lunes, 25 de abril de 2022

Showtrial. Primera temporada

Showtrial es una sombra de duda continua. Nunca sabes si te toman el pelo todos, si lo hacen solo unos, o el manicomio entero está en danza en Bristol. Pero Showtrial es, sobre todo, envidias y sometimiento, errores continuados y postureo, vicios del pasado y abusos convertidos en hechos cotidianos. A diferencia de otras series actuales que le ponen mucho énfasis al primer capítulo y luego son azucarillos que se derriten rápidamente, Showtrial va creciendo conforme avanza en la investigación, y acaba con un juicio que deja buenas frases para reflexionar. Showtrial nos hace pensar sobre si política y superficialidad van de la mano, si esfuerzo y dedicación siempre son máximos a los que aspirar o meras comparsas, si debemos descreer de todo antes o después. Con unos personajes que muestran ambigüedad y confusión, desconsuelo e incertidumbre, Showtrial es un retrato de esa unión que en las universidades donde se mezclan opresores y oprimidos bajo exámenes y fiestas, vida cotidiana convertida en perversión y disfrazada de la peor de las comparaciones. Todos hemos sido humillados alguna vez, pero no siempre vale el comodín de la disculpa. Hay tipos qa los que solo les reconforta el dolor ajeno y la mentira. Si la balanza de la lucha de clases siempre se desnivela por el mismo lado, no viene mal pensar que las pesas rusas tienen una función. Aunque, lo mejor de todo, es sentir que esa sombra de duda de la primera línea de este texto se mantiene hasta la última secuencia del quinto capítulo. Vivan las mentiras, pero las mentiras bien hechas. Y Showtrial es una gran mentira.

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