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lunes, 9 de julio de 2018
10 años sin Sergio Algora
Braudelianos todos, o todos los que pensamos en Braudel (de vez en cuando), decimos que valoramos el tiempo por los cambios y no por la duración. Eso del tiempo de reloj, del antes y después, lo dejamos para los comentarios de texto que no ponen en el la oposición de Geografía e Historia, no vaya a ser que alguien lo haga. O lo haga bien. 10 años. ¿Por qué si he leído Los idiotas prefieren la montaña y no El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II? Vaya usted a saber, como vaya usted a saber el modo en que algunos comen fuego y otros encuentran a Rabelais como ejemplo de algunas cosas. Lucien Febvre se preguntaba ese motivo: ¿cuándo dejamos de ser (en este caso cristiano) algo? ¿Hasta cuándo somos? ¿Vivimos en el pasado o evolucionamos gracias a una guerra (mundial, divorcio, muerte)? ¿Por qué Nerea de Patria en Zaragoza y no en otra ciudad? Todos, antes o después, sufrimos blochnianamente La extraña derrota. El derrotismo es un fenómeno social, político y que está, antes o después, en cada uno de nosotros. No es fácil decir que no. No. ¿No podemos releer No tengo el placer con la misma intensidad que la primera vez? ¿Qué pensaría Sergio Algora al escuchar a Carolina Durante? ¿Qué pensamos después de releer A los hombres de buena voluntad? ¿Dónde están los mejores ángeles? Pues eso, que el tiempo va a lo suyo y, nosotros, pensando en relojes. En malditos relojes.
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5 comentarios:
Creo que Sergio Algora diría: Champán para todos.
Puede que "Champán para todos" o cualquier otra ocurrencia.
En cualquier caso, quien sabe si algún día aprenderemos a comer fuego en bodas, bautizos o festejos varios.
10 años ya...
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