jueves, 5 de julio de 2018

Trust. Primera temporada.

Un suicidio. 1973. El testamento de Shakespeare y la historia de su cama, y la oreja izquierda de Sutherland tiritando, y el precio del Times que sube. La herencia. El imperio. Vísceras de cisnes negro. Entierros. Petróleo. Tenedor de cocina. Suicidios y sucesores. Trust empieza hablando del Rey Lear y de accidentes, de llantos de españolas y tipos con flequillos, panuelos en el cuello y corbatas de funeral. Y el postfuneral, ese gran momento. Viva Trust. Y Rubens, el puto Rubens. La última adquisición. Y el último nieto por aparecer, y el mayordomo, y los 17 dormitorios libres. La crisis. La puta crisis. Y siempre nos gustan las curvas. Siempre. La propiedad no es un robo; desgrava. Y escuchar la palabra gracias después de mucho tiempo. Y los frisos del Partenón. Y si. Nos hemos hecho débiles. La democracia, los sindicatos y todas esas mierdas. Todo es petróleo. Va a ser verdad que no somos nada sin petróleo, me dicen mis alumnos después de explicar la crisis del 1973. Salir demasiado. Beber demasiado. Y la debilidad, el "condón financiero". Las renuncias, las mujeres, el hotel. ¿Se puede prometer la luna cuando no es tuya de momento? Celebrar las visitas, las llegadas, el tecleo de las máquinas de escribir. Y el harén. El jodido harén. ¿Visitar Marruecos o comprar Marruecos? Y la nuera con el dólar en la frente. Amigas, que no compañeras. El harén siempre crece. Siempre. La lealtad siempre se valora. Mucho. Hay pruebas que hay que pasar. O no. Pero el Mar del Norte siempre ha sido un plan B. La juventud, la falta de experiencia, centrar(se) cuando se hace de noche. Y todo eso para situarnos, contextualizar un secuestro. ¿Cobrarle a un rico del puño cerrado? Nunca se sabe. La historia de los Getty, empezando por Jean Paul y seguido de sus secuaces, da para mucho. La de su nieto, John Paul Getty III, también. Y la villa de Adriano, y la mafia calabresa y los puertos con forma de oreja, y las confirmaciones con cinta en el pelo, y los cuerpos quemados, y el cuchillo de la saga, y la compra de todo con dinero. ¿Tú tampoco sabes el modo de morir del Rey Midas? Trust tiene momentos mágicos, momentos que hacen pensar, momentos que no debemos olvidar. Y los sueños, como las pesadillas, a veces se cumplen. Con, o sin museos. El tema de los secuestros es un asunto no siempre bien tratado, pero Trust lo hace de forma dura pero realista. Nada de azúcar. No. Ya hay demasiados diabéticos en el mundo. Momentos de odio, momentos familiares que cada uno tiene porque el infierno era, es y será, un cosa muy personal.