jueves, 9 de febrero de 2012

Boardwalk Empire. Segunda temporada

Nada como acabar haciendo tú mismo lo que antes hacían por ti. Joder a todo lo que se ponga a tiro. Si me pidieran un grupo de selenitas que le explicara como es la segunda temporada de Boardwalk Empire en dos frases tendría que hacerlo así. Estos segundos 12 capítulos, continuación ofensiva de la primera, vuelven a hacer hincapié en los temas de la primera, y también, agudiza las críticas: a los Estados Unidos de los 30’s, a la falsedad familiar, a la ignominia de ciertos sectores de la Iglesia (¿debería ponerla con minúsculas?). Como buena casa de putas que es, Boardwalk Empire responde a esa inmediatez de venganza. Cada acto malo en la vida, tiene consecuencias. O eso creen algunos. Es verdad que a todo cerdo le toca la empresa cárnica alhameña de turno, pero no siempre se cumple el axioma. Hay demasiado hijo de puta suelto, y, negociando con alcohol, del medicinal y del otro, más todavía. No existen rollos mesiánicos para los que viven en el Infierno. El alcohol, bueno o malo, está aquí, y posiblemente, ahora. O dentro de un rato. Buena frase de Enoch, diciendo que si Dios se preocupara por uno no le daría esa cara. Hay cosas, asuntos, momentos, que se nos escapan. Como las mentiras. Una mentira, piadosa o judicial, garzonada o valcarcil, depende de la capacidad creativa de nuestras neuronas. Yo soy inocente hasta que me pillen con las manos en la fruta de la Huerta; yo soy inocente hasta que declare que ayude a transportar a un muerto con la cara destrozada; yo soy inocente aunque todos deseamos la muerte de un tipo con el que pasamos mucho rato. La muerte se disfrazó con muchas máscaras en la Atlantic City, pero las autovías de la Salvación a veces sólo están en las Escrituras de Dios. O tal vez no. No merece la pena calentarse el tarro de galletas con estas pajas mentales mientras pueda mancharse las manos un juez, un fiscal, un abogado o un testigo con cargas familiares. Y como nada es lo que parece, si me tengo que ir a cuidar cabras, entre recortes y bajadas, pues lo haremos, que cada pecado tiene su penitencias. Y si tengo que enterrar a mi padre dos veces, lo haré. La enfermedad, lo que nunca crees que otros saben, la certeza de los errores, el precio las flores secas, las dudas ofensivas, el desamor alcoholizado, la vanidad de la heroína, el olfato perruno, algo que contar cuándo uno sea viejo, el aparato craneal y hasta el conflicto irlandés se cuelan por la verja de esta segunda temporada de Boardwalk Empire. Hay cuadros reales que siempre han de ser pintados, descripciones del pasado para no olvidar que mierda de cara teníamos. Que no se nos olvide la triple letra que encaja entre la jota y la ele de nuestro teclado, que también tiene mucha tela blanca que cortar. Y la reencarnación de Omar, de traca. Y todo lo demás, traiciones incluidas, también. Y punto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo estoy con SHERLOK (primera temporada). :)

supersalvajuan dijo...

Vi sólo el primero de Sherlock, y una parte del segundo. Demasiado listillo. Y el otro haciéndose el cojo...

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

También la tengo pendiente.

supersalvajuan dijo...

Asignatura Pendiente, gran película de Garci!!!