martes, 1 de agosto de 2023

Megacuarenteno y la espadica del poder

Megacuarenteno y la espadica del poder, publicada inicialmente entre diciembre de 2021 y febrero de 2023 empieza con una imagen de la ciudad de Qart Hadast, de Cartagena en el siglo III a.C. Le dije a Jesús, que se documentó al respecto, que parecía una mezcla de escudo y de península ibérica, con sus templos y sus torres, y sus puentes. Escipión, lanzas, tropas y armamento, y murallas que cercan palmeras y hombres, libertades encontradas y una “espadica forjada por los dioses del Murciaverso” con la que encontrar el poder “descomunal”. Subraya el autor el deseo de venganza, la propia y la adoptada, todo con el deseo de alcanzar la gloria. Pero eso solo es una pildorita que nos hace ir al pasado, pero la primera parte nos lleva a la falsa normalidad postcovid de la ciudad de Murcia en la que “las personicas han vuelto a sus rutinas”. Edificios reconocibles, pero rutinas que no son tales porque la acción siempre se añora y hay que ponerse manos a la obra ante los covicrones, penúltima variante que antecede a la número equis. Y los armarios con recuerdos y los videos de kung fu llevados a la práctica y sardinas, y Gran Vía, y el universo que ya conocíamos de vuelta con nosotros. La segunda parte, con casino y parientes víricos incluidos, nos lleva a saltos temporales y nos deja un recuerdo a ese Mar Menor que va “muriendo cada día”. Y como buena película de Historia que es, nos pone un mapa en liza, que pasa de Murcia a Edimburgo, y tiro porque me toca, aunque el look del exilio sea maquillable. Nada como un cementerio (esta vez sin absenta, ni mezcal, ni Stroh 80) para recordar que no somos nadie. Zepelines al poder y recuerdos berlineses, aunque sin revolución de los colores, que de todo hay en MYLEDP. Con la tercera parte, con luna, catedral y edificios profusísticos, se rompen defensas antiaéreas y las máquinas funcionan a todo trapo mientras el personal sigue enfrascado en la avaricia, la ambición y la especulación. Y nuevos vehículos para ayudar a los viejos héroes, araña Marlene incluida. Y cúpulas, miradores y comisarios con bigotes reconocibles. Y la tentación llega y no sabes decir no. Lo más difícil en la vida es sabir decir no. Y no sabemos. Nunca. Y más lecciones de historia, entre gabachos del XIX y reyes del XII (y nunca es tarde para saber los verdaderos propósitos de Napoleón), y ascensos con ayuda que nunca pueden acabar bien. Y hay que alejarse de los regaladores de consejos, tengan alas o no. Y la propaganda, el populismo, megapoderes convertidos en obra pública y de la otra, baño árabe convertido en asfalto e impuesto convertido en bien común. Y cárceles convertidas en prejuicios, que todo vale hasta que deja de valer. “Son tiempos oscuros en los que la presencia de superhéroes nos da una pequeña luz de esperanza…”. Pero no vale solo la esperanza, aunque la libertad (o lo que creemos que es libertad) nos sirve para sobrellevar el día a día, como hace este tebeo en nuestras vidas. Un buen ejemplo de aire fresco el que nos muestra este MYLADP, que nos advierte, al final del final, sobre el geniecillo de las tentaciones y sus secuaces y adláteres: “Si estás en la terrazita de un bar y se te acerca para hacerte proposiciones de cualquier duda, no lo dudes, huye”. Lo dicho, no huyan de Megacuarenteno y recréense con sus aventuras, que también son Historia con mayúsculas.

2 comentarios:

jm dijo...

Que chula la reseña, lo cual me hace pensar si ¿Habrá tercera entrega de las aventuras de Megacuarenteno? ;)

supersalvajuan dijo...

Debería