lunes, 3 de febrero de 2020

Viaje a los confines de la tierra. Primera temporada.

Los ricos también lloran. Los ricos también lloran a bordo. Los ricos también las pasan canutas. En un barco del XIX, camino de Inglaterra a Australia, los ricos también lloran. Veo Viaje a los confines de la tierra gracias, otra vez, a la recomendación de Lorenzo Mejino. La serie muestra desde el principio las malas pulgas del capitán del barco, las diferenciaciones sociales, las penurias a bordo de la nave, los vómitos que nunca acaban, la dificultad de entablar relaciones, la soledad de la escritura, el odio a cierta religión (mal)entendida y todo tipo de necesidades. Y si toca cruzar el Ecuador, se cruza, y se inician rituales y costumbres. O lo que haga falta. Superstición y mierda entre gaviotas. Envidia, sangre, posibilidad de guerrear, odio por naturaleza, locura en mitad de la nada, volver atrás en busca de aguas tranquilas, heridas de guerra, suicidio, desamor, responsabilidades. No deja asunto al margen Viaje a los confines de la tierra. Prejuicios y más prejuicios. Siempre. Da igual la época, la lluvia, el dueño de tus sueños, el enemigo interior y el de fuera, si eres de buena cuna o de cuneta miserable. Y si hay que tirar de agenda y mirar por el tráfico de influencias, se tira, no todo va a ser traficar con mercancías y personas. Y si las agonías largas son malas, en un barco de estas condiciones, son el copón de Bullas y el que haga falta. Viajes, comedias hechas tragedias en mitad de ningún sitio. Y si hay que leer a Píndaro, se lee. Amistad, miedo, amor, y más miedo, y más amistad, y más amor. El orden. Y las preguntas que nos hacemos cuando empezamos una aventura, y lo que nos va pasando mientras la disfrutamos o la sufrimos, mezclando desconocimiento que va de la tortura a la felicidad. Esta serie habla de "verdades universales" que nos hacen preguntarnos una y otra vez el sentido de la vida. Y en esa coctelera VALCDLT mete democracia e Iglesia, política y vida cotidiana. Y debemos aprender de los que saben, como suelo decir en clase: "No siempre podemos saber de todo, pero podemos tener amigos que saben de casi todo".

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