martes, 22 de septiembre de 2020

Cobra Kai. Segunda temporada.

Y los malos siempre vuelven, en forma de quenoseakangporfavor planetario. La segunda de Cobra Kai sigue con su labor de recuperación de vejestorios con malas pulgas y puros en la mano. Es lo que toca. Ahonda la segunda de Cobra Kai en esa diferencia generacional que, muchas veces, nos negamos a asumir: hacernos mayores, hacernos vijos, canar pelos de la barba, tener rodillas que chirrían, jodernos la vida con fascitis plantar y plantarnos en un sofá a ver como esta adicción (Cobra Kai) se te mete entre venas y arterias, entre patatas en el corazón y válvulas del pasado arrojadizas. Muy arrojadizas. Pero no nos pongamos tiernos que batallitas también tiene Cobra Kai, y puntos suspensivos y jodiendas para el sensei y el tatami y cualquier palabra que termine con una i perejiliana. Rica, rica la segunda de Cobra Kai. Y todo lo demás, también.

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