jueves, 3 de abril de 2014

La conciencia

No me gusta que salga a relucir la palabreja. Sí, sí. La conciencia. La jodida conciencia. El bien y el mal y todo lo demás. La conciencia y la reflexión sobre los actos políticos. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio. ¿Qué percepción puede tener Valcárcel de su mandato? Y todo ello me lleva a otro palabro: Ignorancia con i mayúscula. Con mayúscula. Hemos dejado nuestras alcaldías, nuestras concejalías, nuestras comunidades autónomas, nuestro senado, nuestro congreso, nuestra eurocámara, las hemos dejado, como decía, en manos de ignorantes. La codicia, según los casos, viene después. No todos son mangantes, pero es lo que queda. Las retinas y las manos van a lo suyo. Y como Morente, solo nos queda contar eslabones. No digo que no pusieran empeño, no. Pero ni con los tijeretazos he visto a ningún político español como a la ministra italiana. A todos estos, gaviotiles y socialistas, les da igual. No les quita el sueño. Ni mucho menos. ¿Escrúpulos? No sé. ¿Alma? Tampoco lo sé. De verdad, que no sé. Ni idea. Me desconciertan estos politicuchos, estos títeres, estas marionetas, estos gusanos. En fin, que es lo que hay. Y, siempre, siempre, hay alguien que abusa de la palabra conciencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo sí que tengo la conciencia tranquila, aunque en ocasiones tengo que disimular ante el matasanos. Cuando salga del frenopático de Parayas volveré a editar.
Saludos SUPER, te dejo que el celador se ha dado cuenta de que le falta el iPad.

https://www.youtube.com/watch?v=8pC_EIPsITQ

supersalvajuan dijo...

Un saludo, Necro.
Coda: Grandes Los Nikis, siempre, himno continuo en nuestras vidas!!!