domingo, 9 de julio de 2017

The Leftovers. Segunda temporada.

Pregunta de Trivial para empezar la segunda temporada de The Leftovers: "¿De dónde son los Tesalonicenses?". ¿Por qué el Pleistoceno llega hasta nosotros? ¿Por qué no nos esforzamos lo siguiente? ¿Por qué nos marchamos durante unos minutos? ¿Por qué no escondemos la palabra verdadera en ocasiones? ¿Por qué escogemos lecturas bíblicas determinadas en ocasiones concretas? ¿Por qué montamos escenitas ante los grandes regalos? ¿Se merecen los farsantes el fuego? Es verdad que los hijos pródigos nunca vuelven solos. Y con os Pixies de fondo, todo es posible. El Arca y los Animales, la tormenta y el terremoto, los cigarros y el Wild Turkey 18, la realidad de los que creen y la estupidez de los que ahuyentan sus miedos bajo los peces. ¿No hay milagros en Milagro? ¿Es real la seguridad de lo inestable? ¿Hablar con zombies durante horas? ¿Himnos celestiales en mitad del desastre? Huellas para conmocionar y para pervertir. Y hay etiquetas que hay que quitar de la puerta de una casa antes o después. ¿Y si la solución la tuviera un viejo negro cojo y que vive bajo un techo lleno de cientos de bombillas? ¿Y si la teoría de la lente es verdadera? ¿Y si se pasa del tonteo a otra cosa más seria? Los culpables, los enemigos, los locos, los renacidos y los que, aprovechando el dolor, quieren más sangre. Nada como una loca rencorosa para hacer mucho daño. Conocer(se) mejor para odiar(se) más. ¿O era al revés? Temblores y más temblores. Es lo que toca en zonas raras, en zonas de contacto. 8 horas dan para mucho. Pero todo es mentira, hasta la muerte, hasta los trajes blancos, hasta las reuniones en familia, hasta las resurrecciones. Todo es poner(le) imaginación. Y creer. Aunque pasen 4 años. 4 malditos años. 4 benditos años. A veces pensamos que hay personas que nos quieren pero no es así. Nada es eterno. O tal vez, sí. Soñar y soñar y volver a soñar. Y punto.