lunes, 2 de mayo de 2022

Apuntes para una película de atracos

Con esas sorpresas que tienen las redes sociales, o antisociales, o cafres y simpáticas a veces, un enlace me llevó a Apuntes para una película de atracos. Estaba empezando a escuchar Olafo, y de ahí empezar a leer Dos crímenes, y surgió buscar información sobre Olafo y todo se unió. Y fue ver León Siminiani, aunque no a Mona, y seguir avanzando en la trama. Y Apuntes para una película de atracos empieza con una voz en off de un tipo que dice que desde que tiene uso de memoria su obsesión era rodar o grabar una película de atracos. La mía, durante un tiempo, fue dar un golpe. Pero no hubo golpe. Imágenes, para empezar, de pelis de atracos en blanco y negro, y de un telediario de Pilar García Muñiz de 2013 presentando una noticia sobre atracadores, detenciones y butrones. Y sale un portavoz del 091, porque hay que decir 091 y no policía nacional, ni grises, ni leches, y sale el nombre del Robin Hood de Vallecas. Aunque siendo estudiante en Murcia, no sé el motivo por el que el director no buscó al Dioni de Aljucer, pero del Dioni de Aljucer ya hablaré en Oficio de tinieblas. Sigue la voz en off diciendo que el Robin Hood vallecano era a la vez ladrón y pescatero, porque se dice pescatero y no pescadero. El pescatero de Aljucer no es ladrón pero si rockero, tenía banda, y se casó con la nieta de la tía Carmen la Pereta. Pero de eso también hablaremos otro día. Y hay carta y buzón amarillo, porque la voz en off, el tipo de la voz en off (me sale al escribirlo vozzff), quería conocer a Robin sin bosque. Y en la espera, vozzff se pone a investigar, y de los siete golpes, busca dos de los lugares, concretamente uno en el barrio de Salamanca, ese mismo que Franco no bombardeó no por buen samaritano, sino porque el cuerpo diplomático pedía que no cayesen regalos del cielo. Y no cayeron. Y otro en Usera. Una oficina del Santander en el barrio de Salamanca y otra de Bankia en Usera. Pobres y ricos unidos por las oficinas que solo te atienden hasta las 11. O dicen que atienden. Y uno del 091 de antirrobos diciendo que el Robin Hood es violento pero que no robaba por dependencia económica. Robar por placer como aquel tipo de Jugadores de billar que comulgaba después de fusilar. O antes. O entre fusilamiento y fusilamiento. Y entre medias y calcetines, vozzff se entera por su media cerveza vozzffera que viene un vozzffbebé. Y las vozffes se ponen a leer los sumarios de los juicios de los atracos. Y el arte epistolar. Nada como una respuesta epistolar. Y en el mejor mes de 2014, en mayo, allá se va vozzff a la cárcel de Estremera, la Sangonera de los Madriles, los Campos del Río del sur madrileño. Y el relato de la primera entrevista a Robin Hood. Y Robin Hood pasa a ser el Flako. Y libros subrayados y planos del Madrid subterráneo, y Alberto Spaggiari y 1976. Y por un curioso fenómeno de ósmosis butrónica, dice vozzff que el método Spaggiari llega a España, a la Barcelona de 1985 y al Banco Hispanoamericano, aquello que se inventaron para traer capitales tras perder Cuba y Puerto Rico y todo lo demás. Y también en plaza Cascorro, un Santander antes de la fusión con todos los bancos que se fusionó. Pero también hay fallos en Matrix antes de que los dos hermanos fueran hermanas, y cuenta vozzff el palo que sale mal en una joyería de Serrano, y aparece un Zoilo por allí que no es nuestro filósofo Zoilo Miguel, ese filósofo que no explica Filosofía sino Zoilosofía. Pero ya hablaremos otro día de nuestro Zoilo Miguel. Al Zoilo del documental lo llama vozzff “el Macein”. No Mazinger Z. No. Macein. 65 tacos. Y otro de 38, “el Quino”. Viva Mafalda, pijo. ¿Hay una película que se llama Rififí? También habla vozzff de la caída de don Arturo, el rey del butrón, en 1994. Pero cambian los métodos, y llega la violencia y las armas, y otros nombres como el Pechi y el Rifi y el Peque y el Niño. Y resulta que el Robin Hood de Vallecas es el Niño, ahora llamado el Flaco o Flako. No me acuerdo bien. Flako, con kilates, o quilates. Y un 20N, sin José Antonio ni Francisco ni elecciones como las de 2011, más látidos y la vozzffera y la vozzffbebé que se llama Laura. Y el Flako y su novela con Bic y hojas de libreta cuadriculada. Y el trabajo de campo. Y lo que sale bien, lo que sale regular, los partos de sietemesinos y todo lo demás. Y Bambino, escuchar Bambino y La pared. Yo hubiera resumido el final un poco más, pero está bien. Muy bien. Y todo lo demás, también.

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