viernes, 16 de agosto de 2019

Network (1976)

Reconozco que no tenía ni idea de la existencia de Network hasta que llegó a mis oídos una emisión del Videodrome de Radio 3. ¿Cómo no se expone en las facultades de periodismo el primer día de clase? Bueno, si no el primero, en las primeras semanas (yo estuve cuatro meses, y por allí nadie la puso, ni hablaba de ello, ni llevaba cuatro periódicos bajo el brazo). Pero volvamos a Network, al poder maldito de la televisión, a la humillación constante y diaria de lo que ponemos y sacamos a relucir. Network son bajos instintos y guiones preestablecidos, es lucidez taciturna y evasión, son gritos en mitad de la noche porque un gurú televisivo diga que hay que gritar, y gritar y volver a gritar. O tal vez, no. Tal vez no nos conformamos (todos, algunos, alguien en primera persona del singular) con lo que nos venden, con lo que pasa entre los anuncios y los informativos, entre la entrevista que Pablo dijo que haría con Piqueras (anunciada por Sálvame) y que luego no se llevó a cabo, lo que pasa cuando un Telediario de TVE1 hace la rueda de prensa entera de Pedro en el mes de agosto de 2019, lo que ocurre con las cremas de Cifuentes y lo que no ocurre con el Master de Casado ni el plagio de Cum Fraude. No. ¿Qué se nos vende exactamente? El personaje, el gurú televisivo de Network habla de porcentajes: los que ven la televisión y los que leen libros. Eso, a mitad de los 70's, ya era preocupante; más cerca del 2020, un dramón de proporciones isabelinas. ¿Podemos escapar del influjo televisivo? ¿Qué tejemanejes tienen las grandes corporaciones para controlarnos? ¿Está todo supeditado al dinero extranjero? Aquí lo tenemos claro, con italianos y secuaces controlando más del 90% de la televisión en abierto y el sorayismo ilustrado entregando informativos a macarras de medio pelo y zoológico intransigente. En todos los lugares, la misma mierda, la misma voz (alta, menos alta, enana rumbera). Hay que ver Network. La tenemos que ver la que dejamos Periodismo nada más empezar y los que quieren empezar o están en ello y no la han visto. O, simplemente, pensar. Ver algo, durante dos horas, que nos haga cuestionarnos más los asuntos realmente importante. O no.

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