, y hay placer (y mucho) en la sangre, y hay placer (y mucho) en el dolor, y hay placer (y mucho) en el sufrimiento. Coda 2: Pero al final, todo es mentira. Todo tiene una explicación. La selva nos impide ver la droga. La selva diaria, la bruma diaria, nos hace pensar en la pequeña mentira pero no vemos la gran mentira. ¿Por qué existió Vietnam? ¿Intereses? ¿Cuáles pesaban más? ¿Nadie analiza la balanza de la mentira pequeña en contraposición a la gran mentira? Coda 3: ¿Y nuestra máscara particular? ¿Por qué nos persigue? ¿Cuánto nos hace ganar y perder? ¿Nos recreamos en esa máscara? Coda 4: Pero como antes les decía a mis alumnos, siempre nos queda Van Morrison para escucharlo en los malos días.