lunes, 15 de diciembre de 2008

Mi nombre lo pones tú, ficción.

Hola me llamo XXX. O ASDF. O las iniciales que quieras, joder. Técnicamente no puedo hacer botelleo, no puedo comprar alcohol a los chinos que les compro el alcohol y el tabaco. Tampoco puedo salir del insti sin autorización. Tampo puedo cagarme en los muertos del jefe estudiantil, pero lo hago. Tampoco puedo amenazar de muerte a los profes, pero lo hago. Puedo pedirle 50 euros a la semana a mi padre, y quizás me de 60. Me río de todo Cristo, incluída la profe de religión. Pero estoy tranquilo. Me lo paso todo por la funda del forro de mis caprichos, porque todo es mentira. Y, encima, ya estoy. Afiliado, digo. Huracanes y todo lo demás.

Y me encanta la ficción. La puta ficción. Y la otra. En fin, voy a intentar desayunar antes de que me maten. Chaíto!!!

7 comentarios:

PMM dijo...

No hace falta ponerle nombre de ficción, cualquiera real vale.

teleman dijo...

Estos de libertad digital y sus articulos de ultraderecha... Tienes razon, llega un momento en el cual me da miedo mi propia generacion...

Mal bicho dijo...

Es el futuro que le espera a España, con un montón de mataos tiraos en la calle sin hacer nada.

Sarashina dijo...

Los hay, son los desesperados de la vida, los hechos polvo. No creo que sea toda una generación. Me parece alarmista tu artículo.
Lo de Libertad Digital no tiene nombre, a esos sí que les vendrian bien unas siglas.

Dánae Rain dijo...

Hombre te conozco, te he visto por los pasillos dando empujones, en el patio escupiendo encima del bocadillo que has tirado a medio comer, y pasando a toda prisa dando coscorrones a todo ser que se cruza contigo, eso sí, el bolsillo lleno.

color dijo...

Di que si Salva, tu cuerpo estará "parado" pero tu mente va a cien por hora, gracias a tu sustancia vital,! bendito gintónic!.
xxx.

Dante dijo...

Ostia lo de fichar a los menores de edad me parece enfermizo, no es ésa la manera de paliar el problema. De todos modos, la falta de responsabilidad y personalidad de los más jóvenes empieza por la educación sobre valores que les inculquen los padres.