sábado, 26 de septiembre de 2015

The Wrong Mans. Primera temporada

Menudo despiporre el de estos british. Cuando uno está de capa caída, con la moral baja, viene bien desconectar para mirarlo todo desde una perspectiva diferente durante un rato: teléfonos móviles, equívocos uno detrás de otros, surrealismo de hospital, dardos en el cuello, babas en el coche, bridas de usos múltiples cual edificio ministerial en torno a desapariciones y rescates mientras tu madre te pide una bolsa de agua caliente para la cama. Humillaciones varias en la que nada es lo que parece ni nadie actúa cómo debería. O tal vez sí. Puestos a darle hilo a la cometa del despropósito, cosificamos el asunto y nos metemos en una espiral surrealista. Fundir en algo candente. El entretenimiento eficaz es dificilísimo. Y en la primera temporada de The Wrong Mans se nos escapa algún chascarrillo británico, pero es lo que hay. Puestos a innovar en mitad de la depresión, solo queda mirar hacia adelante, ponerle precinto al sobrino del mafioso en la boca y subir al último piso en busca de no se sabe. Eslóganes de sala de reunión, bolsa de peligros, olores de pasillo antes de la locura colectiva y la traición central. Quizás tiene capítulos mejores que otros, pero lo previsto en un guión no siempre se cumple. O no se cumple cómo la cerveza que promete mucho y se queda en espuma. O en estabilizador de cobalto en mitad de una pinta de mucho precio y poco cuerpo.

No hay comentarios: