martes, 7 de agosto de 2018

La verdad sobre el caso Harry Quebert

Los escritores, sus cuitas, sus mierdas, sus invenciones, sus historias. Y, sobre todo, sus tomaduras de pelo. La verdad sobre el caso Harry Quebert es una gran historia de mentiras, de mierda sobre mierda. No sé el motivo por el cual, después de cuatro años muerto de aburrimiento sobre una leja blanca, empecé a leer el libro de Joël Dicker. No lo sé. Ahí andaba desde que alguien en el Bachillerato vespertino del Saavedra Fajardo me lo recomendó. Vivan los regaladores de consejos. Vivan los zares de la concordia. Se lo decía a una alumna, a Araceli, siempre que la veía con el libro de Bernabé Tierno encima de la mesa. Pero esa es otra historia. En fin. La verdad sobre el caso Harry Quebert es una historia de libros que contienen historias de libros en su interior. Y mierda inventada, y mucha improvisación y mucho éxito. La verdad es que engancha. Estira el chicle de forma mágica, la verdad. Pero de eso se trata. De enganchar. Y La verdad sobre el caso Harry Quebert lo hace. Vueltas al pasado, chica desaparecida, policías, bares, sueños, bailes de fin de curso, madres con pretensiones. Muy Yankilandia todo. Viva Gringolandia. ¿Debemos aguantar 600 páginas por muy bien escritas que estén? ¿Debemos conservar el don de la paciencia ante semejante uso de las palabras? ¿Sarna con gusto no pica? ¿Debemos recordar los viejos casetes de programas de Jorge Albi y Ángela Beato que escuchábamos en 1996 antes de ir a la Facultad de Letras? ¡Viva el tiempo de verano!

5 comentarios:

alfonso dijo...

Ehhhhh uno !!!!! Uno!!!! Q he leido antes q tu!!!!.... todo lo q escribe es asi, pero al final lo acabas

supersalvajuan dijo...

Me hago viejo, Patrón. Usted lee más que yo!!!

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

Te quedan libros por leer?

supersalvajuan dijo...

Muchos

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

Me refiero en casa, por si te llevo alguno.