miércoles, 15 de mayo de 2019

Historia ficción 1832

Quien dice 1832 dice 1833, con Fernando VII agonizando. María Cristina, sobrina y esposa y futura viuda. Nada como escapar del dolor y pasar a otro barrio a la altura de un paso de peatones. Alfredo Díaz utilizaba muy bien los epítetos para este tipo de zorras. Pero estoy mayor. Soy una víctima. Vamos a imaginar que yo, tú, él, San Pedro o Dios diese un número de teléfono, un correo eléctronico, un perfil de Instagram, un blog, una cuenta de Twitter. Y ya puestos, a señalar. Índice. Primera persona del singular masculino señalando a primera persona del singular femenina (Unidas Podemas Campranas Casas). Pero no. Pensad en un barrio cualquiera de la ciudad de Murcia. Pensad en El Carmen, en El Lugar de Don Juan o en el Infante al lado de las Vías. Poned el nombre de un colegio. Serías víctima. Serías la víctima. O no. Esto es Westworld, esto es una fantasía animada, un Matrix en las elecciones del 26 de mayo de 2019 (no de 1832). Pensad en esas cuentas, en esas matrículas, en personas que no deberían vivir. Pensad en un 1, en un 8, en un 3, en un 2. Pensad en el año antes de la muerte de Fernando VII. ¿Por qué ese tipo tan indeseable vivió tantos años? ¿Por qué no se hizo nada antes del testamento? Ya sabéis la famosa frase sobre el testamento y la muerte del testador. Coda: Hay víctimas y hay personas que deberían estar muertas. Otro día os daré nombres, apellidos y matrículas.

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