Lope

Todo es confusión, porque todo es mentira. No me disgustó Lope. Se me hizo corto pese a sus carencias. Curiosamente, cuando llegué a la residencia catastral vi por Cinestar Alatriste, y empezaron las comparaciones mentales. La primera observación. El argentino haciendo de Lope. La culpa no es del actor, es de quien lo elige. Si Perugorría hizo de lo que hizo, ¿por qué no puede Alberto hacer de Lope de Vega? La segunda observación. Las actrices. No veo a Pilar López de Ayala haciendo ese papel. Su cara es la candidez, no lleva la pasión erótica en el rostro. Es un ángel, es cierto, pero para ese papel se necesita un cuerpo de puta. Sin embargo, Leonor Watling está desaprovechada, demasiado prudente, demasiado inofensiva. El cuadro y el marco están bien hechos, pero se nota que la producción podría haber sido mayor (primera comparación con Alatriste). Hay días que celebrar y días que dejar pasar, incluso, olvidar. Lo mismo pasa con los años, y con las décadas, y con los siglos. ¿Qué ha hecho la industria audiovisual española (ya sé que es una contradicción poner en palabras juntas industria y española en una frase) por el Siglo de Oro? Básicamente, nada. ¿Por qué no adorar al Siglo de Oro? ¿Por qué perder el dinero con milongas varias y olvidar un pasado glorioso? En fin. Es la historia de siempre, la misma mierda que siempre se repite. En España o se odia o se odia. Perece que hay que olvidar a la Inquisición, olvidar a Cervantes, a la escoria expulsada y a la escoria que se quedó en los tronos y en los palacios. Hay que olvidar lo que no es políticamente correcto, que ya había mucho facha en el siglo XVI, y en la Edad Media, ni te digo. Los retales de las historia pueden ser muy peligrosos. Recordar, una epopeya de anécdotas. La Historia no importan si los bolsillos no se llenan. Es lo que toca. Otro día volveré a hablar de Alatriste. Y punto.