jueves, 3 de febrero de 2022

Todos mienten. Primera temporada.

No sé el motivo por el que el personal pueda sorprenderse por un título como el de Todos mienten. La vida es eso, una gran mentira. No hace falta ser Pedro Sánchez o Pablo Casado para mentir, o Iglesias, que ya lo reconoce públicamente. No todo es política. Resulta que individuos que reconocíamos de teleseries juveniles se han hecho mayores, y tienen hijos en el instituto, que se drogan y van al reformatorio, y en esa sociedad de socialmente no retrasados (vulgo, pijos) todo es perfecto hasta que deja de serlo. Vivan las sociedades endogámicas que viven en su burbuja, en su urbanización de ricachones perfecta, con sus secretos y sus mierdas de distinta condición. En ese Belmonte particular, de barcos y palacetes, de Alzheimer y rechazo, de corrupción y odio a lo ajeno, a lo de fuera, todo es mentira. No hacían falta seis episodios para esto. Con una película de hora y media, bastaba. Zonas de aguas turbulentas, de fachada y de defender lo tuyo que es lo nuestro, aislados del ruido exterior pero con unas tinieblas interiores que dan para llenar contenedores de bazofia. Y todo lo demás, también.

No hay comentarios: