sábado, 29 de abril de 2023

El hijo zurdo. Primera temporada.

La importancia de los jarrones. El hijo zurdo debería llamarse La importancia de los jarrones, o La visita de madrugada a un bar de mierda, o la insurrección. “¿Qué es lo normal?”. Será eso: “Lo normal no es lo mejor, ¿no? Solo es lo más frecuente”. O quizás estamos equivocados con ciertos conceptos que acusamos, con las pastillas y los yesos, con los pantalones que enseñan las piernas y los peinados que enseñan la escasez de ideas. Luego te vas, y dejas a la gente con sus dramas. Lo mejor es largarse. Siempre. Y no mirar atrás. La suerte en los exámenes es otra gran mentira: “En tres o cuatro horas se me habrá pasado el ictus”. Y la política, “porque se supone que somos un partido de izquierdas, no una cantera de fachas”. Decía el hombre de la camisa verde que la peña se convertía en nazi subiéndose en un autobús. Puede que sea así, puede que la música máquina también ayudara. Y los secretos de los padres, con o sin pastillas. Los diecisiete y los daños colaterales, que siempre llegan, con y sin diario, sin memoria, sin “Mi todo”. Y esa escala entre las negras y las listas, que ovejas que limpian, o se ponen de rodillas, hay muchas. Muchísimas. De más. Pásame la lista, por favor. Y un chorrito de sangre. Flotar, flotar y volver a flotar.

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