lunes, 3 de noviembre de 2008

Límites y corazoncillos.

Leo las noticias de hoy. En una de ellas hablan de los límites. A mí nunca me gustaron las matemáticas. Pero no son de ese tipo de límites de los que se hablan. Se hablan de los límites de los adolescentes. De esos que ya saben misa en latín. Los violines siempre se han descontrolado. En el barroco y ahora. Siempre. Pero ha habido unos límites. Impuestos o no, pero los hubo. Ahora todo se ha descontrolado. No sé, no sé. En fin, es lo que hay (ahora). Todo el mundo ha hecho alguna trastada, pero sin pasarse. O no. Y ya lo decía el pediatra al final de Abierto hasta el amanecer: "Quizás sea un cabrón, pero no soy un puto cabrón". Pues eso, límites. Y punto.

17 comentarios:

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eco dijo...

Desde luego, doy gracias a que yo he salido normal. Y la mayoría de la gente que conozco.

Yo tengo mis límites, siempre los he tenido, aunque supongo que podría y debería haber tenido más. Antes no entendía por qué me ponían esos límites, ahora me gustaría que me hubiesen puesto más. Pero bueno, creo que he salido bien después de todo.

Todavía no he quemado a ninguna mendiga. Ni he violado y degollado a nadie...

Todavía...

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

El límite cuando x tiende a infinito de f(x)=1/x es igual a... ¿Para qué sirve esto en la vida real? Para darme trabajo, tal vez. Mejor no me quejo.

El problema no son los límites es que la gente no los cumple y cada vez hay menos límites y el árbitro esta ciego y confunde los colores. Eso es lo que pasa, que cada vez hay menos valores y menos principios y no es fácil distinguir el bien del mal.

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

¿Quién cantaba que la culpa es delos demás? ¿Era Bunbury?

Sarashina dijo...

Lo vemos cada día en los institutos, pero para mí, y según mi experiencia, son casos muy puntuales, aunque no infrecuentes del todo, al menos los casos extremos. Es cierto que las familias no controlan a sus hijos como deberían: trabajan mucho y no hacen vida de familia, ellos mismos viven a veces en la relatividad moral más relajada, también están confusos o no tienen preparación ninguna... Los zagales se aprovechan bien de todo eso, sobre todo si su carácter los inclina. De todos modos, lo dicho ya en otro comentario. Siempre la culpa a otros. ¿Y nosotros qué hacemos?

Dánae Rain dijo...

¡Cuánto hecho de menos algunos límites! a penas los imperceptibles, los mínimos de cortesía y saber estar.

alfonso dijo...

limites, eso los crios ya no los tienen:abren la boca y a sus pies.
pues eso, a ver como nos las apañamos
muy bien por lo del pediatra

La del Planeta dijo...

Los límites hay que ponerlos a los padres, límites para tener hijos. Hay algunos que no deberían tenerlos nunca.
Decimos que nosotros éramos mejores, mentira, mejores nuestras madres.
Los de ahora son los hijos de nuestra generación.
¿Quién es el culpable?

Leandro dijo...

Extraordinario Cómo ser buenos, sí señor. Creo, además, que será un libro diferente para cada lector, y que muchos lo encontrarán cercano. Pienso volver a Hornby. Muy agradecido.

Y los hijos, bien, gracias. Hablar es fácil. Hay que tenerlos y tener, además, un gran sentido del equilibrio. Y el equilibrio bien entendido empieza por uno mismo.

Vintage dijo...

Los límites los hemos ido perdiendo, sí, pero somos nostros los culpables, por dar y dar y no exigir absolutamente nada

muakkkkkkkkkk

Estrella dijo...

Has publicado un comentario en mi blog www.elcoladorfantasmaylafregonadeideas.com y has puesto que la fruta cansa ¿me podrías decir qué quieres decir con eso? me gusta recibir sugerencias para mejorar mi blog y saber lo que quieren decir los comentarios. Gracias.

Anónimo dijo...

Yo soy más bien optimista y creo que todo se pasa, y como dice Fuensanta todos tenemos un poco de culpa en el tema, los medios, la familia, la escuela, la vida...

Mucha música (y buena como la tuya)

Saludos

miquelet dijo...

Yo recuerdo algunas trastadas que me contaba mi tío de cuando era joven. Antes había mucha violencia, pero era una violencia que provenía de la imprudencia, no de las ganas de hacer daño, como estos.

Salud.

Lilyth dijo...

Lo terrible para mi como observadora desde fuera es pensar que en esas manos esta el futuro de España... pero yo mejor no opino :(

Andrea dijo...

En mi instituto, José Planes de Espinardo, si que no existían los límites. Qué lástima me daban los profesores!!.

Un día vi a mi profesor de Educación Física, interino por cierto, corriendo alrededor de la pista con las pelotas de badminton cogidas, no corría solo no, detrás lo seguía un capullito de 15 años con una navaja el cual quería robarle las pelotas.

Ay, si fuera profesora exigiría al gobierno que nos permitiera de vez en cuando pegar 4 hostias bien dadas a los pitufos cabrones de turno.

Una profesión arriesgada la de ser profesor...

anselmo dijo...

Se saben tantas leyes y recuerdan tan pocas obligaciones

Laura dijo...

Gracias por tu comentario en mi blog. He entrado en el tuyo y me doy cuenta por qué me dices que Pérez-Reverte es un genio... ¡¡¡Te has leído casi todos sus libros!!!.
En cuanto a los límites... Pues, ¿qué quieres que te diga?. Que a mí tampoco me gustaron las Mates, pero tengo y me pongo límites.
Un saludo.