martes, 30 de octubre de 2018

The Path. Primera temporada.

La primera temporada de The Path es una continua reflexión sobre la duda. Sobre las dudas que nos inundan. Está claro que en esta vida (en la otra, ya veremos), todo es mentira. Buena, prácticamente todo. La mayoría de los asuntos en los que nos movemos y nos preocupan, mentira; los fichajes de los últimos años de Florentino, mentira; la convocatoria de elecciones por parte de Pedro Sánchez, mentira. Mentira, mentira, mentira. Todo. Pero si a esa ecuación Todo=0 lleva implícito el concepto de secta, más mentira todavía. La gran mentira del universo. Como con el marxismo, la mayoría de sus más acérrimos seguidores acaban siendo sus mayores detractores (sobre todo, después de un viaje a las cloacas del socialismo real, a las alcantarillas de una cárcel norcoreana, o un cuartelillo de Santiago de Cuba, o de visita entre la frontera ecuatovenezolana). Todo es una gran mentira. Siempre. Pero antes o después, alguien tiene que llamar la atención. O morir. Siempre hay un Andropov, un Chernenko, un Gorbachov. Y no solo el vodka. The Path, en esta primera temporada, nos muestra, cual espejito de cuarto de baño, nuestras grandes contradicciones: carne sí, carne no; pantalón campana sí, pantalón campana no. Y con esa piececita, cualquier ejemplo nos sirve. Casi cualquiera. Casi todos. Viva la gran mentira. Caminos llenos de mentiras, de pájaros que parecen serpientes, de cáncer alargado como un Don Juan navarro. Evadir impuestos, recaídas. Todo muy bonito hasta que se va a la mierda. Viva el Cuzco, viva Perú, vivan los diarios de dolor ajeno… hasta que se hacen propios. The Path también nos muestra la utilización (des)interesada de las personas. Y también la otra utilización, la más cruel, la más hijasatánica, la de sacar los más bajos instintos. La luz y las primeras piedras que se lanzan. El perdón y el no perdón. La difamación y las heridas que no cierran. Más mentiras. Más comida china y subfusiles para todos, que ya va siendo hora de recordar a los de Albacete. Visiones, medicinas que tienen un gran alcance, mentiras visionarias. Oscuridad y luz, fuerzas que nos llevan al mal y al bien. Deseos incontrolables, conocimiento y rincones. Rincones de amargura y felicidad. Gran Teoría de la Usurpación.

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