lunes, 1 de marzo de 2021

Arrugas

Después de Los surcos del azar caí en las garras de Arrugas. Nada como leer tebeos en los viajes de autobús en tiempos de pandemia, en época de silencio en el autobús. Añorar el autobús 28, con sus gritos camino de Sangonera, sin poder leer ni un palmo de libro. Ahora es distinto, se puede leer, se puede corregir, se puede estudiar, se puede olvidar. Arrugas va de los olvidos involuntarios, de una edad en la que nada es casual en un residencia. Está bien volver a caer en las garras de algo que va sobre un geriátrico, ahora que hace justo un año fueron lugares de olvido y cierre, de muerte (casi segura) y de ser ignorados continuamente. Las primeras grandes víctimas, olvidadas y muertas. O quizás sea un final que retrate a las familias, que retrate a los seres "queridos" que no acuden a tiempo. O tal vez, sí. Si que acuden, pero a destiempo, a llanto seguro y dolor y rechinar y crujir de dientes. En esas estamos... si nos acordamos.

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