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martes, 28 de mayo de 2019
Memorias sónicas
Empieza Memorias sónicas con un prólogo de Miqui Otero que no tiene desperdicio y deja perlas sangrantes y de iconos de cintas y de primeras experiencias. De los portales. De los putos portales. Qué tiempos, pijo. Hasta cita el prologuista palabras de Jardiel Poncela criticando prólogos ajenos. Un buen prólogo. El primer apartado lo escribe Eric Fuentes sobre el disco del 85 de Live After Death de Iron Maiden. Escribe EF sobre la Calle Tallers, una calle de tiendas de discos, y la relación personal con los dueños de una de esas tiendas y sus reflexiones sobre los discos que escuchaba y que le regalaba su padre. Hasta de las palabras introductorias de Churchill habla EF. Habrá que escuharlo, que EHDLCV tenía una camiseta de esta carátula. También recuerda calles de Cartagena, farlopa y hachís. Yo recuerdo otro tipo de calles de Cartagena. ¿Quién no recuerda calles de Cartagena?
La siguiente píldora nos muestra Miguel Ángel Blanca de Manos de Topo sobre el Vulgar Display of Power de Pantera y horas y horas de walkman. El walkman fue un invento revolucionario que nos salvó noches enteras de tedio y aburrimiento. Escribe MAB sobre el patetismo adolescente que nos reflejaba en un maldito espejo. Dice que no recuerda el momento en que hermanilla empezó la crueldad con él. Si no era un familiar era alguien del insituto o del baloncesto o de la tuna de turno. Vaya usted a saber. Dice que ser jevi o jevy, no me acuerdo como lo escribió, es lo mejor. No lo sé. Pero ha escrito en el mismo artículo sobre Megadeth, Pantera, Manowar, Testament, más y grupos... y luego sonando Laura Pausini. Todos la escuchamos alguna vez. Incluso ahora sale hablando sobre Malú, Rivera y lo que haga falta. Io sonno (o sono) il capo dei tutti cappi. No sé si lo he escrito bien, pero tampoco me molesto en mirarlo. Luego cuenta anécdotas sobre cintas VHS y el porno (dice que le da miedo), como si entrara en otras dimensiones o algo así. Ahí me perdí. El jevi o jevy y la lucha y matar iguanas y todo lo demás.
Luego pasamos, hoja tras hoja de acacia, a Francisco Nixon escribiendo sobre Juan y Junior y Juan y Juanior del 69. Palabras mayores. Cuando pongo La caza en alguna guardia, o la versión de Lori Meyers, los zagales me miran mal. Bueno, siempre me miran mal. El viernes pasado puse el primer capítulo de Black Mirror y la cerdada y unos se reían y otros me hacían caso y me decían que nunca más "profe", mandaremos fotos por las redes sociales. Y un pijo. Pero a lo que iba. Escribe FN que eligió JYJ de JYJ porque es amistad, porque le recuerda lo que tuvo con Sergio Algora, por escuchar a canciones en español, y recordar bandas españolas sesentaras que no sabemos que existen si no hablamos con Isabel Ruiz. Y dice que "fue el mejor amigo que he tenido". Joder. Y lleva muerto casi once años. A mi me parece ayer, estudiando como loco aquellas oposiciones. Sus muertos. Empieza FN hablando de estigmas y piscinas. Bikinis pequeños que alegran la vista. Limones. Ayer me hablaba Lali, cuando me regaló el libro, el tema de las cicatrices del cuerpo de Sergio Algora. 9 de julio de 2008. Me acuerdo de estar rodeado de apuntes y temas y comentarios de mierda de geografia y arte e historia y leer lo de SA. Ayer. Y luego, camareras. Hazte camarera. Hazte. Nayim y Zidane. Y todo lo demás.
El siguiente en juntar letras es Martí Siries sobre el Blood Sugar Sex Magik de Ret Hot Chili Peppers del 91. Dice que cuando eres un loco de las músicas siempre encentras himnos (filones los llama él). Pero te mete a Eros Ramazzotti por ahí y te dan ganas de dejar de leer. Pero no. ¿La banda sonora de West Side Story? Habla de primos y de Lloret de Mar, de Nirvana y todo lo que se nos vino encima después de Nirvana. Habla de ruido. De mucho ruido. Vivan las guindillas. Vivan las guindillas rojas. Vivan las guindillas rojas picantes. Y las referencias de Kiedis (cita el autor Capote, Bukowski, Basie, Mark Twain y algunos más que no me acuerdo). Que dure la locura hasta el final. Y no se acabe.
Luego sigue Ramón Rodríguez con el Sunny Day Real State de SDRE de 1995. Ni idea.
Saltar el charco y derechos y reuniones y jodiendas con vistas a bahías. A muchos sitios. Torrente, canciones. Todos tenemos un pasado. O varios. Con pelo de distintos tamaños. Seattle, el Pacífico y todo lo demás. Cinco canciones. O dos. Pero siempre te cambian la vida.
La siguiente aportación es la de Maria Rodés escribiendo sobre el Spice de las Spice Girls. Maemía. 96. Maemía. Escribe sobre la preocupación familiar sobre su obsesión con las Spice. Normal. Mucha loca suelta. Y sobre Brad antes de Angelina, y sobre Leyendas de pasíón y hasta sobre el Hawaii Bombay (sin azul) de Mecano. Y el playback y jodiendas varias (como si el resto de la humanidad no hiciera playback, pijo). Sueño, vergüenza ajena y todo lo demás.
Luego sigue Raül Fernández de Refree con el Appetite for Destruction de los Guns N'Roses. Y confiesa que fue jevi o jevy o como se diga y el asunto glam rock. Será por variantes (¡viva la ensadilla de mis padres!). Escribe que esos discos que le gustaban ya no los escucha y si los ha escuchado le decepcionan. A mi eso me pasa con series que me apasionaban hace 5 años y ahora veo capítulos sueltos y ni fú ni fá. Ni nada.
La siguiente parada la escribe Santi Balmes sobre el Siamese Dream de The Smashing pumpkins, uno de esos discos que lo vuelves a escuchar y crees que no ha pasado el tiempo. Dice SB que fue el último que le llegó vía cinta, y habla sobre el melenas Corgan, recuerda que le llegó un "momento desértico": Viva el Sahara, pijo. Habla sobre regresión, de "aspereza y no aspereza", habla de "ternura y todo lo contrario". Escribe de BC, "capaz de ser un cochino en el momento de degüelle". Por palabras como las de SB hay que comprar el libro (o que te lo regalen, como ha hecho María Eulalia conmigo). Remata SB: "o capaz de acunarte como una nana pervertida".
El siguiente en opinar sobre un disco es Dimas Rodríguez sobre el Let It Be de The Replacements del 84, en el que recuerda bares en el que pedir nombre de las canciones que suenan, y salas de ensayo, y teléfonos fijos y mensajes en el contestador. Somos muy viejunos.
Y luego, los Kinks. Vaya hermanos. Maika Makovski se centra en el Everybody's in Show-Biz - Everybody's a Star del 72. Con una historia muy, pero que muy, personal.
Después Abraham Boba nos trae de vuelta el Initials B.B. de Serge Gainsbourg, un disco que dice que no le gusta demasiado, pero le recuerda una travesía a Almería, un área de servicio y un momento sinpa. ¿Podrían existir las parejas sin secretos? ¿Escuchan música los chicos del Duque que cumplen 175 años en sus coches? Preguntas y más preguntas camino de Almería. Viva Almería. Y más y más preguntas: ¿Existiría la música sin mujeres? ¿Qué fue de la evocación? Y antes o después, cuando te haces preguntas raras, te pierdes. Y no solo en la traducción.
Francina Ribes elige el 69 Love Songs de The Magnetic Fields porque, entre otras cosas, asegura que le gusta a todos los miembros de Doble Pletina. Incluso dice que se acuerda del día que los escuchó por vez primera, y antes del viaje a Berlín. Y cuitas. Cuitas varias. También cita la nostalgia, el CD y formato en una misma frase (con el tiempo que yo he estado limpiando cedés, joder).
Ricky Lavado de Standstill escribe sobre el Mediterraneo de Serrat del 71. Un disco que escuchó con su hermano, en un coche, en un viaje. Un disco que le recuerda a su padre. Y repite varias veces que lo escucharon entre árboles y animales, paisajes paternos hechos suyos con la música. Con esta música.
Eduard Pou elige la banda sonora de La mujer de rojo, con Stevie Wonder al frente. Un disco de sus padres, un disco que se cargó. No he visto la película y me pierdo en las historias que cuenta. Habrá que verla. Será por películas. Será por discos. Será por libros.
Marina Gallardo escribe sobre el The Blue Album de Los Beatles (67-70) publicado en el 73. Dice que es el primero que escuchó, el primero que la emocionó. Yo tenía un panfleto de mierda que titulé Campos de Morsas Esféricas. Los putos Beatles siempre jodiendo la marrana, sobre todo en esos años finales, con ruiditos, y sitares, y locuras siniestras. Esta mañana hablaba el Pulpo de Mirasierra con Carlos Herrera sobre las canciones en blanco que John y Yoko y que la gente compraba. Viva la alegría. Y de John. Y encima, como yo, sin saber inglés. A ella le traducía las canciones su padre. Escribe sobre ese refugio diario que eran JL, PM, RS y GH. Un refugio pero sin bazocas ni súbete al árbol, pero refugio a fin de cuentas. Para jugarse un duro, también.
Javi Vega de Maga (lástima que no el de San Pablo) escribe sobre el Pink Moon de Nick Drake del 72 pero ya poniendo un dilema sobre la imposibilidad de un texto perfecto y redondo sobre sus Dioses (Dylan, Young, Beatles), por lo que lo hace con el disco citado, uno de los que más ha escuchado junto a otros de Pet Shop Boys y de Battiato. Y nos recuerda ese disco canción a canción, momento a momento, hilo tras hilo hasta descoser(se) un poquito.
Esther Magarit escribe sobre el Enemigos de lo ajeno de El Último de la Fila del 86. Nunca me engancharon (a mí, en primera persona masculino singular) los himnos de EUDLF. Pero estabas rodeado a principios de los 90's de fanáticos suyos. Recuerdo que en el curso 95/96, allí solo, al final de la clase, me moría de aburrimiento en las clases que entraba. Lo mismo le pasaba a una compañera, Sonia Cárceles, que también repetía pero solo con asignaturas sueltas, y cuando no encontraba sitio se sentaba también detrás y se pasaba las clases escribiendo de memoria canciones de EUDLF, y luego nos las daba, y esos folios se perdían... Escribe Esther que hay canciones y discos que te hacen acercar(te) y alejar(te) a personas con o sin afinidad... Escuchando ahora Enemigos de lo ajeno, de primeras, solo me acuerdo de Insurrección. Cosas que pasan. Canciones que se quedan ahí por algo, canciones que no sabes el motivo salvas de una temporada de mierda o de un infierno de curso. Pero aquella repetición me sirvió para que me diera clase Manuela de Historia de España, y en mitad de aquel curso de ciencias, me enganchara a la cuestión que luego estudiaría. Escribe Esther que le gustan las 10 canciones del disco (mira que eso es difícil). Ella recuerda cintas grabadas en la era preinternet y todo lo demás. Y remata diciendo que estas canciones han hecho que se acercara a personas maravillosas o que siguen en su vida.
El siguiente opinador es Javier Álvarez y lo hace sobre The Visitors de ABBA del 81. Hace un análisis canción a canción y muestra su importancia personal, de época de maduración. Vivan los árboles frutales y los textos bien escritos.
El siguiente de la lista es Nacho Vegas escribiendo sobre el The People Who Grinned Themselves to Death de The Housemartins del 87. Y empieza recordando, afortunadamente, buenos asuntos: victorias gijonesas (¿se dice así?) del Sporting al Milan de Van Basten en El Molinón. También en cinta. También recuerda al nuevo alcalde, al nuevo socialismo, a Vicente Álvarez Areces. También recuerda a su padre, que ese año entró como Director Regional de Trabajo y como al progenitor le escupían por la calle en defensa de sus derechos laborales ciertas personas. El Isidoro Felipe González nos metió en Europa, en la CEE y llegó la reconversión industrial y los trabajos de mierda y la Cultura de la Transición y tantos tópicos de los cojones. Y pone la comparación de ese gobierno "pro-gre-sis-ta" español con la Thatcher en tierras inglesas. Y subraya, y con éxito, que los grupos de música popular británicos si ponían énfasis en esa situación precaria, en esa lucha, mientras que aquí era otra cosa. Aquí, como que no. Cuando tengo alguna buena clase, alguna colección de joyas, en 4º o en 1º de Bachillerato pongo los Manic Street Preachers y canciones mágicas que cuentan dolores y quebrantos. También cita NV a Spacemen 3 y The Jesus & Mary Chain, The Smiths, Fatboy Slim o The Beatiful South. En las influencias de los Housemartins habla de Madness (nunca le pillé el tranquillo a este grupo). Escribe NV sobre actitud. Viva la actitud. Hay que tener actitud, hay que decir las cosas en voz alta, hay que liarla cuando toca. Cuando toca. O no. Solo somos incomprendidos, tipos que no entienden el cambio de los tiempos. No. O no quiero pensar en un no como respuesta. No.
¿Seremos capaces con la actitud de cambiar algo? ¿De verdad hay diferencia entre democracia cristiana y socialdemocracia en la Europa de 2019 como en la del 87?
La siguiente píldora la escribe Fernando Alfaro sobre el Kicking Against the Pricks de Nick Cave & The Bad Seeds. Yo no tenía ni puta idea de la existencia de Nick Cave hasta la presencia en nuestras vidas (no siempre valorada lo suficiente) de los Peaky Blinders. De los jodidos Peaky Blinders. De Thomas Shelby, de su tía, de su hermana, de esa patulea que genera adicción. My cup is empty.
Escribe Alfaro que este disco te marca, si no tienes cerca otro periódico deportivo. Y no lo tenemos. Habla hasta de escalofríos. De putos escalofríos. Mateo y sus cuitas. Piedras disparadas. Hasta un Renault 4 amarillo sale a relucir. Escribe de un padre que vuelve de un bar. Recuerda, tiempos sobre tiempos, hoja de Biblia. Y luego escuchar ese disco hasta el puto final de los días. Ríete de Arnold y Terminator y el hijo de Sarah en la segunda película. El puto Apocalipsis. "Levitar hierático". Recuerdo estar en un bar de Albacete con Israel López Alfaro y que sonaran himnos de Alfaro y al final solo lo cantaba el de Aljucer. No sé si eso es levitar, si es hiératico, si es Nocilla Dream o lo que cojones es. Y mira que caen cosas sobre los huevos fritos. Sobre las puntillas que le hace mi madre a los huevos fritos. Ni las de las Justinianas del Infante.
La siguiente pildora es sobre Swoon de Prebaj Sprout del 84. Ni puta idea. Me suena a chino mandarín. O a chino contraTrump. Todos iguales. Pero empieza Lluìs Gavaldà (me recuerda al baloncesto y a Joan María) escribiendo sobre un restaurante vietnamita. Hay momentos que no entiendo la historia pero me gusta. Está muy bien escrita. Es más. Me gustaría escribir como el tal LG, un desconocido para mí.
Ricardo Vicente sigue con The Band de The Band del 69. Escribe sobre "empatía casi enfermiza" con Richard Manuel. ¿Si tuviéramos que elegir una mezcla de lo que queremos ser? ¿Dónde? ¿Seguro que donde termina el bosque empieza la civilización? Y un pijo. Un puto pijo. Y por mucho que se escriba Museo Británico, esperaba más de RV. COSAS QUE PASAN EN MAYÚSCULAS. Pero siempre se me (mal)interpreta. O no se malinterpreta. Ono ahora es JOHN. O Vodaf... Lo dicho. A mí me encantan sus canciones, pero esperaba algo más. Recuerdo ese concierto en La Yesería, 27 personas. Cosas de las que acuerdas. O no
Julio de la Rosa escribe sobre el Live from a Shark Cage de Papa M del 99. También música celestial que no conocía. Y sí, hacemos señales.
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